A nadie se le escapaba este lunes, en la VII Cumbre Empresarial por la Competitividad que organiza CEOE, que había argumentos suficientes para conceder al grupo papelero Saica el Premio de Honor Empresa de Aragón 2023. Incluso podría sorprender que no lo hubiera recibido antes. Es la primera multinacional de capital totalmente aragonés, que este ejercicio cumple 80 años, tiene presencia industrial en once países, más de 10.000 trabajadores en total –1.000 de ellos en la Comunidad– y en 2022 registró una facturación de 4.394 millones de euros. Pero más allá de estos datos, Ramón Alejandro, presidente de la compañía, ha destacado al recibir el galardón que «las claves del éxito de Saica son la innovación, la economía circular, el cariño y el equipo».

VII Cumbre Empresarial por la Competitividad en Aragón

Alejandro ha comparecido en la recta final de la jornada, celebrada en la Sala de la Corona del edificio Pignatelli, sede de la DGA, con un discurso que le salía del corazón. Sin papeles, pero con la claridad de ideas de quien sabe el mensaje que quería transmitir, el primer presidente de la firma de la tercera generación de la empresa familiar ha llamado la atención sobre los cuatro aspectos que han permitido a Saica estar donde está. La innovación es el primero, ha dicho tras citar la visión de los fundadores al apostar por la producción de papel tras abandonar el negocio textil y la apuesta por reducir el gramaje del papel en años posteriores.

La defensa de la economía circular desde hace años, cuando nadie hablaba de ello, ha sido la segunda de las claves del éxito de la compañía citada por Alejandro. «Hoy somos el reciclador número 1 de España, también el primero en Francia y el tercero en el Reino Unido, donde tenemos un 17% de cuota de mercado», ha dicho.

El cariño «en una doble vertiente, el recibido de fuera y el interno», ha sido el tercero de los argumentos mencionados por el presidente de Saica. «Nos han apoyado en El Burgo de Ebro, también gobiernos de diferente signo político y los accionistas y directivos nos hemos sentido respaldados en la toma de decisiones, lo que ha permitido sacar adelante el protocolo familiar», ha apuntado. «Los gurús de este tipo de empresas dicen que la primera generación crea la compañía, la segunda la hace crecer y la tercera se la carga, pero los de esta tercera generación llevamos 13 años y las cosas no van mal», ha indicado.

La cuarta clave citada por Ramón Alejandro ha sido «el equipo, equipo y equipo, a todos los niveles». El presidente de Saica ha destacado el trabajo de sus tíos, que le antecedieron en el puesto, y el de todos aquellos trabajadores que han arrimado el hombro cuando ha habido algún incendio u otros problemas sobrevenidos. «Si no hay equipo, no hay proyecto», ha incidido.

Antes de esta intervención se ha proyectado un vídeo en el que se repasaba la historia de las ocho décadas de andadura de Saica, con fotos antiguas y los testimonios de familiares de los siete fundadores, directivos y otros trabajadores de la empresa. Pilar Rived y Pilar Balet, hijas de los fundadores, destacaron que «en el ADN de Saica está el trabajo y la imaginación». Los expresidentes Joaquín Balet y Eduardo Aragüés hablaron de sus experiencias, al igual que Francisco Carilla (director de Proyectos Industriales), Pascal Giraud, José Manuel López y Sharay Alonso. En defensa de ese mismo ADN se posicionó en el vídeo Susana Alejandro, actual directora de Estrategia que relevará a su hermano Ramón como presidente del grupo el 1 de julio de 2024.

Miguel Marzo, presidente de CEOE Aragón, ha querido reseñar en su discurso, al margen de las reivindicaciones de la patronal, algunas de las virtudes que han hecho que Saica ocupe su posición actual. Uno de los secretos de esta empresa, a dicho parafraseando a Ramón Alejandro, es «haber crecido más que la familia». Otro elemento clave, ha apuntado, es lo bien que ha hecho el relevo generacional, así como que la familia puede estar en el consejo de administración, pero no necesariamente en el día a día de la gestión.

La intervención de Azcón

Ha cerrado la Cumbre Empresarial el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, en el que fue su primer evento con empresarios desde que relevó en el puesto al socialista Javier Lambán. El político del PP ha recordado que en una de sus primeras comparecencias de este tipo como alcalde de Zaragoza entregó la medalla de Oro del Ayuntamiento precisamente a Ramón Alejandro como presidente de Saica.

Azcón, que ha añadido a las cuatro claves apuntadas por el presidente del grupo papelero el trabajo y el tesón, recordó que una de las primeras cuestiones de las que habló con Alejandro fue la huella fiscal que dejan las empresas en una Comunidad. En ese sentido, ha querido dar gracias a las compañías que han aportado «decenas de millones de euros» para que los aragoneses puedan disfrutar de recursos públicos.

El nuevo inquilino del Pignatelli ha contrapuesto la estabilidad política existente en Aragón (mencionada también antes por Miguel Marzo) con la situación que se vive en el ámbito nacional, con una «incertidumbre» marcada por las presiones «inaceptables» de partidos separatistas.

«La estabilidad política y jurídica» de Aragón, ha incidido Azcón, «es clave para contar con empresas que generen riqueza y empleo, y eso es prioritario para mi Gobierno». Por ello indicó que convocará en breve a la Mesa del Diálogo Social, en la que participan representantes de las patronales CEOE y Cepyme y de las organizaciones sindicales UGT y CC. OO., porque está convencido de que «en esta legislatura tenemos que seguir siendo capaces de encontrar entre todos puntos en común» que ayuden a impulsar la economía aragonesa.

El también presidente del PP Aragón ha querido recalcar la que ha asegurado que será una de las principales banderas de su mandato, su determinación de bajar impuestos todo lo que sea posible. «Quiero apostar porque Aragón deje de ser un infierno fiscal», ha proclamado antes de reiterar su anuncio de bajar el IRPF a los que menos tienen y, en definitiva, rebajar la carga impositiva a empresas y ciudadanos «todo lo que nos permita la economía».