el exprés

RSC en toda la cadena de valor

El séptimo congreso de Responsabilidad Social recalca el valor de las acciones de las empresas hacia dentro y hacia fuera.

Nita Macía, Luis Ignacio Lucas y Pilar Molinero, en el acto inaugural del congreso.
Nita Macía, Luis Ignacio Lucas y Pilar Molinero, en el acto inaugural del congreso.
Toni Galán

Cita consolidada. El empuje de Nita Macía como directora, de entusiastas veteranos como Antonio Javierre y el apoyo de muchos profesionales comprometidos de verdad con los valores que defienden la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han permitido celebrar con éxito un nuevo congreso de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Empresarial (RSE) de carácter internacional en Zaragoza, el séptimo. Las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus han podido ser solventadas para llevar adelante una cita que finalmente se ha realizado con ponentes que estuvieron de modo presencial –en la sede de la Caja Rural de Aragón– y otros que lo hicieron de manera ‘online’. Todos pudieron defender sus mensajes, contraponer opiniones, plantear dudas, ilusiones, retos. La cita está más que consolidada y va evolucionando. Lo hace con algunos protagonistas fijos (Ramón Jáuregui o Mariano Moneva y, desde hace unos años, responsables del Instituto Aragonés de Fomento (IAF), por ejemplo)y otros nuevos, todos ellos aportando contenidos de gran interés.

El mensaje. El lema del congreso era ‘Medir para transformar’, una forma de responder a quienes dudan del éxito real de los intangibles con la defensa del dato, dato, dato. Es decir, que como puedo medir la trascendencia de las acciones, puedo saber si estoy mejorando o no. En todo caso, si hay un mensaje que resume lo que se ha hablado es el de destacar que no basta con tener un propósito o proclamarlo, sino que este debe ser puesto en práctica por el director general de la organización y sus trabajadores. Más aún, que se contagie a proveedores y clientes. Antonio Argandoña, profesor emérito de Ética y Empresas del IESE, fue más lejos al señalar que «en el propósito de la empresa hay que meter también a los propietarios». De alguna manera se dejaba caer que esto no ocurre siempre. En su mesa de debate se habló de esos fondos de inversión que solo buscan rentabilidad. En una economía de mercado eso es más que lógico, pero exigirles que defiendan políticas sostenibles, de respeto al medio ambiente y de defensa del trabajo digno debe ser un imperativo. El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, por su parte, dijo en el congreso que «lo que aplicamos a nuestra empresa hay que aplicarlo a las empresas que trabajan para ellos». Y añadió: «Un ejemplo: el sello de calidad, si lo tenemos, hay que buscar que toda la cadena lo tenga. El presidente de Auren, Javier Cantera, incidió también en que «muchas veces, cuando nos planteamos temas de RSC no pensamos que lo primero que hay que hacer al abordar cualquier aspecto de la RSC es la gestión de las personas de la propia empresa y la gestión de tu responsabilidad hacia las obligaciones y derechos laborales de tus propios trabajadores». 

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