Ibercaja prevé la persistencia de una inflación elevada y una mayor atonía económica para los próximos meses

En exportaciones no se pueden esperan «grandes alegrías» este año, advierte Santiago Martínez, jefe de análisis económico y financiero de la entidad aragonesa

Santiago Martínez, jefe de Análisis económico y financiero de Ibercaja, en la presentación de un informe en el Patio de la Infanta.
Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja, en la presentación de un informe en el Patio de la Infanta.
Chus Marchador

Lo que aguarda a la economía aragonesa y española los próximos meses es una mayor atonía y que se prorrogue la inflación afectando sobre todo a una parte significativa de la cesta de la compra. Es el pronóstico que anticipa Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja.

«La subida de los tipos de interés ha llegado más lejos de lo que esperábamos y también ha sido imprevista la resistencia de la inflación», destacó. «Al contrario de lo que dicta la lógica económica, la atonía de la actividad en la zona euro no ha presionado a la baja los precios». Muchos, sobre todo en alimentación, siguen altos. 

«El ahorro generado durante la pandemia ha permitido una capacidad de fijación de precios poco habitual en un entorno de bajo crecimiento como el actual», explicó Martínez. Así las cosas, y sin que se pueda descartar todavía algún movimiento adicional por parte del Banco Central Europeo en lo que es subida de tipos –aunque de producirse «serían de escasa entidad»–, precisó, «no cabe esperar una mejora económica sino más bien una mayor atonía».

Tampoco ayudará una inflación que se resiste a bajar. Aunque, la caída en el precio de la electricidad y el gas «por el fuerte efecto base (comparado con el precio de hace un año) ha permitido hasta junio que el IPC reduzca su crecimiento, desde entonces se ha producido un repunte: del 1,9% al 2,6% interanual de agosto. 

Un rebote que, según este experto, «puede ser ligeramente alcista en los cuatro últimos meses del año, de modo que aún podrán verse tasas de IPC ligeramente superiores a las actuales». Más allá de eso, sería imprescindible, subrayó, que bajasen más los precios subyacentes (bienes y servicios) y también de los alimentos, que «apenas han recogido la contención de los precios energéticos». Sin embargo, la previsión, según el experto de Ibercaja, es que la elevada inflacción subyacente (6,1% en agosto) persista el resto del año.

Factores como «la sequía y las malas cosechas», junto a las subidas salariales (el coste laboral aumentó un 5,6% interanual en el segundo trimestre) contribuyen también a prolongar el periodo inflacionista, añadió el jefe de análisis económico y financiero de Ibercaja. «Lo que cabe esperar es que el IPC general y el subyacente no se dirijan a corto plazo hacia el objetivo del 2%», advirtió Martínez. 

Una inflación que tampoco beneficia a las exportaciones. «Los fuertes crecimientos de 2022 derivaban en parte de las subidas de precios», reconoció, «aunque los volúmenes presentaban un comportamiento más modesto e incluso negativo». Por tanto, será difícil cerrar 2023 como otro año de récord en ventas al exterior. 

«La intensa contención de los precios de los bienes en mercados internacionales unida a la debilidad de la demanda de nuestros mayores socios comerciales en Europa dificulta esperar grandes alegrías en las exportaciones durante los próximos meses», advirtió Martínez.

Tampoco el empleo se libra de la desaceleración. Pese a un comportamiento «sorprendentemente positivo en la primera parte del año», para el jefe de análisis económico de Ibercaja, «era difícil que se mantuviera ese ritmo de contratación y ya se está viendo «una notable pérdida de dinamismo, que se puede agravar si la actividad se resiente como esperan», dijo, «por los daños en las finanzas de los hogares provocados por la política monetaria y la persistencia de la inflación». 

«Languidez en el crecimiento» para un 2024 incierto

Para 2024, «el panorama económico es de languidez en el crecimiento e incluso de un deterioro de la actividad algo más pronunciado a corto plazo», destacó el experto de Ibercaja. El motivo no es otro que «la persistencia de la inflación y la subida de los tipos de interés» que «afectarán en mayor medida a los hogares conforme se diluya el ahorro» y a las empresas «que se enfrentan al desafío para sus resultados del aumento en costes financieros y laborales». 

Por sectores, «el deterioro de las perspectivas es bastante generalizado». «A la debilidad de la producción en industria y servicios» se suma un sector agropecuario que acusa un año de climatología adversa y elevados precios de los insumos; y un sector inmobiliario muy afectado por la subida de tipos y con una caída interanual del 10% en compraventa de viviendas. 

Del sector público, «tampoco cabe esperar políticas muy expansivas», dijo. Y avanzó que para ver una mejora en estas perspectivas «es necesario que termine la espiral de inflación, salarios y endurecimiento de la política monetaria. Si se logra en 2024, se podrá hablar de un año que vaya de menos a más», afirmó.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión