UGT denuncia 40 víctimas de explotación laboral en Zaragoza en lo que va de año
El responsable del área de Migraciones, Antonio Ranera, asegura que es el empleo doméstico y de cuidados el sector donde se registran más casos
En la víspera del Día europeo contra la trata de seres humanos, UGT ha querido centrar la mirada en las mujeres inmigrantes, menores de 35 años, procedentes sobre todo de Latinoamérica (Colombia y Nicaragua) en situación irregular, sin papeles, que trabajan sobre todo en el sector del trabajo doméstico y de cuidados, como las que más abusos sufren.
Según ha denunciado UGT Aragón, hasta el 30 de septiembre, han detectado 40 víctimas de explotación laboral, en la ciudad de Zaragoza, de acuerdo al estudio que han presentado hoy el responsable del Área de Migraciones de UGT, Antonio Ranera, y la secretaria de Formación y Empleo y Políticas Sociales, Pura Huerta.
La monitorización de la explotación laboral en Aragón, según Ranera, refleja que el 60% de las víctimas son mujeres y de éstas, más del 90% de origen sudamericano, con menos de 35 años y tres de cada cuatro se encontraban en situación irregular en España.
En cuanto a los sectores económicos en los que se han detectado casos de explotación laboral, uno ha sido el del empleo doméstico, seguido de la agricultura y la ganadería, la reforma de viviendas y la hostelería.
Si bien Ranera ha incidido en que entre lo que es la reforma de viviendas y el empleo doméstico, seis de cada diez casos de explotación laboral se desarrollan en domicilio particulares, lo que "supone un reto para mitigar y prevenir estas circunstancias". Y ha añadido que "aunque la explotación laboral se desarrolla habitualmente en el medio urbano, uno de cada cuatro casos que ha detectado el sindicato ha sido en el medio rural".
Ranera ha hecho hincapié en la "dureza" que viven las víctimas de explotación laboral, ya que 6 de las 40 detectadas este año habían sufrido accidentes laborales, alguna con pérdida de falanges de una mano por la manipulación de maquinaria sin prevención ni medios, otra sufrió múltiples agresiones sexuales en el ámbito de su trabajo, dos habían sido identificadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado como víctima de trata de seres humanos y una era menor de edad.
Una de las víctimas ha explicado en primera persona la situación que sufrió al cuidado de una mujer de 91 años. "Un trabajo las 24 horas los 7 días de la semana por mil euros con un solo fin de semana al mes de descanso y obligada a buscar una persona sustituta y a pagarla de su dinero si quería vacaciones", un testimonio que espera sirva al menos para crear conciencia y que quienes sufren explotación laboral se atrevan a denunciar, porque "es de la única manera", ha dicho, de poner fin a estas situaciones .
La explotación laboral, ha concluido Ranera, se desarrolla de manera "opaca e invisible" por parte de los empleadores -casi en su totalidad nacionalidad española- y también por la necesidad de subsistencia de las víctimas, pero eso no implica que se produzca en lugares "ocultos o recónditos", sino en pueblos y ciudades, en los polígonos, barrios y viviendas de vecinos, y las víctimas acceden a ser explotadas por la necesidad de tener un salario de subsistencia, de enviar dinero o mantener a sus familias y por la esperanza de conseguir papeles a través de un contrato de trabajo.
Ranera ha advertido de que en Aragón, por el aumento de la esperanza de vida, alrededor de 12.000 hogares necesitan cuidados de manera permanente y ante esa situación, las políticas públicas en España dedican menos del 1% del PIB a cuidados de larga duración, por debajo de la media de la UE y muy alejadas del 2,5% que destinan los países del norte de Europa.
UGT ha urgido la constitución en Aragón de una Mesa de coordinación estable en torno a la lucha contra la explotación laboral. En el ámbito nacional, el sindicato reclama la aprobación de la ley de trata, que se frustró por el adelanto electoral, que se desarrolla en el plan de acción de lucha contra el trabajo forzoso, que se mejore el apoyo a las víctimas, que el empleo doméstico y de cuidados se incorpore definitivamente al régimen general y que desarrolle el convenio número 29 de la Organización Internacional del Trabajo respecto a la lucha contra el trabajo forzoso.
