Becton Dickinson: más de 40 años sin parar de crecer en Aragón
La multinacional abrió en 1979 la planta de Fraga, que alcanza los 750 trabajadores y donde tiene previstas nuevas inversiones por más de 100 millones de euros.
El nombre de la multinacional norteamericana de tecnología médica Becton Dickinson (BD) lleva varios meses ligado a la actual pandemia. Y siempre de forma positiva. Primero, al producir una de las mejores jeringuillas que existen en el mercado para suministrar la vacuna contra la covid-19, con un diseño que aprovecha al máximo cada vial, y ahora, por su renovada apuesta por Aragón, tras conocerse que invertirá 165 millones de euros y creará 600 empleos en una nueva planta en Zaragoza.
A su nombre, y desde hace ya varias décadas, van asociadas además las palabras expansión y compromiso. Y es que la empresa lleva más de 40 años instalada en la ciudad de Fraga y desde entonces, no ha parado de crecer. En 1979, inició su actividad como Fabersanitas Industrial y en 1986, fue internacionalizada por Becton Dickinson. En sus orígenes, tenía 60 trabajadores y en la actualidad, alcanza ya los 750, lo que la convierte en una de las mayores de la provincia de Huesca. "Para Fraga, es una empresa fundamental, un motor de desarrollo económico, que genera empleo y que favorece la llegada de otros proyectos empresariales. Además, se trata de una compañía comprometida con nuestra ciudad, donde tiene previsto seguir creciendo", indica la alcaldesa de la capital del Bajo Cinca, Carmen Costa, mostrándose "orgullosa" de la factoría fragatina.
Y no es para menos. De hecho, la planta aragonesa es la más representativa de la compañía en España, con una producción anual que supera los 6.000 millones de jeringuillas. Dentro de su catálogo de productos, destaca la denominada PosiFlush, por su innovador diseño y alta demanda. Se trata de una jeringuilla precargada con una solución salina. El producto está pensado para llevar a cabo el lavado de catéteres intravenosos antes y después de aplicar la medicación, lo que alarga su vida útil y además, evita infecciones o bloqueos.
Su alta demanda está detrás de las últimas grandes ampliaciones de la planta de Fraga, la única, junto a la de Columbus (EE. UU.), que produce este producto. En 2014, creó cuatro líneas destinadas a su fabricación y en 2020, dos más, que supusieron una inversión de 52 millones y la creación de 40 nuevos empleos.
La planta de BD en Fraga es además la única de la compañía que integra toda la cadena de suministro, incluyendo la recepción de resinas, manufactura, el mayor centro de esterilización por óxido de etileno y la entrega directa a cliente con almacén automatizado. Unas prestaciones que además espera incrementar.
En enero, coincidiendo con la visita del presidente Lambán, los responsables de la planta anunciaron la puesta en marcha de una segunda línea de producción de las jeringuillas destinadas a la vacunación contra la covid-19 y la creación de un centro de moldeo, que dará suministro a otras fábricas del grupo. Inversiones que superarán los 100 millones.
Durante aquel encuentro, y aunque sin desvelar la nueva inversión proyectada en Zaragoza, Lambán ya dejó clara la intención de "colocar la alfombra roja" ante los nuevos planes de inversión de la compañía, la misma frase que utilizó este miércoles la consejera aragonesa de Economía, Marta Gastón, al anunciar su llegada a la capital aragonesa.
Becton Dickinson es el mayor fabricante y suministrador mundial de tecnología médica, incluyendo jeringas y agujas. Llegó a España en 1977 y tiene más de 1.500 empleados distribuidos en sus tres plantas: Fraga, Guadalix (Madrid) y Almaraz (Cáceres). A nivel global, 65.000 personas trabajan en la multinacional, que da servicio a más de 190 países.
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