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Teletrabajo en la séptima ola: el miedo a las bajas retrasa la desescalada en el telemarketing y las TIC

El trabajo a distancia no es posible en buena parte del tejido industrial aragonés, pero algunos sectores que lo habían implantado al inicio de la pandemia de covid han vuelto a echar mano ante la oleada de contagios por ómicron.

Teletrabajador.
Teletrabajador.
EP

La séptima ola de covid-19 está dejando cifras desconocidas hasta ahora de contagios, que se traducen en un elevado número de bajas en las empresas. El teletrabajo ha aparecido como una solución para los sectores que pueden trabajar a distancia, principalmente los relacionados con las telecomunicaciones y la atención telefónica. Algunas de las grandes compañías han dado un paso atrás en la desescalada en enero para prevenir contagios y bajas, aunque para el tejido empresarial aragonés, con un fuerte peso de la industria o la logística, no es una alternativa mayoritaria.

"Las empresas que más se plantean la opción del teletrabajo son generalmente las grandes y/o de servicios puros (consultores, servicios tecnológicos…). Pero es una opción muy minoritaria", reconoce el director general de CEOE Aragón, Jesús Arnau, sobre el peso del teletrabajo en la comunidad. En los momentos más duros del estallido de la pandemia alcanzó el 12,6% en Aragón, casi cuatro puntos por debajo de la media nacional, según datos de Randstad. Esto supuso casi triplicar su peso ya que antes de 2020 se situaba en el 4,5% en España.

En este sentido, afirma que "la gran mayoría de las empresas optaron ya en su momento (en cuanto se pudo recuperar el trabajo presencial) por volver a él con las medidas de separación, protección, turnos, cadencia de entradas y salidas que consideró oportunas". En ellas se habría invertido "mucho" pensando "en la seguridad de los trabajadores y la actividad de la empresa y que se mantienen en su gran mayoría", asegura.

Temor a una avalancha de bajas

Sin embargo, esta nueva ola de contagios ha hecho que los sectores que pueden apoyarse en el teletrabajo recurran a él con más fuerza. "El teletrabajo había descendido bastante", coincide Herminia Lombarte, directora de Adecco en Aragón, pero "desde la semana pasada están volviendo a implementarlo". En muchos casos, el repliegue para volver a casa se ha producido con el goteo de las bajas laborales, que ha amenazado el mantenimiento de la actividad en algunas compañías. "El impacto de las bajas de esta oleada de casos récord se notó desde mitad de diciembre, pero pilló a muchas empresas o de vacaciones o cerradas", señala Lombarte.

La empresa de trabajo temporal calcula que se habría incrementado en un 15% la contratación en estas fechas, de media en España, para cubrir puestos de empleados contagiados en sectores con picos de actividad este mes como grandes superficies y las rebajas en el 'retail', todo lo relacionado con la logística y el transporte, pero también la alimentación y la automoción.

Retraso de la vuelta hasta abril

 Por ello, "algunas empresas habían hecho la desescalada y estaban trabajando presencialmente al 100% o con solo el 20% de la  jornada de teletrabajo, repartida en dos o tres días a la semana, pero en esta ola tras la vuelta de vacaciones se está promocionando otra vez", asegura Lombarte. En las compañías se habrían creado de nuevo equipos "burbuja".  

En la comunidad se sigue tirando del trabajo en casa en algunos puestos de banca y seguros, sobre todo, en los servicios centrales, no en las oficinas que requieren de la atención al público. Los principales serían los sectores del 'contact center', antiguo 'telemarketing' y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). "Había previsión de volver y se ha aplazado, en algunas hasta abril", cuenta sobre las tecnológicas Gerardo Montori, secretario de organización de la Federación de Servicios de CC. OO. Aragón. El sindicalista señala que en el sector de las telecomunicaciones y consultoría, el que más utilizaba el trabajo a distancia antes del covid, "el 100% de la plantilla está teletrabajando". 

