Economía

Cajas buenas, cajas malas y la nueva reestructuración del sistema financiero

FINANZAS

Obsesionado con evitar la necesidad de pedir un rescate, el Gobierno emprende reformas para satisfacer a los mercados con anuncios que buscan separar a las entidades sanas de las que no lo son. Un escenario en el que las aragonesas se ven solventes y con capacidad de adaptación.

Cajas buenas, cajas malas y la nueva reestructuración del sistema financiero
VíCTOR LAX

Aseguran en la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) que el sector sabrá adaptarse a la nueva realidad que impone el entorno y «perfeccionar» su modelo. Aun con la entrada de nuevos accionistas, dijo esta semana el secretario general de la patronal, José María Méndez, las entidades no olvidarán su foco de negocio minorista y seguirán haciendo su papel en la lucha contra la exclusión financiera. Viene bien dejar así las cosas claras en un momento en el que el Gobierno ha dado un paso adelante para separar a las buenas cajas de ahorros de las malas con anuncios de actuaciones -nacionalizaciones temporales incluidas- que han generado muchas dudas sobre si estamos hablando de un antes y un después de un sistema financiero que hasta ahora, según se había repetido hasta la saciedad, era la envidia del mundo. ¿Se convertirán todas las cajas en bancos? ¿Dejará de existir la Obra Social?

Agobiado por la presión de los mercados internacionales y una evidente desconfianza hacia su gobierno, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha querido adoptar todas las medidas que tiene a su alcance para evitar una petición de rescate como la de Irlanda, un país que -como España- ha sufrido la crisis de modo muy virulento, entre otras razones por la existencia de una 'burbuja' inmobiliaria. Así se explica que mientras seguía especulándose sobre la excesiva exposición de las cajas al sector del ladrillo, el Ejecutivo español haya anunciado que aquí adelantaremos la aplicación de exigencias incluidas en Basilea III, el acuerdo europeo que reforma las reglas financieras. En concreto, que aquellas entidades que no coticen en bolsa deberán superar el 8% de 'core capital' en este 2011 y no en 2013, un porcentaje que luego la vicepresidenta económica, Elena Salgado, elevó hasta el entorno del 9% y el 10%.

Ante el nuevo escenario, la entidad líder de la CECA, La Caixa, ha dado un paso adelante y se ha transformado en un banco cotizado. El grupo catalán traspasó a su cotizada Criteria el negocio financiero y recuperó para la caja algunas participaciones industriales, actuación que los mercados premiaron después en bolsa.

En Ibercaja, la primera caja de ahorros aragonesa, no se descarta seguir el camino de La Caixa, si bien su solvencia le permite poder elegir su estrategia inmediata, aunque siempre que se mantengan los fines de la entidad cuando fue creada, como ha insistido su presidente, Amado Franco. Es decir, prestar servicios financieros incluso ahí donde no llegan otros, mantener su apuesta por el desarrollo del territorio y seguir con la Obra Social. A la caja le avala un 'core capital' ascendente que da cuenta de su adecuada capitalización: 8,27% a finales de 2008, 9,7% a 31 de diciembre pasado y la previsión de llegar al 10% antes del verano próximo.

Caja Inmaculada (CAI), por su parte, tiene un camino más definido: la participación en un Sistema Institucional de Protección (SIP) o 'fusión fría' con Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz, el único de sus características que no ha necesitado pedir ayudas del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). El proyecto ha dado lugar a la creación del banco Caja 3, que -señalan- «cuenta con un 'core capital' (9,5% en septiembre) que cumple los requisitos anunciados por el Gobierno y es uno de los grupos más solventes del sistema».

En cuanto a las cajas rurales, la nueva reforma no les obligará a convertirse en bancos porque tienen propietarios (cooperativistas), pero sí deberán cumplir con los nuevos requisitos de capital, un punto que se cumple en Cajalón y Multicaja, inmersas hoy en un proceso de fusión.

La Caixa e Ibercaja. Isidro Fainé, presidente de La Caixa (i), habla con Amado Franco, presidente de Ibercaja (d), en una reunión de la CECA en Sevilla en marzo de 2010. Con ellos, Fernando Alzamora, de Caja de Baleares.

Caja 3. Juan Pemán, vicepresidente 2º (y presidente de la CAI); Juan I. Mijangos, presidente (y presidente de Caja Círculo); Fco. García, vicepresidente 1º (presidente de Caja Badajoz) y Luis M. Carrasco, consejero delegado.

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