economía y negocios

Emprender en digital: nuevas oportunidades

La salida a esta crisis vendrá en buena medida de la capacidad que tengan los nuevos negocios de dar respuesta a las necesidades de las personas. Lo dicen ocho emprendedores que pese a la que está cayendo han decidido arriesgar.

Aldo Sorrosal, el fundador, junto a su equipo en la pizzería de Baltasar Gracián.
Aldo Sorrosal, fundador de The Moonkeys, junto a su equipo en la pizzería de Baltasar Gracián.
Toni Galán

Pese a que la pandemia está castigando especialmente a los autónomos, todavía hay valientes que se deciden a montar sus propios negocios, o porque ya lo tenían en mente y no han podido echarse para atrás o porque llevan en su ADN el emprendimiento y su pasión es hacer cosa diferentes. "En AJE estamos viendo ejemplos todos los días", comenta Pedro Lozano, expresidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Aragón. "Hay muchos proyectos ligados a la innovación y sobre todo a las nuevas tecnologías. Ya no se plantean un negocio que no sea digital, bien sea una pescadería que vende a través de ‘whatsapp’ o de las redes sociales o una pizzería como Moonkeys que mediante una campaña fuerte de ‘influencers’ se hace con bastantes clientes antes incluso de su apertura física". Entienden la digitalización como una diferenciación, explica Lozano, y la única manera de ser competitivos. 

"Hablamos de una transformación tecnológica que se ha acelerado por la crisis sanitaria y que ha pasado a ser algo totalmente necesario para cualquier tipo de negocio", constata. "Es un deber como sociedad y más en estos momentos favorecer esos nuevos negocios y apoyar el emprendimiento" aunque las condiciones en España, dice, a diferencia de otros países, no sean las óptimas. 

"El nicho de los negocios digitales es el más importante para poder salir de esta crisis sanitaria", coincide Álvaro Bajén, secretario general de UPTA Aragón. "Es el que puede generar más riqueza siempre y cuando consigamos que se vaya descentralizando y deje de estar en manos de grandes gigantes tecnológicos como Google o Amazon", dice. Citando al físico alemán Heisenberg, que formuló el principio de la incertidumbre, y aún sin saber cómo serán las empresas del futuro, Bajén ve en el emprendimiento la salida. 

Se necesitarían muchas más ayudas desde lo público. "Dicen que hay que emprender, pero si no partes de tus propios ahorros o tienes alguien que te apoye es muy difícil", asegura la autónoma Amalia Gil, que en octubre de 2020 se decidió a abrir su propio negocio, una peluquería en Casablanca. "Me dije: ahora o nunca". 

"Hay que arriesgar. Ponerte por tu cuenta supone una inversión considerable. En mi caso, superior a los 25.000 euros y lo de las ayudas en este país parece que no está hecho para los emprendedores de a pie", asegura Cynthia Nale, que ha puesto en marcha su plataforma ‘online’ Yayofy para prestar servicios a domicilio a las personas mayores. "Emprender es muy enriquecedor. No me arrepiento de haber dado el paso. Eso sí, hay que hacerlo teniendo claro tu proyecto y sin contar con que otro vaya a ayudarte o por recibir una subvención". Al menos, pide, la Administración podría apoyar más al autónomo para darle visibilidad y agradece el soporte recibido en este sentido desde AJE, la terminal o el espacio de ‘coworking’ aportado por Hiberus (HENNEO), "un espacio para los emprendedores con base tecnológica". 

Pese a la pandemia, "todo lo que es ‘online’ ha funcionado muy bien", asegura otra autónoma, Ana Albiac, diseñadora de complementos, con web propia y puntos de venta físicos en establecimientos zaragozanos como Julietta y Serendipia. "Digitalización y sostenibilidad son las dos grandes palancas que van a mover los negocios del futuro", afirma. "Es básico tener una buena idea de negocio, diferenciarte de los demás y ser omnipresente: en cuantos más canales de venta estés mejor". 

