Prodesa concentrará todas sus actividades en el PTR tras desembolsar 10 millones

La ingeniería aragonesa llevará a la nueva sede sus tareas logísticas, productivas y corporativas en unas instalaciones que prevé estrenar en el verano de 2023.

Recreación del edificio de oficinas de Prodesa en el PTR, junto al que se construirá las naves.
Recreación del edificio de oficinas de Prodesa en el PTR, junto al que se construirá las naves.
Nicolás Serrano

Prodesa Medioambiente, empresa aragonesa especializada en el diseño y fabricación de plantas de pellets de biomasa, reunirá en unas nuevas instalaciones en el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR) de Zaragoza las actividades que hoy desarrolla en tres ubicaciones distintas: las corporativas y administrativas en Plaza, las vinculadas al almacén de repuestos en Villanueva de Gállego y las de equipos de ensamblaje en La Puebla de Alfindén. La compañía invertirá en el proyecto unos 10 millones de euros en la primera fase, monto económico que podrá incrementarse hasta los 15 o 20 millones en los próximos años con ampliaciones, ya que el espacio adquirido es suficientemente extenso.

"Queremos crear el centro de pellets de biomasa más importante de Europa", explica a este diario José Ignacio Pedrajas, presidente de Prodesa, al dar cuenta de los planes de una empresa que no ha dejado de crecer de modo importante en los últimos años y cuyas expectativas de futuro son muy halagüeñas. La compañía cerró 2021 con una facturación de 38 millones de euros, superando en un 21% el resultado del año anterior (30 millones), y para este ejercicio la previsión es llegar a los 44 o 45 millones.

Prodesa Medioambiente compró a Caja Rural de Aragón la parcela del PTR, ubicada en Torrecilla de Valmadrid, donde tendrá sus nuevas intalaciones, diseñadas por el despacho de arquitectura de Nicolás Serrano. En ellas habrá 4.500 metros cuadrados para oficinas (en un principio se ocuparán 2.800 metros) y para las futuras naves industriales se emplearán en un principio 5.000 metros cuadrados, si bien hay espacio para ampliar en 15.000 metros más). Los planes de la empresa pasan por tener operativas las instalaciones en torno al verano de 2023, siempre que los trámites de licencia y construcción no sufran retrasos.

Actividad fabril

Según detalla José Ignacio Pedrajas, la actividad fabril que se lleve a cabo en las nuevas instalaciones se dividirá en tres bloques diferenciados. En el primero se fabricarán prensas pelletizadoras, que es el producto estrella de la compañía. En el segundo se realizarán los montajes de las plantas contenerizadas (fábricas de pellets de biomasa que pueden ser trasladadas en contenedores homologados para su instalación en destino).

En el tercer bloque irá una actividad relativamente nueva para Prodesa, la producción de piezas de repuesto tanto para las plantas que ensambla la propia empresa aragonesa como otras de ‘marca blanca’ para las de la competencia.

La compañía aragonesa creó el año pasado una nueva división productiva, centrada en la fabricación de bienes de equipo, que permitía completar su especialización en la industria de pellets y abarcar así la de ingeniería y la fabricación propia, pasando por la construcción e instalación las plantas de pellets ‘llave en mano’ e incluyendo los servicios de postventa.

Para cumplir con el objetivo de conseguir que la nueva sede de la compañía aragonesa sea un referente europeo en su sector, la apuesta por seguir impulsando acciones que defienden la sostenibilidad medioambiental (con un centro de reciclaje de piezas) y la mejora de sus labores de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i) son claves en el nuevo proyecto. "Vamos a tener un laboratorio potente para realizar ensayos y medir la calidad de nuestros pellets", apunta al respecto José Ignacio Pedrajas antes de insistir en el empeño de la compañía en apostar por la diversificación de las materias primas utilizadas para la producción de pellets.

Cáscara de cacahuete

En 2020, Prodesa construyó una planta de pellets de cáscara de cacahuete en Georgia (Estados Unidos) y la segunda de sus características está en Alabama, mientras no deja de valorar la posibilidad de convertir en biomasa otras materias primas como la cáscara de girasol, la paja o el bagazo que se genera en la producción de caña de azúcar. "Las posibilidades son amplísimas porque la cantidad de residuos agrícolas es ingente", apostilla.

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