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Un proyecto aragonés busca las mejores prácticas para mantener los suelos más sanos

El CITA quiere promover el uso de las prácticas sostenibles para evitar la degradación de la tierra, un problema que afecta a casi el 70% del suelo agrario de la Unión Europea.

Ensayos de cultivos en el proyecto SOS suelo impulsado por el CITA.
Ensayos de cultivos en el proyecto SOS suelo impulsado por el CITA.
CITA

Con el objetivo de "promover el uso y la generalización de prácticas sostenibles de manejo del suelo en agroecosistemas con el fin de mejorar o mantener la calidad", el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) ha puesto en marcha el proyecto ‘Evaluación de la calidad del suelo en diferentes agroecosistemas y determinación de indicadores para un manejo sostenible. SOS Suelo’.

"La degradación del suelo supone un problema medioambiental (y agrícola) de primera magnitud ya que estas tierras juegan un papel fundamental en la regulación de los flujos y transferencias de masa, energía e información entre la litosfera, biosfera, hidrosfera y atmósfera. Se trata de un medio vital para el ser humano, ya que soporta la producción agraria que produce el 95% de los alimentos", explica José Manuel Mirás, investigador del Departamento de Sistemas Agrícolas, Forestales y Medio Ambiente del CITA, y líder de este proyecto, en el que también participan investigadores y técnicos de los departamentos de Ciencia Vegetal y de la Estación Experimental Aula Dei del CSIC (EEAD-CSIC).

Metagenómica del proyecto para evitar la degradación de los suelos.
Metagenómica del proyecto para evitar la degradación de los suelos.
CITA

Pero señala, además, Mirás que los suelos sanos proporcionan no solo alimentos, sino también otros bienes y servicios: agua limpia, hábitats para la biodiversidad, filtrado de contaminantes, regulación de los ciclos de agua, nutrientes y clima, así como constituir una herencia cultural, entre otros servicios importantes, como el secuestro de carbono que contribuye a la resiliencia climática. "Estos servicios los damos por sentado, pero los suelos degradados no son capaces de proporcionarlos", añade.

Además del objetivo general, el proyecto cuenta con otros objetivos más específicos, que pasan por el "diseño de un conjunto de indicadores para determinar la calidad del suelo o hacer una caracterización de la calidad del suelo en agroecosistemas de relevancia en Aragón y que hayan sido sometidos a diferentes tipos de manejos», entre otros.

Se estima que entre el 60% y el 70% de los suelos de la Unión Europea se encuentran sometidos, en mayor o menor medida, a procesos de degradación. Las principales causas de esta degradación son unas prácticas de gestión insostenibles como el exceso de laboreo, contaminación por pesticidas, pérdida de materia orgánica, entre otras; la erosión, tanto hídrica como eólica, la necesidad de producir más alimentos para una población creciente, lo que conlleva una desmesurada intensificación de las prácticas agrarias y el cambio climático.

Por ello, Mirás insta a "promover todas aquellas prácticas que aumentan el contenido de materia orgánica en el suelo. Una estrategia a destacar es la diversificación de cultivos". Entre ellas destaca, por ejemplo, el uso de cultivos cubierta que permite mantener el suelo con vegetación en vez de estar desnudo, con lo que se protege frente a los agentes erosivos y se aumenta su contenido de materia orgánica tras la incorporación de los residuos vegetales al suelo. "Otras prácticas que se pueden mencionar son el laboreo de conservación o la siembra directa", afirma.

El presupuesto del proyecto SOS-Suelo es de 200.000 euros y se encuentra financiado por el Plan Complementario de I+D+i de Agroalimentación Agroalnetx dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea - Next Generation EU. El plazo de ejecución va desde octubre de 2022 a septiembre de 2025.

Alejandro Royo

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