Una semana después de anunciarse la instalación de una nueva fábrica de Becton Dickinson en Zaragoza, el director de la planta que la compañía tiene en Fraga, Javier Pardiño, informó del incremento en la generación de empleo en la factoría oscense de jeringuillas. «Ya somos 800 (50 más que hace unos meses) y creceremos más», dijo ayer en un foro organizado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), en el que habló de innovación con Antonio Ortega y Ana Martínez, máximos responsables de las empresas Turomas (Rubielos de Mora, Teruel) y Magaiz (Zaragoza) respectivamente.

Pardiño, también director de Manufacturas de Becton Dickinson en Europa, no dijo ni una palabra del desembarco de la multinacional estadounidense en el polígono Empresarium de Zaragoza. Se centró en hablar de la planta de Fraga, que ha ganado protagonismo durante la pandemia como fabricante de un material sanitario más necesario que nunca. El directivo reseñó los orígenes de la factoría aragonesa con el impulso del emprendedor Manuel Jalón (también inventor de la fregona) en 1979, año de la fundación de Fabersánitas, adquirida por Becton en 1986.

«Industria 4.0, sostenibilidad y talento son nuestras claves de innovación», dijo Pardiño al citar argumentos que ratificaron tanto Ortega –en representantación de Turomas, fabricante de maquinaria y corte de vidrio– como Ana Martínez, que detalló la evolución de Magaiz, una pyme especializada en la industria del ascensor con muchos proyectos.

De innovación hablaron también Antonio Lacoma (Ibercaja), Octavio Ramírez (Santander), Carlos Sánchez (Caixa Bank) y Gabriel López (Santander), protagonistas de la otra mesa redonda de la jornada.

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