economía

Seis horas sin Whatsapp, Facebook ni Instagram: "Te deja incomunicado precisamente en horas de más trabajo"

La caída de las tres redes sociales de este lunes por la tarde afectó no solo a particulares, sino a empresas que las utilizan para hablar con sus clientes, proveedores y les sirven de escaparate en internet.

Ignacio Santa Eugenia, empresa Creen Solar.
Ignacio Santa Eugenia, emprendedor de la consultora energética Creen Solar.
C. S.

No son solo redes sociales para conectar con amigos y familiares. Facebook, Whatsapp e Instagram sirven de escaparate y canal de comunicación entre empresas, proveedores y clientes. La caída de este lunes a las 17.40, que paralizó seis horas las tres aplicaciones, dejó a mitad conversaciones de algunas compañías y profesionales aragoneses en las que se cerraban acuerdos de negocios y bajó la persiana del escaparate de muchas tiendas en internet.

Las pérdidas de un parón de actividad como este último resultan difíciles de cuantificar, salvo las que ha tenido que afrontar el propio fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, propietario también de Whatsapp e Instagram, y su máximo accionista. Según los datos del Bloomberg Billionaires Index, el gurú tecnológico habría perdido 6.110 millones de dólares (5.260 millones de euros) en una sola sesión en bolsa. Pese a ello su fortuna sigue alcanzando los 122.000 millones de dólares (105.039 millones de euros).

Presupuesto colgado

Durante las seis horas de bloqueo muchas empresas y profesionales sufrieron más estrés del habitual buscando alternativas para comunicarse con sus clientes. Hoy en día hay muchas formas de conectar, pero algunas están casi olvidadas. Hasta las llamadas telefónicas se han ido aparcando en algunos casos en el día día. "Te deja incomunicado precisamente en horas de más trabajo", cuenta Ignacio Santa Eugenia, emprendedor zaragozano y gerente de la empresa de consultoría en instalaciones renovables Creen Solar. Desde los inicios de la compañía, hace dos años, utiliza Whatsapp para su relación con los clientes "y ahora hasta con los proveedores", explica el también miembro de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Zaragoza (AJE).

La firma especializada en asesoramiento, instalación y tramitación de paneles solares tiene presencia en las tres redes sociales. Busca a sus clientes potenciales en Facebook porque allí la edad media es más alta, "a partir de los 35 o 40 años", señala, la de quienes tienen una vivienda propia. Tampoco deja de lado Instagram, donde se encuentran usuarios más jóvenes, los "clientes futuros". Lo ve también como "otro nicho de mercado" para "generar una imagen, que te busquen y te encuentren". 

En su caso, el fallo del pasado lunes le afectó después de tener una cita con un cliente. "Le envié un mensaje a las 17.30 para que me mandara unas facturas por Whatsapp para hacerle un presupuesto, que lo quería para ya", recuerda. El "ya" se convirtió en el día siguiente, esperando los recibos de la luz que no llegaban, ya que la aplicación dejó de funcionar diez minutos después y hasta la medianoche no se restableció el servicio de mensajería. 

"Fue en esas horas en que la gente acaba de trabajar, se le ocurren cosas y te comenta"

El emprendedor reconoce que la caída de las aplicaciones se produjo en un momento de mucha actividad. "Fue en esas horas en que la gente acaba de trabajar, se le ocurren cosas y te comenta", apunta. Sigue utilizando el correo electrónico, pero le resulta más frío. "La gente generalmente tiene el móvil en las manos y mira Whatsapp. Es el minuto a minuto", explica. Usaría también Telegram para enviar mensajes, pero "el problema es que no está tan extendido".

Campañas publicitarias paralizadas

María Serrano, especialista en estrategia y contenido en redes sociales.
María Serrano, especialista en estrategia y contenido en redes sociales.
M. S.

Una caída como esta de seis horas "paraliza todas las campañas publicitarias de empresas y marcas", advierte María Serrano, consultora de estrategia y contenido en redes sociales. Las redes sociales se han convertido en un escaparate 24 horas de las empresas. Considera que "Instagram, Facebook y Whatsapp son los principales canales de comunicación y venta 'online'. Muchas tiendas no tienen página web y lo han dejado en manos de ellos", afirma la 'freelance' zaragozana. 

Los ganadores del tropiezo de las tres redes de Zuckerberg fueron su competencia. Tanto Twitter, que utilizó el propio directivo para anunciar el problema, como Telegram, la otra aplicación de mensajería. "Automáticamente la gente se pasó a Telegram", recuerda Serrano. Esta última ha sufrido altibajos en cuanto a seguidores, pero asegura que "cada vez hay más gente" y "al final se está equilibrando un poco con Whatsapp", afirma.

"Hay que tener presencia en otros canales dependiendo de qué empresa es, si está su público allí, y no quedarse solo en Facebook, que al final es monopolio"

Muy pocos se acordaron de que para enviar un mensaje de texto siguen existiendo los primeros en cumplir esta misión, los SMS (servicio de mensajes cortos), que suelen ofertar gratis las operadoras de telefonía móvil en sus tarifas, lo que da idea de su falta de uso.  "Son como el último recurso", reconoce Serrano. Considera que el correo electrónico se mantiene como un mejor sustituto en el trabajo.  

