Heraldo del Campo

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La agricultura europea cultiva conciencia de salud mental

El Ciheam Zaragoza ha liderado un seminario acerca de la salud mental en el sector agrario que se celebró en la sede del Parlamento Europeo.

La incertidumbre ante el cambio climático o la rentabilidad de las explotaciones son algunos de los factores de estrés entre los agricultores.
La incertidumbre ante el cambio climático o la rentabilidad de las explotaciones son algunos de los factores de estrés entre los agricultores.

La incertidumbre ante el cambio climático o la rentabilidad de las explotaciones, jornadas maratonianas en un trabajo físicamente exigente, la soledad o la preocupación por un relevo generacional que no llega poniendo así en riesgo la continuidad del sector son algunos de los principales factores de estrés entre los agricultores europeos y que colocan el campo del continente lejos de una visión idílica de la agricultura como una actividad relajada y saludable.

De hecho, según la iniciativa de la Unión Europea sobre salud mental, "las personas que viven en zonas rurales o remotas, como los agricultores, tienen retos de salud mental particulares asociados al riesgo de desconexión y a la falta de acceso a los servicios de salud mental. Los índices de suicidio entre los agricultores son un 20% superior a la media nacional de algunos estados miembros, por lo que se ofrecerá ayuda para reforzar su resiliencia".

Para analizar esta cuestión y tratar de plantear medidas que palien los problemas de salud mental en el sector agrario, el Ciheam Zaragoza organizó esta semana un seminario en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Este encuentro, que fue el primero de una serie más amplia, se celebró en el marco del proyecto europeo Safehabitus, en el que participa el propio Ciheam Zaragoza y que tiene, entre otros objetivos, la creación de una red europea de agricultores, organizaciones agrarias, expertos, investigadores… que contribuyan a la implantación de soluciones que mejoren la salud, seguridad y calidad de vida de los agricultores.

El seminario contó con la participación de varios eurodiputados, entre ellos, la francesa Anne Sander, quien abogó por un cambio en la manera de aproximarse al mundo de la agricultura y en la percepción del "trabajo de valor incalculable" que hace este sector. Para ello, Sander apuesta por "una mayor inversión en innovación y en nuevas tecnologías en las explotaciones". Por su parte el ministro de Agricultura de Irlanda, incidió en la evolución de la percepción de los problemas de salud mental, cada vez menos estigmatizados: "Un amplio espectro de la sociedad se está moviendo hacia un ámbito en el que la salud mental se comenta del mismo modo del que se habla del cáncer o de una pierna rota", destacó. La investigadora eslovena María Cernic reiteró que "a lo largo del tiempo, un cúmulo de factores estresantes comunes y extraordinarios conducen a problemas crónicos de salud física y mental que impactan en el bienestar de las comunidades agrarias y en el futuro de la prosperidad de la agricultura".

Desde el proyecto Safehabitus se han propuesto diversas acciones como actividades de concienciación llevadas a cabo en el medio rural por expertos en esta materia, así como destinar financiación en servicios de apoyo directo cuya accesibilidad esté garantizada cuando los agricultores lo necesiten, por muy remota que sea la zona en la que vivan. Estas iniciativas están en consonancia con lo recogido en un informe del Parlamento Europeo que considera que "su éxito depende en gran medida de la sensibilización sobre la importancia de salud mental y el bienestar en la comunidad agraria y la necesidad de un apoyo específico a los agricultores y las zonas rurales".

Problema oculto

El proyecto Safehabitus está orientado a hacer de la agricultura, una actividad que se encuentra entre las más peligrosas de Europa, un trabajo más seguro. Según las estadísticas que maneja la UE, la tasa de mortalidad es un 233% más elevada en este sector que en otros y la tasa de accidentes es un 18% más alta. Sin embargo, los agentes implicados en este proyecto consideran que "se trata de un problema que sigue sin ser lo suficientemente investigado, analizado y reportado" y, como consecuencia, "no se implantan medidas de prevención".

En el seminario participaron varios eurodiputados, como Anne Sander

Por ello, desde Safehabitus consideran necesario que los agricultores "reciban el apoyo de otros agentes, como investigadores o expertos, para eliminar las prácticas de riesgo e implantar nuevas formas de trabajo más seguras y sanas". Para lograrlo, desde Safehabitus trabajan con métodos como el testimonio en redes sociales de personas que han sufrido accidentes, la creación de herramientas de prevención de riesgos por parte de equipos multidisciplinares o el análisis de la predisposición de los consumidores a pagar una producción de alimentos que protege la salud y la seguridad de los agricultores.

La iniciativa, que cuenta con un presupuesto de 4,7 millones de euros, está financiada por los fondos Horizonte de la Unión Europea.

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