FIMA echa el telón en Zaragoza tras recibir 167.564 visitantes
La Feria Internacional de Maquinaria Agrícola, que ha sorteado el complicado escenario actual marcado por el descontento del sector, ha agradecido el "apoyo incondicional" mostrado por los agricultores en la edición del 60 aniversario del certamen.
"Ha habido un gran ambiente, y tanto visitantes como expositores se han ido muy satisfechos". Así ha valorado el director general de Desarrollo de Negocio de la Feria de Zaragoza, Alberto López, la 43 edición de la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola (FIMA), que durante cinco jornadas, del 13 al 17 de febrero, ha mostrado al mundo a través de 1.237 expositores de 35 países la tecnología más avanzadas con la que trabaja el sector agropecuario.
FIMA, que ha celebrado sus seis décadas de historia, ha cerrado sus puertas este sábado tras recibir a a 167.564, una cifra que no alcanza el récord conseguido en 2020, pero que supera con creces no solo los datos de la edición pasada, todavía muy marcada por las limitaciones impuestas por la pandemia de la covid que obligó a retrasarla al mes de abril, sino también las expectativas de los organizadores que se mostraban cautos ante el complicado escenario en el que se ha celebrado el certamen.
Porque la feria internacional llegaba tras un 2023 catastrófico para el campo por el impacto de la extrema sequía que han tenido que soporta todo tipo de producciones agrícolas y ganaderas. Un ejercicio en el que además se habían resentido las ventas de maquinaria agrícola, especialmente su vehículo estrella: el tractor. Y llegaba además en medio de un conflictivo escenario marcado por las protestas agrarias que han recorrido Europa, primero en Bélgica, luego en Alemania y Francia, y desde el pasado 6 de febrero en España, apenas una semana antes de la inauguración del certamen.
"Teniendo en cuenta que la situación ha sido muy compleja por motivos, sectoriales, climáticos, de mercado y evidentemente por las movilizaciones que se están produciendo por todo el país, FIMA ha vuelto a ser un éxito", ha destacado López. Un éxito, ha reconocido el representante de la institución ferial, al que han contribuido "el hecho de que los agricultores hayan apoyado de una manera tan firme el certamen, abriendo un corredor para que no se dificultara el acceso a las instalaciones y protegiéndola como algo propio". Para López, este respeto al buen desarrollo del certamen en un momento en el que las protestas agrarias estaban cortando el tráfico en distintas carreteras de la Comunidad es la prueba de que todo el sector apoya esta feria "que quieren y sienten como suya".
Por eso, el comité organizador de FIMA ha querido aprovechar la jornada de cierre para agradecer a los profesionales del sector "su apoyo incondicional" a este certamen, que ha sido "un fiel reflejo del momento de transformación que vive el sector, no solo a nivel tecnológico, sino también político, social, sino especialmente en los sistemas de producción", ha detallado López.
Y es que, a lo largo y ancho de los 100.000 metros cuadrados que ha ocupado esta cita de referencia para el sector en Europa, los visitantes han podido conocer la tecnología y los equipos con los que el sector va a trabajar en los próximos años, no solo porque así lo exige la normativa, que tantas críticas están provocando entre los agricultores y ganaderos, "sino porque la agricultura del futuro, pero también la del presente, exige eficiencia, ahorro de costes y digitalización".
Del complicado momento actual y de la incertidumbre que trae el que está por venir se ha hablado (y mucho) en las más de 40 jornadas técnicas que han abarrotado las salas del centro de congresos de la Feria de Zaragoza, en el que clústeres, universidades, asociaciones, centro de formación y colegios profesionales han diseccionado los desafíos a los que se enfrenta el sector.
FIMA ha cerrado este sábado sus puertas de las 43 edición mirando ya hacia 2026, año en el que la Feria de Zaragoza volverá a ser el escenario de este "evento internacional de referencia en la península ibérica", como lo definen sus organizadores, que trabajan "desde ya" para volver a ofrecer al mundo un punto de encuentro donde ver y tocar la maquinaria, donde estrechar manos para hacer negocios y donde debatir cara a cara los problemas comunes.
"Si algo ha demostrado la pandemia es que la agricultura no se hace sentado desde casa viendo un ordenador", ha explicado López para defender la presencialidad que exige FIMA, en la que se seguirá trabajando en herramientas digitales para mejorar la experiencia de expositores y visitantes, pero no para sustituir "un evento con este en el cual hay constantemente sinergias de todo tipo, jornadas por todos lados, reuniones, encuentros", ha concluido.
