Cinco objetos cotidianos que tienen fecha de caducidad (y no lo sabías)

Aunque no esté indicado en su envase, hay productos y elementos del hogar que requieren un cambio cada cierto tiempo.

Los productos desinfectantes de limpieza pierden su eficacia pasados unos meses.
Los productos desinfectantes de limpieza pierden su eficacia pasados unos meses.
Pixabay

Existe la creencia de que la miel es el único alimento que no caduca. Su composición a base de azúcar, su baja humedad y su acidez la convierten en un producto que podría perdurar en la cocina por tiempo ilimitado. No ocurre lo mismo con la mayoría de alimentos y productos que se encuentran en esta estancia de la casa, pues bien sea por salud o por higiene, tienen una fecha límite para su uso y consumo.

Desinfectantes. Aunque no esté indicado en el envase, los productos de limpieza que habitualmente se utilizan en cocinas y baños tienen una caducidad de tres meses. Transcurrido este tiempo, no existe ningún riesgo para la salud como puede ocurrir con algunos alimentos, pero pierden capacidad desinfectante y el efecto que dejan tras su uso no es el mismo que con el producto recién abierto.  Lo mismo ocurre con el agua oxigenada: pasados dos meses desde la apertura del bote, el producto va perdiendo eficacia. Si se busca que los electrodomésticos de la cocina estén siempre como nuevos o lucir un parqué o tarima perfecto, conviene cambiar los productos de limpieza con periodicidad. Especias. Anís, canela, cayena, clavo, ajo y perejil... Los condimentos y especias que se suelen tener en el altillo de la cocina no deberían estar ahí eternamente. Con el paso del tiempo (unos seis meses), pierden su frescura, reduciendo también el aroma y sabor que aportan a los platos.  Almohadas y cojines. Para lucir una casa siempre impecable, hay que limpiar todos los elementos susceptibles de acumular bacterias.Tanto las almohadas de la cama como los cojines de sillones y sofás se pueden convertir en un nido de ácaros. Aunque se laven las fundas, el relleno va acumulando bacterias, además de perder la forma inicial. Lo más recomendable para garantizar un espacio libre de ácaros es renovarlos cada dos o tres años, evitando también que su deformación provoque dolores de cuello y espalda. Sujetadores. Esta prenda femenina no tiene una fecha de caducidad como tal, pero es recomendable cambiarlos cada dos años, pues tras varios lavados se pueden deformar y las gomas pierden elasticidad, provocando que no se ajusten bien a la espalda y al pecho.  Toallas. Las toallas que se utilizan en el baño son un espacio idóneo para bacterias como el hongo de la humedad, pues están mojadas constantemente. Ponerlas a lavar semanalmente no siempre es suficiente, por lo que conviene renovarlas de manera anual. También en el cuarto de baño, hay que renovar la esponja cada mes (o hervirla para su desinfección si es de un material resistente) y el cepillo de dientes cada tres meses, aunque si se ha pasado por algún proceso vírico, como un resfriado o gastroenteritis, conviene cambiarlo antes de tiempo para acabar definitivamente con las bacterias. Ir al suplemento de vivienda

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