Cómo puede contaminar una moneda virtual como el bitcoin

El mundo virtual también impacta en el medio ambiente. La decisión del millonario Elon Musk, dueño de Tesla, de dejar de usar bitcoins por la contaminación que generan, ha provocado el desplome del valor de este volátil sistema de pago. Musk, que hace unos meses promocionaba la divisa, se ha mostrado ahora preocupado por el uso de combustibles fósiles para el proceso de producción de las criptomonedas y transacciones de bitcoins. ¿Cómo puede contaminar algo que ni siquiera se puede tocar?

Las criptomonedas necesitan de unas instalaciones tecnológicas de gran tamaño para existir, que no dejan de trabajar día y noche, consumiendo cantidades ingentes de electricidad. Para llevar a cabo el llamado 'mining' de bitcoin se necesitan máquinas y ordenadores con mucha capacidad, por lo que el coste energético de mantenerlos funcionando todo el tiempo, para obtener 'tokens' (monedas virtuales) es muy elevado.

Huella de carbono

Se calcula que el volumen de emisiones es comparable a las totales de las ciudades de Viena, Hamburgo o Las Vegas, según un reciente estudio de la Universidad Técnica de Munich (TUM).

La huella de carbono del bitcoin se sitúa entre 22 y 22,9 megatoneladas al año. Para calcularlo, en el citado estudio se analizaron datos como los archivos de IPO de los fabricantes de hardware y las direcciones IP de los llamados "mineros" que fabrican bitcoins. Los investigadores concluyeron que el consumo anual de electricidad de la criptomoneda, a partir de noviembre de 2018, sería de aproximadamente 46 TWh (teravatios hora). Cada TWh equivalente a un billón de vatios hora.

El 68% de la potencia informática de la red Bitcoin se centra en Asia, el 17% en Europa y el 15% en América del Norte.