"Es imprescindible la transformación digital y los fondos que lleguen de Europa van a ser fundamentales", entiende Ángel Alonso, director general de la ingeniería tecnológica Hub Tech. 

"Hay que crear empresas que respondan a necesidades reales", asegura el ingeniero informático Jorge Terreu, creador de Bukit App S. L. "Cuando estaba estudiando en otro país, quise hacerle un regalo a mi abuela para poder verla y hablar con ella". Así nació el dispositivo móvil Maximiliana, del que ofrecieron cinco en prueba al Clínico en marzo, al inicio de la covid-19, y que ahora tiene bastantes demandantes. "Hemos tenido la suerte de conseguir un inversor, pero las ayudas han sido cero y el papeleo nos ha hecho perder mucho tiempo", lamenta. 

"La inquietud y hacer cosas diferentes es lo que nos empuja", opina el emprendedor Aldo Sorrosal, socio fundador de The Moonkeys. Aunque "resulte difícil, nunca es tarde para emprender si crees en tu proyecto", asegura Olga Gros, cocreadora de Almaimas.

Pedro Malo, Sara Salcedo, María Martínez y Jorge Terreu, en la sede de Bukit App.
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Bukit App. 'Maximiliana' es un móvil diseñado especialmente para mayores: "Tener un inversor ha sido una suerte"

De la necesidad de hablar por videoconferencia con su abuela Maximiliana cuando estaba de Erasmus en Lyon (Francia) le surgió al ingeniero informático Jorge Terreu su proyecto de vida. "Me costó bastante programar el terminal para que le resultara sencillo de manejar, pero a las semanas ya podíamos hablar. Luego le introduje el geolocalizador y nuevos servicios como mensajes de voz", explica el fundador de la empresa Bukit App, que empezó solo y ya tiene un equipo: el también ingeniero informático Pedro Malo y, en prácticas, a María Martínez y Sara Salcedo. "Todo ha ido muy deprisa. Nos sacaron en julio en HERALDO y luego en todos los medios. En agosto fue una suerte encontrar un inversor, Gabriel Alonso", indica. "Compramos los terminales, los reprograman enteros y los ofrecen a los usuarios que pagan una cuota mensual". Ahora, dice, van a extender Maximiliana a tablets y le seguirán incorporando nuevas funcionalidades para que pueda detectar caídas o permita asistir a misa sin salir de casa", añade, satisfecho de tener ya 70 clientes en 30 provincias. 

Cyinthia Nale, en las oficinas que tiene en la calle Miguel Servet en Zaragoza.
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Yayofy. Plataforma que ofrece cuidados a personas mayores a domicilio: "Hacen falta muchas más ayudas"

Tras haber trabajado quince años en el sector bancario, Cynthia Nale se decidió a apostar por su propio proyecto empresarial. "Estando en Liberbank, muchas personas mayores pedían que les ayudase con el cajero. Y entonces pensé todos tenemos yayos y seguro que en algún momento nos necesitan". Así que diseñó una plataforma que recogiera esos cuidados puntuales a domicilio que pudieran demandar. Ese es el origen de Yayofy, que se gestó en noviembre de 2019, antes de la covid-19, para dar atención personalizada a los mayores. "Les enviamos a personal de confianza para que les ordenen los canales de televisión o los acompañen al médico o y les hacemos un seguimiento para ver si todo ha ido bien. Damos servicio en Zaragoza y las próximas semanas arrancamos en Málaga". Emprender, reconoce, "es muy enriquecedor", aunque "hacen falta muchas más ayudas". Le gustaría poder llegar al medio rural, pero no es fácil: "Además de la parte ‘online’, requieres la presencial, es decir, contar con una red de oficinas a las que puedan acudir los mayores o los hijos que les atienden". 

