Entre el ‘método Ahorro’ de las pymes y la resignación

Ante esta situación, todos se remiten a los actuaciones que puedan llevar adelante los gobernantes para hacerle frente. Reabrir térmicas de carbón o centrales nucleares, como hacen otros países, no se plantea en España, además, la sequía ha frenado la producción hidroeléctrica.

Factura de la luz.
Factura de la luz.
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El disparado precio de la electricidad y gas está afectando a todas las empresas en mayor o menor medida, en función de la necesidad que tienen de emplear energía para sus procesos. No obstante, las más vulnerables son las pequeñas y medianas, las pymes, cuyo margen de maniobra para defenderse es mucho más reducido.

La tarifa de último recurso (TUR), que se aplica a consumidores con una potencia contratada de menos de 10 Kw, viene bien a empresas pequeñas de servicios, pero no al resto, recuerda María Jesús Lorente, presidenta de Cepyme Aragón. "Por eso reivindicamos que el TUR suba su potencia, que permita consumos de hasta 50 Kw, eso beneficiaría a muchas pequeñas y medianas empresas", sostiene.

Poco más margen hay para actuar en un escenario de subidas constantes de los precios de la energía que afectan a todo tipo de compañías. Es cuando se impone el denominado ‘método Ahorro’, señala Lorente en referencia a todas las acciones que se pueden llevar a cabo para reducir el consumo de luz o de gas a lo más imprescindible. "La pyme que tiene dos aparatos pone en marcha solo uno; se racionalizan más los horarios para trabajar más en las horas de luz natural, y no se pone calefacción más que a algunas horas determinadas", cita a modo de ejemplo. Eso sí, recalca, "asegurándose siempre que hay que tener a la gente trabajando en condiciones".

"Mientras sea el gas el que condicione el precio de la electricidad y la guerra siga en Ucrania, el problema de la tarifa de la luz seguirá ahí", indica por su parte Armando Mateos, director general de Itesal. Ayer mismo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió en Berlín que se desvincule la cotización del gas del precio de la electricidad.

Mateos precisó que en una de las empresas que conforman Itesal, la de extrusión, su factura de electricidad se ha llegado a cuadriplicar. De pagar 45.000 euros al mes en septiembre del año pasado se llegó hasta los 210.000 euros de febrero o marzo de este año. Con el nuevo contrato que tienen la cifra ha bajado a 175.000, cantidad que esperan rebajar con el funcionamiento de las placas fotovoltaicas instaladas en su sede a 140.000 o 150.000 euros. En cuanto al gas, después de haber pagado hasta 100.000 euros al mes se ha bajado hasta los 80.000, si bien el precio va al alza, relata.

Ante esta situación, todos se remiten a los actuaciones que puedan llevar adelante los gobernantes para hacerle frente. Reabrir térmicas de carbón o centrales nucleares, como hacen otros países, no se plantea en España. Para empeorar las cosas, además, la sequía (en toda Europa) ha frenado la producción hidroeléctrica. 

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