Economía

"Cambiar la reforma laboral es inviable; sería un suicidio político"

JESÚS MEMBRADO

El profesor del IESE Sandalio Gómez critica la falta de ambición y profundidad de una ley que llega tarde.

"Cambiar la reforma laboral es inviable; sería un suicidio político"
VíCTOR LAX

Jesús Membrado, portavoz de empleo del PSOE en el Congreso y ex secretario de UGT Aragón entre 1993 y 2004, manifestó ayer de forma contundente que "la modificación de la reforma laboral es inviable: sería un suicidio político". En la jornada sobre 'Reforma del mercado de trabajo: análisis y objetivos", organizada por la Asociación de Antiguos Alumnos del IESE de la Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra, el diputado socialista por Zaragoza recordó que de las seis reformas laborales aprobadas en este país desde 1984 esta es la que menos apoyo parlamentario ha tenido. "Ha salido solo con los votos nuestros y el apoyo de CiU y PNV". Por eso, a su juicio, después de "haber salido con tantos fórceps, el corazón de la ley no puede modificarse".


No obstante, reconoció que la ley sí puede desarrollarse introduciendo elementos nuevos. De hecho, tiene 19 encomiendas. "Obliga a que antes del 31 de marzo incorpore la reforma de la negociación colectiva, las políticas activas de empleo, así como el modelo austríaco, la adecuación de los ERE a la reducción de jornada y la concreción del despido por causas objetivas. Queda mucho por hacer", apuntó, y "hay que hacerlo con el menor ruido y el mayor consenso posible".


En cuanto a que la reforma pueda servir para generar empleo, Membrado admitió que "el paro no se va a rebajar por muchas reformas que haya hasta que no haya industrias alternativas" para el sector inmobiliario. "Nueve de cada diez parados proceden de la construcción y la sustitución de este desempleo por empleo alternativo va a ser muy complicado", subrayó, a pesar de que la propia reforma laboral obliga a establecer un plan de recolocación para el sector: "No me pregunten cómo pensamos hacerlo porque no lo sé", ironizó.


Tras detallar lo que, en su opinión, son bondades de la reforma laboral como mejorar la definición del despido objetivo por causas económicas para dar mayor seguridad a las pymes y reducir hasta 12 días el coste que supone para el empresario ya que el Fogasa paga los otros 8, Membrado criticó la escasa aplicación de los expedientes de regulación de jornada en España y el nulo acompañamiento social que tienen los expedientes de extinción. "Me produce alarma y rechazo que la batalla esté entre sacar 45 días o 52 y me asombra que empresas descapitalizadas reduzcan su plantilla en 70 personas y ofrezcan hasta 60 días". El problema, para este ex sindicalista, "no es cuánto me llevo sino el tiempo que voy a estar en el desempleo". A su entender, es mejor "irse con lo que a uno le corresponde -20, 33 o 45 días- y pactar con el empresario la recolocación" y subrayó que "incentivaremos a la empresas que hagan esto".


Reforma poco ambiciosa

Por su parte, Sandalio Gómez, profesor ordinario del IESE y titular de la Cátedra Seat de Relaciones laborales, criticó la escasa profundidad y falta de ambición de esta reforma que llega tarde y en la que se han perdido dos años muy valiosos para que hubieran empezado a verse ya sus efectos. Además criticó la forma de tramitarla: primero se presentó como decreto ley y luego como proyecto de ley : "Eso diluyó el mensaje y no ayudó a crear expectativas". Se refirió, por último, al grave problema de paro en España que duplica la tasa europea y calificó de muy preocupante el desempleo entre los jóvenes que alcanza el 40%.