"Las compañías cuando se han visto desbordadas por las bajas han facilitado el teletrabajo"

Montori cree que la pandemia supondrá cambios radicales en algunas empresas. Hay tecnológicas que aumentarán el porcentaje fijo de teletrabajo, al margen de la pandemia e incluso "alguna pyme tecnológica ha decidido cerrar la oficina que tenía en Zaragoza, mandar a todos a teletrabajar y si tienen que hacer reuniones alquilar un espacio de 'coworking'. Se ahorran mucho dinero en alquiler". Considera "complicado" el retorno de toda la plantilla  a las grandes plataformas de telemarketing, con miles de personas en oficinas abarrotadas. "En muy poco espacio hay mucha gente", recuerda.  

En algunas ha vuelto alrededor del 20% de la plantilla, explica Mamen Murua, delegada de UGT Aragón en el sector del 'contact'. Afirma que "las compañías cuando se han visto desbordadas por las bajas han facilitado el teletrabajo". Y si los trabajadores se encontraban bien, en vez de pedir la baja, les planteaban enviarles un portátil a casa para seguir trabajando. Denuncia también que en algunos casos se ha utilizado la posibilidad de trabajar desde casa como "arma de presión" para "castigar" con volver a la oficina si no se alcanzaban los objetivos. 

Los sindicatos coinciden en las dificultades para negociar una contraprestación por los gastos que supone trabajar en casa, que se van introduciendo empresa por empresa. La ley del trabajo lo fía a la negociación entre la empresa y el comité. Murua calcula que en su sector la aportación para el trabajador ronda el euro diario o unos 28 euros al mes, sin actualizarse con la inflación, que ha cerrado el año con récord, como el precio de la luz. En algún caso "las empresas ponen encima de la mesa que el trabajador se ahorra el tiempo de desplazarse al centro de trabajo y que con eso compensa", añade Montori.

Menos metros y oficinas flexibles

Arnau reconoce que aunque es una práctica "muy escasa", también es "creciente" porque la tecnología "lo permite cada vez más".

De aumentar, el impacto se notará en las oficinas, aunque desde la consultora inmobiliaria CBRE, Miguel Ángel Gómez señala que "el modelo en Zaragoza no es como en Madrid. Aquí todo el mundo tiene accesible ir al trabajo y no le es tan difícil desplazarse como en Madrid, donde puedes vivir en Toledo". Las distancias no son tan grandes. Por ello, mantiene su optimismo en cuanto a la previsión de alquiler de oficinas. En la capital aragonesa afirma que "la superficie media se ha incrementado". Ello lo achaca a que "para el mismo número de empleados necesitas más metros", para cumplir las medidas de seguridad, aunque es consciente de que también hay gente que está con teletrabajo. 

En firmas de alquiler de espacios de trabajo como IWG (antes Regus) se asegura que el modelo ha cambiado. "La gente no quiere estar detrás de una mesa y cuatro paredes, no es atractivo para atraer talento, es muy caro y anacrónico", afirma Philippe Jiménez, country manager. Considera que todavía es pronto para saber si la nueva oleada de contagios se notará, pero recuerda que no dejaron de ir sus inquilinos zaragozanos a las oficinas.

Por ello, defienden una opción "flexible" en la que cada cliente pueda utilizar cualquiera de sus 55 edificios repartidos por todo el país, con espacios polivalentes. No cree que la gente vuelva a trabajar solo desde casa. "Hay una fatiga, un hartazgo de tanto covid", añade, y "menos temor" ahora que se ve que en esta oleada pese a haber más contagios hay menos casos graves. Por ello, cree que "las personas no van a trabajar únicamente desde casa porque no es práctico" y hay quien prefiere salir de casa. Apuestan por un modelo mixto en el que se acuda a la oficina para reuniones, hacer formaciones o socializar y no tenga por qué ser siempre en el mismo lugar. "Que la gente no vaya a trabajar, sino que el trabajo vaya a la gente", concluye.

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