negocios
Frutas Piquer, de tienda familiar en Santa Eulalia del Campo a empresa de 50 empleados
Los tres hijos de los fundadores están al frente de un negocio que ahora se dedica a la distribución de fruta y al transporte de mercancías por carretera.
Hace unos 70 años que José María Piquer y María Villalba abrieron una pequeña tienda de fruta en su pueblo, Santa Eulalia del Campo (Teruel). Esa frutería sigue abierta y ahora forma parte de un grupo con otras once en distintos puntos de la provincia (Utrillas, Calamocha, Monreal y siete en la capital), y una más en Cariñena. Son los hijos de los fundadores, María José, Joaquín y José Antonio, quienes han hecho de aquel establecimiento pionero una empresa con más de 50 empleados.
Los hermanos Piquer están al frente de la empresa desde 1987, cuando se estableció un almacén en Santa Eulalia para distribuir fruta y empezaron a abrir tiendas en los pueblos. En 2005, compraron Gifruta, con sede en Teruel donde tenían una nave y cuatro tiendas. La familia abrió tres establecimientos más y, aunque durante el primer año mantuvieron abierto el almacén de Santa Eulalia, lo más práctico fue centralizar todo en el polígono de la capital.
Aun así, los tres viven en el pueblo, así como los hijos de uno de ellos, que trabajan en la empresa y, en un futuro, continuarán con el legado familiar. “Procuro visitar todas las tiendas una vez a la semana y los clientes de las tiendas nos conocen porque queremos que siga siendo un negocio familiar y de trato cercano”, explica María José.
De forma paralela, en el año 97 los Piquer compraron el primer camión y ahora tienen alrededor de 15 con los que se dedican al transporte de mercancías por carretera. Así, tienen dos líneas de negocio y dan trabajo a unas 11 personas en el transporte y a otras 50 en la venta de fruta, entre las tiendas y el almacén.
“Este año falta mucha fruta”
El sector en el que se mueve esta empresa en mayor medida, el de la fruta, no pasa por su mejor época. “Este año falta mucha fruta porque no hay cosechas. El año pasado ya sucedió y el próximo tiene pinta de seguir en la línea”, asegura María José. Trabajan con la cooperativa de La Almunia de Doña Godina, también van al mercado de Valencia y compran mucho en Almería, a través de una persona de la zona que va a las subastas.
En sus tiendas de fruta se ve reflejado el estado de la economía en general: en unos establecimientos se venden más productos de primera categoría, por el poder adquisitivo de sus clientes, frente a otros donde, aunque también los hay, tienen mejor salida otros más económicos. Las personas dedicadas a la atención al público suelen ser del propio municipio por lo que, además de dar empleo al medio rural, se ofrece un trato de confianza porque son personas que se conocen de toda la vida.
Aunque en estos 36 años desde que se abrieron las primeras tiendas la familia Piquer no ha tenido que cerrar ninguna, sí notan cómo en los pueblos hay menos población y que los establecimientos como los suyos van desapareciendo. “Mucha gente del entorno de Teruel va al menos una vez a la semana y hace compra grande, incluida la fruta”, señala María José. En su caso, incluso pudieron abrir una nueva tienda en plena pandemia.
Actualmente, dos de las fruterías de Teruel abren todos los días de la semana, de 9.00 a 21.30 y el domingo solo por la mañana, hasta las 14.00 horas. Las de los pueblos llevan horario normal de comercio, hasta el sábado a medio día.