David Diago, en las oficinas de Inverpoint, en la calle Mártires de Zaragoza.
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Inverpoint. Consultora dedicada a la compraventa y traspaso de empresas: "No se favorece el emprendimiento"

Socio director de Inverpoint en Aragón, David Diago, de 24 años con estudios ADE, un máster en Corporate Finance y ganador del Premio Joven Empresario 2017 de AJE Navarra, considera que "en España no se favorece el emprendimiento: no hay una política fiscal que permita que haya más personas que se decidan a montar su propio negocio". En su caso, asegura, ha podido hacerlo, por tener el respaldo de su padre, Ángel Diago, y contar con toda la red nacional de apoyo de Inverpoint. "Siempre me ha gustado el mundo de las fusiones y adquisiciones de empresa. Siempre me he fijado mucho en lo que ha hecho mi padre, que tiene 64 años y una gran experiencia. Siempre me dice que hay que ver las crisis como una oportunidad y trato de hacerlo. A la larga me gustaría crear un fondo de inversión, pero aún no tengo la preparación suficiente", señala. Recomienda emprender o, al menos, intentarlo ya que el futuro no se presenta muy halagüeño, sobre todo para los jóvenes. "Lo que veo es que cada vez va a haber más paro y más cierre de empresas". 

Andrés Catalán, Raquel Lahoz, Javier Zardoya y Ángel Alonso, en la sede de Hub Tech.
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Hub Tech. Ingeniería tecnológica especializada en transformación audiovisual: "Hay que saber donde te metes"

Ángel Alonso, director general de Hub Tech, recomienda a la hora de emprender "tener una buena estrategia y bien calculados los costes para no cometer errores". Es primordial, considera, "saber donde te metes, conocer el sector, medir qué inversión necesitas y tener la suerte de encontrar socios que te arropen". En su caso, al haber trabajado quince años en el sector audiovisual, conocerlo bien y contar con socios que apostaron por él fue determinante para dar el paso en octubre de 2019. Empezó solo pero ahora cuenta con seis personas en el equipo. "Somos traductores de tecnología bidireccional. Aportamos a las empresas las herramientas que necesitan para transmitir información a sus empleados". Aunque la pandemia supuso "algo inesperado y facturación cero durante unos meses", luego salieron con mucho trabajo. "En lo que es el sistema de videoconferencias, lo que pensábamos hacer en tres años se ha hecho en uno. Antes nadie conocía ‘Zoom’ o ‘Teams’ y ahora son herramientas imprescindibles" afirma, convencido de que el futuro será audiovisual y digital o no será.

Ana Albiac, en su taller de diseño y confección de complementos en Zaragoza.
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Ana Albiac Complementos. Tienda ‘on line’: "No hay escuela para ser autónomo"

"Estás sola para todo". Eso es lo primero que debe pensar el autónomo antes de montar su negocio, indica Ana Albiac, que tras años trabajando para la empresa familiar Cristalería Albiac, que creó su abuelo, llevando todo el tema financiero y pasar también por una multinacional, decidió hace dos años dedicarse a lo que le gustaba, el diseño de bolsos y complementos de vestir. "En noviembre de 2019 empecé las clases de costura. Vi que me gustaba. Me hice un ‘show room’ en Instagram y ahí empezaron las ventas. Un año después vi que necesitaba una web profesional, me la hicieron, y la campaña de Navidad ha sido agotadora con muchos pedidos. Todo lo que hago es artesanal y ha habido días de dormir 4 o 5 horas". Nunca es tarde, dice esta emprendedora, "si te gusta lo que haces y le echas ganas". Aunque no "hay ninguna escuela de negocios donde te enseñen a ser autónomo, hay que saber que hay que ponerle pasión y no desfallecer". Diferenciarte de los demás es la clave, añade, y apostar por productos sostenibles, reutilizables y con un estilo propio. 

