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Limpiezas Boyra, la evolución a empresa de una limpiadora autónoma de Borja

Raquel Antón se dedicaba a la limpieza en hospitales y bares de forma eventual cuando en 2014 decidió dar el salto y dedicarse a ello a tiempo completo y con su propio negocio.

Equipo de Limpiezas Boyra de Borja
Parte del equipo de Limpiezas Boyra de Borja
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Es decidida, trabajadora, autónoma, amante de la limpieza y ahora también empresaria. Aunque ella no termina de verse reflejada en este último calificativo, Raquel Antón se ha labrado una carrera profesional que la ha hecho llegar hasta donde está ahora, al frente de Limpiezas Boyra, su propio negocio de limpieza profesional con un equipo de siete personas.

Tiene 40 años y hace ocho, en 2014, decidió hacerse autónoma y dedicarse a tiempo completo a lo que más le gusta hacer: limpiar. Hasta entonces había trabajado en ello, limpiando en hoteles o en bares pero siempre de forma eventual, cubriendo vacaciones y haciendo otras sustituciones. Motivada por su situación familiar, dio un giro a su vida laboral y comenzó a promocionar sus servicios.

Empezó sola, sin un solo cliente, y a las dos semanas ya estaba limpiando trece portales y dos porches de tres comunidades de vecinos de Borja. La sede de su negocio está allí pero sus servicios se extienden a toda la comarca y alrededores, llegando incluso hasta Zaragoza. De aquellas tres primeras personas que confiaron en Raquel, el volumen de trabajo ha ido creciendo y ahora presta servicio a unos 400 clientes. Los hay de todo tipo: Ayuntamientos y otras entidades públicas, particulares para limpieza en casas o locales de negocios pequeños como gestorías, clínicas dentales, gimnasios…

Raquel Antón (a la izquierda) y su marido con parte del equipo de Limpiezas Boyra.
Raquel Antón (a la izquierda) y su marido con parte del equipo de Limpiezas Boyra.
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Conforme su éxito crecía Raquel tuvo que ir aumentando la plantilla hasta las siete personas que la forman actualmente. Uno de los miembros del equipo es su marido José Luis (aunque todos le conocen como Boni). Es albañil de profesión pero lo dejó en 2017 para dedicarse de lleno a la empresa familiar. Así nace Limpiezas Boyra (el acrónimo de Boni y Raquel) donde él también realiza pequeños trabajos de albañilería.

En estos ocho años de trayectoria, Raquel, por su carácter activo e inquieto, siempre ha tratado de innovar, de mejorar y de ampliar sus servicios. Así, en 2018 abrió una tienda para venta directa al público de productos de limpieza. “Muchos creen que son especializados para tema industrial pero tengo cosas para casa, como lejía o los dos productos estrella, un anticalcáreo y un desengrasante convencional que se venden mucho porque aquí el agua tiene mucha cal”, explica Raquel.

Desde hace un tiempo, es ella quien está al frente de la tienda (carretera de Cortes, 7), que abre de lunes a viernes de 9.30 a 13.30. Muy a su pesar, ha tenido que dejar de limpiar porque en la primavera de 2020, precisamente limpiando, se rompió el manguito rotador del hombro. “Este trabajo es muy físico. Mi marido dice que se cansa más ahora que cuando trabajaba de albañil”, asegura. Esta lesión, con dos operaciones posteriores y la correspondiente rehabilitación, ha alejado a Raquel para siempre del trabajo de campo que tanto le gustaba.

"Lavamos y secamos a mano y también limpiamos el interior, incluida la tapicería"

Por otro lado, ahora está al frente de un equipo de seis personas a las que coordina y también atiende al público en su establecimiento. Además, a raíz de la pandemia y al ver que parte de su trabajo, sobre todo la limpieza en alojamientos turísticos y restauración, se estaba perdiendo, decidió anticiparse y abrir una nueva línea de negocio. “Desde hace un tiempo también realizamos limpieza y desinfección de vehículos en una nave”. Este servicio siempre es con cita previa y se lleva a cabo de forma totalmente ecológica. “Lavamos y secamos a mano y también limpiamos el interior, incluida la tapicería”. Como el resto de ideas que ha tenido en este tiempo, esta también ha funcionado y cada vez más particulares les llevan sus coches. Además, desinfectan casi a diario vehículos de la Policía Local y otros municipales.

“Con la pandemia he tenido más trabajo”

A pesar de que la pandemia ha supuesto un duro golpe para la economía a todos los niveles, en el caso de Raquel, su empresa no se ha resentido. Pero esto no ha sido suerte ni casualidad. “Cuando vi la que se avecinaba empecé a moverme, nos sacamos los cursos de desinfección, compré producto tanto para la venta al público (como gel hidroalcohólico) como para ofrecer ese servicio extra que va más allá de la limpieza. No quería despedir a ninguna de mis empleadas así que tenía que encontrar más trabajo donde fuera”, recuerda.

Así es como Limpiezas Boyra consiguió suplir el vacío que dejaron sus clientes del sector servicios. “Con la covid todo lo que era restaurantes, hostales o casas rurales desapareció por completo. La gente va muy apurada por lo que prefieren ahorrarse ese dinero y limpiar ellos mismos”.

"Nos hemos encontrado de todo, desde orina almacenada en garrafas hasta casos de diógenes"

Pese a ello, a esta empresa de Borja trabajo no le falta. De sus 400 clientes, muchos son comunidades de vecinos, donde se limpian portales y bastantes garajes. También actúan en pabellones municipales, con máquinas especiales de fregado y secado, en oficinas pequeñas, en naves industriales, en talleres mecánicos o en iglesias, incluido el santuario de la Misericordia, donde se expone el famoso Ecce Homo. Sus servicios se prestan también a nivel particular, con la limpieza semanal de casas y pisos, y trabajan además en desalojos de viviendas. “Nos hemos encontrado de todo, desde orina almacenada en garrafas porque era una casa sin agua donde no se usaba el inodoro, hasta casos de diógenes”, asegura Raquel, que no cierra las puertas de su negocio a nada.

Esta filosofía de decir a todo que sí tiene bastante que ver con el éxito de esta pequeña empresa borjana que no se detiene. 

Entre sus planes a corto plazo está lanzar una página web donde vender sus productos. Raquel ya lo tenía todo en marcha cuando la operación del hombro se interpuso en su camino pero espera poder retomar este proyecto cuanto antes. A la pandemia también le debe que ahora los vecinos de Borja y alrededores saben que en su tienda también pueden comprar productos de limpieza diaria. “No son los que se van a encontrar en un supermercado convencional. Son especiales y a muy buen precio”, asegura, con la seguridad y satisfacción que da el trabajo bien hecho. 

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