El negocio de Telefónica, el activo más deseado por los saudíes

Destaca el posicionamiento de la operadora en Alemania, Reino Unido y Brasil, entre otros países

Sede de Telefónica en Madrid
Sede de Telefónica en Madrid
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La incursión saudí en el capital de Telefónica ha sido posiblemente la operación corporativa del año. No solo por su magnitud e impacto sobre una empresa estratégica en España, sino también por el secretismo con el que se ha gestado. Un salto de STC sobre la operadora española que, a juicio de los analistas, parece más que lógico para los intereses del grupo árabe.

El momento elegido para llevarlo a cabo no es casual. Sobre todo por la debilidad en Bolsa que desde hace tiempo azota al sector en Europa y que esta operación ha vuelto a sacar a relucir. "La baja capitalización de la compañía, común en todo el sector europeo, implica una infravaloración que la hace susceptible de adquisiciones en un momento complejo para las telecos", indica Javier Molina, analista senior de eToro. Al fin y al cabo, un grupo de 49.200 millones de euros de valor de mercado apenas ha tenido que desembolsar 2.100 millones para hacerse con un 9,9% de la principal operadora en España, con la que STC "abre la puerta a que otros gobiernos europeos se muestren más abiertos a que el capital saudí entre en sectores estratégicos de sus economías".

Pero no solo eso. Con su casi 10% en Telefónica -participación que algunos expertos anticipan que podría ser mayor posteriormente- STC empezaría a formar parte de las decisiones estratégicas de una operadora que es sin duda un regalo caído del cielo para la firma. "Por ponerlo en contexto, Telefónica cuenta con 383 millones de accesos totales, 168 millones de unidades inmobiliarias con fibra, 292 millones de accesos móviles y tiene presencia en España y a nivel internacional destaca su posicionamiento en Alemania, Reino Unido, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, México, entre otros", recuerda Molina. En total, Telefónica cuenta con una fuerte presencia en las redes de 12 países. En Alemania, por ejemplo, es el tercer operador integral con su red O2, que cuenta con 43 millones de accesos, la mayor red doméstica operativa. En Brasil es el operador integrado líder del mercado, con más de 95 millones de accesos.

"Estamos hablando de que STC es un operador gigantesco y esta operación avala de alguna manera que Telefónica siga teniendo un papel estratégico en América Latina, para Europa del Este e incluso para Asia, especialmente en lo que es el entorno y el negocio digital", añade José Manuel Corrales Aznar, profesor del departamento de Economía y Empresa de la Universidad Europea. El propio operador saudí reconocía esta semana que su interés inicial en Telefónica es su "cartera única de activos de infraestructura y plataformas tecnológicas de última generación", donde la compañía está desarrollando actividades en áreas adyacentes como la inteligencia cognitiva o el 'Internet de las Cosas'.

Dudas en la operación

A pesar de que la operación ha recibido el visto bueno de analistas e inversores, ya han comenzado a asomar las primeras voces que apuntan al fracaso de la misma, ante los obstáculos que pueden aparecer para que llegue a buen puerto. La agencia de calificación Scope Ratings ha sido de las más escépticas, al recordar que "para los gobiernos, los operadores nacionales siguen siendo activos estratégicos sobre los que puede resultar difícil aceptar la influencia extranjera, por no decir el control, incluso cuando el Estado ya no es accionista". Añaden que, en caso de aumentar su participación en un futuro, habría "poco margen de sinergias" en un sector muy marcado por su propia estructura nacional: una diferente regulación nacional en Europa, diferentes hábitos o preferencias de los consumidores, distintas redes, etc. "Todo ello juega en contra del ahorro de costes y el aumento de ingresos en este tipo de operaciones", indican los expertos.

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