CriteriaCaixa emerge como árbitro para ordenar las firmas estratégicas de España

El 'holding', presidido por Isidro Fainé, ejerce un papel de escudo ante el desembarco de grupos extranjeros a varias 'joyas' de la corona.

Isidro Fainé, presidente de La Caixa y de Criteria.
Isidro Fainé, presidente de La Caixa y de Criteria.
Europa Press

Hacía muchos años que CriteriaCaixa no realizaba tantos movimientos corporativos como los que ha protagonizado en el último mes. El brazo inversor de 'la Caixa', un 'holding' con el que la histórica entidad maneja sus participaciones en todo tipo de empresas, se encuentra comandado por su presidente, Isidro Fainé. Un empresario al que le gustaba recordar, en plena crisis bancaria de hace una década, que el mundo debía acostumbrarse a vivir en la incertidumbre. El ejecutivo sabe moverse ante contextos inesperados. Y el asalto de firmas extranjeras sobre corporaciones estratégicas para la economía española le ha servido para ejercer de protagonista con un papel de moderador con implicaciones en estamentos no solo empresariales sino políticos.

El último movimiento lo ha ejecutado en ACS, la constructora presidida por Florentino Pérez. Su entrada se explica por el deseo de de seleccionar "empresas líderes en sectores altamente atractivos, con capacidad de crecimiento y generación de valor". Ha sido la última guinda tras Inmobiliaria Colonial, Puig, Cellnex... O Telefónica.

Socio clave en Telefónica

Criteria contaba con un porcentaje inferior al de Caixabank antes de que terminara el año, pero poco a poco ha ido dándole la vuelta. Esta misma semana se conoció que el 'holding' presidido por Fainé -quien también es consejero y vicepresidente de Telefónica- pretende alcanzar a corto plazo el 10% de la teleco. El objetivo es igualar la participación que el Estado (a través de la SEPI) ha alcanzado hace unos días y contrarrestar el poder de los saudíes de STC y otros fondos extranjeros que pretendan adentrarse.

En este momento, Criteria tiene un 5,007% de las acciones de Telefónica y la intención es doblar esta participación con una inversión de unos 600 millones de euros al precio actual de la acción (alrededor de 4 euros). La fundación ha mostrado su preocupación en los últimos meses por los cambios en la participación de Telefónica, sobre todo tras la compra del 9,9% de la operadora por parte del fondo saudí STC el pasado mes de septiembre. Por ahora, los saudíes solo poseen un 5% en acciones, ya que el otro 4,9% se presenta en derivados financieros a la espera de la aprobación del Gobierno. El objetivo es garantizar la 'españolidad' de la compañía así como servir de dique para evitar la injerencia de otros inversores mundiales como STC.

Si se suman las participaciones de SEPI, CriteriaCaixa, Caixabank y BBVA superará el 27% (con el 5% adicional de Criteria) y pondría difícil la opa de un inversor extranjero en "una de las compañías más estratégicas" de España, como ha reivindicado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en numerosas ocasiones.

CaixaBank, la entidad bancaria en la que Criteria ostenta un 31% del capital, cuenta actualmente con una participación del 2,5% en Telefónica. Pero aunque Criteria quiera ir tomando más control, el banco no puede transferir directamente sus acciones en la teleco porque operan de forma independiente en el mercado por imperativo legal. Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que el objetivo es que Caixabank continúe reduciendo su posición en Telefónica al tiempo que Criteria la aumenta.

Espera de la opa energética

El nuevo reto al que se enfrenta Fainé se llama Naturgy, otra firma con la que España se juega parte de sus intereses energéticos y geoestratégicos por sus activos en gas. El grupo TAQA, que procede de Emiratos Árabes, mantiene conversaciones con CriteriaCaixa para convertirse en el primer accionista de Naturgy. Lo hará si adquiere el 40% de la gasista española que tienen los fondos CVC y GIP (esta última, propiedad de BlackRock). De esta forma, la empresa árabe, junto a Criteria, comandarían el futuro de la energética presidida por Francisco Reynés.

Fainé juega de nuevo su papel de árbitro en otra compañía que conoce bien desde hace años. Para el Estado supone un alivio al contar con un socio estratégico, fiable y con una dosis de institucionalidad como precisa la economía española.

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