coyuntura
El BBVA prevé que la economía aragonesa se desacelere en 2023 y crezca un 0,6%
La inflación y la falta de mano de obra cualificada, riesgos destacados para la región por el servicio de estudios del banco.
Después de registrar un crecimiento económico del 4,6% en 2021 y de que la estimación para el actual ejercicio 2022 sea del 3,3%, la economía aragonesa se encamina hacia una desaceleración en los próximos meses que se traducirá en un incremento del PIB regional de solo un 0,6% en 2023. Esa es la previsión que Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, hizo pública ayer en una jornada sobre coyuntura económica organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (BBVA), el Colegio de Economistas y la Cámara de Comercio de Zaragoza.
El economista del servicio de estudios del BBVA reconoció desde el primer momento de su ponencia que vamos hacia una reducción de la actividad que se está traduciendo en subidas del PIB que van a menos, como se ha percibido ya entre el segundo y el tercer trimestre, entre otras cosas por el impacto negativo de la guerra en Ucrania en regiones que, como Aragón, cuentan con un sector industrial potente que es intensivo en el empleo de energía. Pese a ello, dijo que «las familias y las empresas aragonesas enfrentan este entorno en mejor posición que la crisis anterior, con menos endeudamiento, más activos y sin que se hayan acumulado desequilibrios importantes».
El PIB aragonés, reseñó Cardoso, se contrajo un 9,4% en 2020 como consecuencia de las restricciones dictadas para hacer frente a la pandemia de la covid-19, una caída que en el conjunto de España se elevó hasta el 10,8%, porcentaje que fue aún mayor en aquellas comunidades autónomas más dependientes del sector servicios, en particular del ámbito del turismo. Por ello una vez que se recuperó la actividad general y la gente volvió a viajar, Aragón creció menos que la media, además de verse muy afectada por los problemas internacionales de suministro de chips y semiconductores.
La Comunidad aragonesa se ha visto muy afectada, incidió el economista del BBVA, por el incremento del precio de la energía causada por las subidas del precio del gas como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, si bien de cara al futuro hay motivo para la esperanza por la mayor eficiencia en el empleo de esa energía y la mayor disponibilidad de gas.
«Pese a los puntos negativos, se va a crecer», dijo Cardoso, que concluyó su intervención citando los dos riesgos principales a los que nos enfrentamos. Uno es el que tiene que ver con la inflación, aunque esta se ha reducido en los últimos meses, y la otra es la falta de mano de obra cualificada necesaria para cubrir la demanda que requieren las empresas.
La despoblación y el relevo generacional, otros retos
En la jornada sobre coyuntura económica en la Cámara intervino como segundo ponente José Manuel Lasierra, presidente del Consejo Económico y Social de Aragón (CESA), que dijo echar en falta una política de integración territorial más activa por parte del Gobierno central. Una política que frene problemas como el de la despoblación y que no incluya decisiones como la de ubicar en una región como Valencia una gigafactoría de baterías por la que competía Aragón.
El evento estuvo presentado por Íñigo de Yarza, consejero delegado de HENNEO, en nombre de la Cámara de Comercio, y contó también con una mesa redonda moderada por Encarna Samitier, directora de ‘20 minutos’, en la que participaron las presidentas de Cepyme Aragón, María Jesús Lorente, y Arame, María López Palacín. La representante de la pequeña y mediana empresa hizo hincapié en los tres temas que más le preocupan y ocupan: el empleo (hay miles de demandas que no se cubren, dijo) y el relevo generacional, en especial en el medio rural. En materia de financiación, apuntó también, «las pymes lo tienen hoy más complicado».