Aldo Sorrosal, el fundador, junto a su equipo en la pizzería de Baltasar Gracián.
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The Moonkeys pasta &pizza. Pizzería que permite elegir los ingredientes: "Nos mueve hacer algo diferente"

Cogieron el traspaso de Flash, la pizzería más antigua de Zaragoza, el pasado 5 de marzo de 2020, pero justo el día 14 se declaró el estado de alarma y no pudieron abrirla, rebautizada como The Moonkeys, hasta el 20 de enero de este año. "Se cortaron todos los ingresos y la estructura que teníamos para dar servicio a 12 franquicias a nivel nacional se paralizó", explica Aldo Sorrosal, fundador, junto a tres socios más, de este concepto innovador de pizzería que permite al cliente elegir el tipo de masa y los ingredientes. "Lo que necesitamos ahora es que la gente venga a conocernos. Pasado el efecto de la campaña en Instagram, que se hizo viral con más de 5.000 seguidores, en la que repartimos nuestras pizzas a domicilio con caretas de mono y gafas, queremos que acudan al restaurante", destaca este emprendedor inquieto, que aparece en la imagen junto a Yamilet del Pilar, Francisco Rojas, Alejandro Aldana y Jonny Gutiérrez. "Lo que nos mueve es hacer cosas diferentes", dice, como las ‘Coco Rooms’ o juego de ‘salas de escape’" que, junto a su socio Diego Marcos, introdujo en España. 

Amalia Gil trabajando en su peluquería en Casablanca abierta hace unos meses.
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Eternity. Peluquería en la calle Embarcadero del barrio de Casablanca: "Nunca ves el momento de hacerlo"

La inversión importante, en su caso de 25.000 a 30.000 euros, que se necesita para empezar y asumir la responsabilidad de todo es lo que en muchos casos retrasa la decisión de establecerse por cuenta propia. "Nunca ves el momento ideal para hacerlo", admite Amalia Gil, que después de trabajar años de peluquera para otros y estar "este ultimo entrando y saliendo de ERTE" vio que había un traspaso de una peluquería en Casablanca y lo aprovechó. "Era un local antiguo y me ha tocado hacerle un buen lavado de cara, pero no me puedo quejar. Con pandemia o sin ella, todo el mundo tiene que cortarse el pelo". De momento no ha pensado en contratar. "Con la restricción de aforos tampoco puede haber más de dos clientas", asegura. Para esta autónoma, que visibiliza su negocio en Instagram, emprender representa una salida en un momento tan complicado como este, pero para que más gente se animase, dice harían falta más ayudas: "No tengo por ahora ni beneficios ni deudas, pero muchas peluquerías como no les bajen el IVA o los alquileres vana tener que cerrar", advierte. 

Olga Gros y Miguel Pérez, en las oficinas de Almaimas en la calle Zurita.
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Almaimas. Servicio integral en cuidados a personas enfermas y dependientes: "He dedicado mis ahorros al proyecto"

A Olga Gros replantearse la vida la llevó a emprender. Trabajaba para Aramón cuando a los 49 años le dijeron que su marido tenía un tumor cerebral. "Lo estuve cuidando hasta que murió en 2011 y después tuve que hacerme cargo de mis padres y mis suegros". Aunque seguía trabajando empezó a formarse para obtener el certificado sociosanitario de cuidadora, hizo un máster en gestión de servicios sociales y se licenció en psicoterapia transpersonal especializándose en acompañamiento a duelos, explica. Después, Aramón cerró oficinas en Zaragoza y le ofrecieron irse a Formigal, pero lo rechazó y optó por seguir formándose. En uno de los cursos conoció a su socio, Miguel Pérez, ingeniero industrial, y crearon en 2019 Almaimas, una sociedad civil para cuidar a enfermos de cáncer y mayores dependientes. "Tenemos una red de cuidadores que ofrecemos a las familias". La pandemia ha ralentizado su proyecto al que confiesa "ha dedicado todos sus ahorros", convencida de que ahora es más necesario que nunca: "No me gusta lo que veo en asistencia al mayor en lo público ni en lo privado". 

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