economía

Ana Elvira Planas, ingeniera: "Los exoesqueletos pueden sonar a futuro, pero son una realidad"

Especialista en ergonomía y miembro de la comisión de Seguridad y Salud del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja (COIIAR), está al frente del Laboratorio de Ergonomía de Mutua Universal. Esta semana ha participado en el WeRob2020 de robótica 'wearable' o vestible.

Ana Elvira Planas, ingeniera y ergónoma, en el Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón, en Zaragoza.
Ana Elvira Planas, en el Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón, en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Ana Elvira Planas (Alcañiz, 1971) es ingeniera Industrial por la Universidad de Zaragoza, especialista en ergonomía y psicosociología en el trabajo y miembro de la comisión de Seguridad y Salud del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja (COIIAR). Está al frente del Laboratorio de Ergonomía de Mutua Universal. Esta semana ha participado en el Simposio Internacional WeRob2020 de Robótica Wearable (vestible), organizado desde Vigo y celebrado de manera virtual debido a la pandemia de covid.

Lidera el Laboratorio de Ergonomía de Mutua Universal. ¿Cuál es la importancia de esta especialidad en una empresa?

Diseñamos y llevamos a cabo diversos proyectos relacionados con el análisis de las causas de la siniestralidad laboral musculoesquelética y la elaboración y difusión de buenas prácticas ergonómicas desde una perspectiva integral de la salud. La ergonomía ha supuesto en mi caso, como en el de otros compañeros ingenieros industriales, el ámbito al que orientar mi desarrollo profesional, una disciplina cuyo objetivo es adaptar el espacio físico y las tareas que se desarrollan en un puesto de trabajo a la persona que lo desempeña, y no al revés. Si no tenemos en cuenta la ergonomía, nos arriesgamos a sufrir lesiones en músculos, tendones, ligamentos y otras partes del cuerpo que terminan afectando a la movilidad, esto es lo que se conoce por lesiones musculoesqueléticas.

¿Este tipo de lesiones suponen un riesgo importante para la salud de los trabajadores?

Las lesiones musculoesqueléticas relacionadas con el trabajo son el problema de salud más común en España y Europa, afectan a todos los sectores de actividad, y representan un problema importante en materia de salud y de costes directos e indirectos, sociales, asistenciales y empresariales: bajas laborales, pérdidas de producción, pérdidas de tiempo, inversión en la gestión de recursos humanos, etc. Solo en España, suponen 39 millones de días de baja por incapacidad temporal, jornadas perdidas que supondrían un coste superior a 1.700 millones de euros. Como ejemplo más cercano, sufrir y recuperarse de un lumbago puede requerir 17 días de baja de promedio; de una tendinitis, 35 días y de una epicondilitis (codo de tenista), 52 días. Para una empresa industrial, cada día de baja le puede suponer alrededor de 200 euros. Si en un año tuviese un trabajador de baja por epicondilitis y dos por lumbago supondría unos 2.0000 euros.

"Sufrir y recuperarse de un lumbago puede requerir 17 días de baja de promedio y de una tendinitis, 35 días"

¿Puede haber ahora más problemas derivados del teletrabajo, que se ha extendido debido a la pandemia de covid, por la falta de adecuación del espacio en casa?

Me gustaría remarcar lo excepcional de la situación que estamos viviendo. Hemos pasado a trabajar desde casa muchas veces sin posibilidad de acondicionar el espacio, utilizando los muebles del comedor, de la cocina o de la habitación de los niños. Trabajar esporádicamente así no reviste mayor problema, pero si pasamos muchas horas seguidas en una silla, una mesa inadecuadas o con muy poco espacio para apoyar las piernas o los brazos y esto se prolonga durante muchos días, sí puede pasarnos factura. Una silla sin un buen respaldo en el que apoyar nuestra zona lumbar, o con unos apoyabrazos que nos impiden acercarnos a la mesa de trabajo, nos condicionará para que estemos inclinados hacia delante y probablemente se nos traducirá en molestias en la espalda. Si la silla es demasiado dura y puntiaguda, nos hará daño en las piernas. Si el asiento es demasiado bajo para la mesa que utilizamos, tendremos que levantar los brazos forzando la postura natural de los hombros. Por suerte, es fácil poner solución. Se trata de disponer de una silla con buen apoyo lumbar y un asiento cómodo, y ajustarla a la altura de nuestra mesa, conjuntamente con la pantalla, el teclado y el resto de elementos de trabajo.

Trabaja en las aplicaciones de exoesqueletos, que siguen sonando a futuro. ¿Qué son y cómo se pueden utilizar hoy en día?

Sí, los exoesqueletos pueden seguir sonando a futuro, pero son una realidad con un gran recorrido por explorar. Los primeros se utilizaron en el ámbito militar, para proteger y ayudar a los soldados. Después se extendió su uso al ámbito de la rehabilitación, permitiendo, por ejemplo, que una persona con una capacidad funcional reducida pudiera caminar o agarrar un vaso. Desde hace unos años se ha empezado a utilizar en el entorno laboral. El exoesqueleto consiste en un dispositivo que se coloca sobre el cuerpo de la persona para trabajar conjuntamente con ella y ayudar a su sistema locomotor a realizar una determinada tarea, de la misma forma que unas gafas o un audífono nos ayudan a ver u oír mejor. Por tanto, los exoesqueletos pueden ser una buena solución para mejorar la ergonomía de un puesto de trabajo cuando una alternativa técnica que solucione el problema no existe, o no es viable.

Hay fotografías de 'wearable robots' que parecen verdaderos robots. ¿Qué daños pueden evitar a los trabajadores que hacen más esfuerzos?

Sí, los primeros exoesqueletos eran muy armatostes, pero la investigación constante y el avance de la tecnología están permitiendo disponer de prototipos cada vez más pequeños, más ligeros y con más prestaciones. Seguirán evolucionando con el objetivo de convertirse en una «segunda piel». A nivel laboral, el objetivo de los exoesqueletos es compensar la carga postural para proteger a la persona trabajadora de una posible lesión. Por ejemplo, en tareas que requieren mantener constantemente los brazos levantados por encima de los hombros o en ciertos puestos de manipulación de cargas en los que se inclina la espalda. Hay otro tipo de exoesqueletos, los denominados activos, que pueden amplificar la fuerza de determinadas partes del cuerpo, como las manos. Se está estudiando el uso de los exoesqueletos en los sectores de la automoción, la logística, el farmacéutico o el aeronáutico.

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