Diversificar sería una de las claves para evitar situaciones como la de este lunes. "Hay que tener presencia en otros canales dependiendo de qué empresa es, si está su público allí, y no quedarse solo en Facebook, que al final es monopolio", advierte, en referencia a la compañía propietaria también de Whatsapp e Instagram. Los problemas del gigante tecnológico han vuelto a poner sobre la mesa el poder que van acumulando las grandes corporaciones tecnológicas.

Daños para los consumidores

Los perjuicios económicos resultan difíciles de cuantificar también en el caso de los consumidores. Desde la Unión de Consumidores de Aragón (Ucaragón) confiesan que sería una "tarea ingente" tratar de repartir la caída en las acciones "por cada uno de los usuarios y calcular cuál fue el coste para cada uno de ellos en función de su acceso a las redes y de su uso habitual".

Sin embargo, su secretaria general, Fernanda Blanco, plantea que podría haber alguna posibilidad de reclamar en el caso de que "algún consumidor no hubiera podido acceder a un producto que le fuera necesario, debido a esta caída", dado que "hoy en día prácticamente todos los negocios con puerta abierta al público tienen su versión en redes, incluso muchos, sin puerta abierta al público". En cualquier caso, una lucha de David contra Goliat.

Blanco recuerda que la red social no pasa por su mejor momento. La reputación de Facebook se encuentra en entredicho tras las palabras de una trabajadora este martes ante el subcomité de Protección al Consumidor, Seguridad de Productos y de Datos del Senado de Estados Unidos. "Actualmente una exempleada de una de las empresas de este señor, está declarando en el Congreso de su país sobre la falta de ética de estas empresas. O al menos, sobre la discordancia entre lo que pregonan como principios rectores de conducta ejemplar y lo que sucede en realidad", denuncia. La trabajadora ha llegado a decir que casi nadie conoce lo que sucede dentro de Facebook.

"Me preocupa qué ocurre o qué ha podido ocurrir con todos esos datos que, muchas veces, con demasiada alegría, compartimos en nuestras redes"

Muestra mayor preocupación incluso sobre la seguridad de los datos personales que maneja la empresa. "Me preocupa qué ocurre o qué ha podido ocurrir con todos esos datos que, muchas veces, con demasiada alegría, compartimos en nuestras redes, dejándonos llevar por una falsa sensación de seguridad", señala. "Pediría al señor Zuckerberg, que, al menos, nos explique alto y claro qué es lo que ha ocurrido", exige.

El responsable de las tres plataformas afectadas sigue sin detallar qué sucedió este lunes, lo que ha disparado las teorías en internet, incluida la del 'hackeo'. Solo ha trascendido a través de alguna nota que hubo un problema en los "cambios en la configuración de los routers".

Una vez resuelto el problema, Zuckerberg se limitó a colgar un  mensaje en su red social para pedir perdón: "Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger están volviendo a estar en línea ahora. Perdón por la interrupción de hoy - Sé lo mucho que dependes de nuestros servicios para mantenerte conectado con las personas que quieres". 

Adictos a la tecnología

En el caso del uso de las redes sociales por parte de los particulares, a los más dependientes de la tecnología se les hicieron eternas las seis horas de espera. Toda una prueba para saber el nivel de adicción a las pantallas y las redes sociales. "Su potencial adictivo está ya más que comprobado. Existen pruebas de naturaleza neurocognitiva que muestran la relación entre el uso de estas aplicaciones y la secreción de dopamina, por ejemplo", la substancia química que produce felicidad, asegura Elisa Sesé, desde el Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón. Alerta de que en las redes sociales "el producto somos nosotros".

Revisar los mensajes y las publicaciones y hacer 'skroll' recorriendo la pantalla afirma que genera "una especie de chispa de placer" que va calando. Si no puede conseguirse puede pasar a ser malestar y de ahí a convertirse en ansiedad, advierte. Entre las causas, el fácil acceso a los dispositivos móviles, que impide que haya "momentos de verdadera desconexión o de cierto aburrimiento". Todos ellos se sustituyen por mirar al móvil, por ejemplo al hacer cola o ir en el autobús.

"Podemos darnos cuenta de ello cuando al despertar lo primero que hacemos es mirar el móvil, como el fumador crónico se levanta y se fuma su primer cigarrillo"

Pese a todo, reconoce que las redes sociales tienen "muchos beneficios" como facilitar el contacto con los demás a nivel personal y profesional, que aumentaron durante la pandemia de covid-19, para quien tuvo medios a su alcance. "Las redes sociales, las videollamadas, actuaron como un auténtico bálsamo de acompañamiento y sensación de conexión y cercanía en muchos casos", asegura. 

Sin embargo, algunos de estos aspectos positivos considera que son un poco "tramposos". Así, "el contacto afectivo es diferente al que tenemos en nuestros contactos reales y la rapidez y valía que esperamos de las reacciones a nuestras publicaciones produce multitud de efectos emocionales, en ocasiones, difíciles de manejar".

Para saber si el nivel de adicción es preocupante plantea que "podemos darnos cuenta de ello cuando al despertar lo primero que hacemos es mirar el móvil, como el fumador crónico se levanta y se fuma su primer cigarrillo". Otro examen, que no todos pasarían, es "comprobar nuestra reacción emocional cuando nos quedamos sin móvil" (nos lo hemos olvidado, nos quedamos sin batería)" para saber "en qué medida dependemos de el". 

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