La brecha salarial entre hombres y mujeres comienza con los juegos de la infancia

María Luz Rodríguez Fernández, profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, asegura que las diferencias en el empleo se inician con las decisiones sociales que se toman mucho antes de llegar al mercado laboral.

Una niña juega con su muñeca
Una niña juega con su muñeca
Pixabay

“Si las niñas juegan a cuidar bebés y los niños a construir puentes, las primeras terminarán decidiendo formarse en el cuidados de las personas y los segundos lo harán en ingenierías”. Con esta contundente afirmación, María Luz Rodriguez, doctora en Derecho, profesora titular de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha y con una larga experiencia en la investigación del mercado laboral, ha advertido hoy lunes en Zaragoza que la brecha salarial comienza mucho antes de incorporarse al trabajo. Porque las decisiones sociales que se toman en la más tierna infancia, se reproducen después en el itinerario educativo y se trasladan y amplifican al mercado laboral, han sentenciado Rodríguez. “Ahí empieza la brecha salarial, en qué y en cómo juegan nuestros niños”, ha reiterado

La experta ha apoyado también su afirmación en una batería de datos “puros y duros y sin maquillaje”, entre los que ha destacado que los grados que conducen a puestos de trabajo mejor valorados económica y socialmente cuentan con un alumnado totalmente masculinizado, mientras que en aquellos con los que se accede a empleos con menor valoración la mayoría de los matriculados son féminas.

Rodríguez ha participado esta mañana en la jornada ‘Determinantes de la brecha salarial de género’ organizada en Zaragoza con motivo de la celebración del Día de la Igualdad de Género, que se conmemora precisamente el 22 de febrero porque la diferencia de retribución entre ambos colectivos por un mismo puesto de trabajo hace que “desde el 1 de enero hasta el 22 de febrero las mujeres están trabajando gratis”. Una jornada que no solo quiere poner sobre la mesa la desigual situación que se produce en el mercado laboral por cuestión de sexo, sino también reflexionar sobre las medidas a poner en marcha y, sobre todo, han destacado las diferentes ponentes, afear a todos aquellos que están negando la existencia de dicha brecha salarial con la excusa de que son las decisiones femeninas las que llevan a las mujeres a cobrar menos, cotizar menos, trabajar menos y pagar menos cotizaciones sociales.

Entre los datos para la reflexión, Rodríguez puso sobre las mujeres representan el 64,3% de las personas que menos ganan en España. Además, el 17,8% tienen sueldos iguales o inferiores al salario mímino interprofesional, el 70% de los trabajos a tiempo parcial están ocupados por féminas y las mujeres ganan el 23% menos que los hombres (si se toma la metodología española) o el 14% si se prefieren las estadísticas europeas, que señalan además que la brecha en el sector público es del 13% pero se eleva al 19% en la empresa privada porque “en los empleos públicos los procesos de selección tiene menos sesgo de género”, ha explicado la experta.

Y no hay trabajo que se salve de estas diferencias. “En todas y cada una de las ocupaciones del país las mujeres ganan menos, ya se requiera mucha cualficación o sea necesaria cualificación alguna”, ha insistido Rodríguez que ha reiterado que estos datos están así recogidos en la encuesta de estructura salarial y que se reproducen no solo mientras las mujeres están en activo sino también cuando ha terminado su vida laboral y acceden a las pensiones.

Preocupante es también, ha asegurado esta doctora en Derecho, la baja tasa de actividad de las mujeres españolas, poco más del 53%, once puntos por debajo de la de los hombres, similar a lo que sucede en todos los países del sur europeo y muy alejada de las tasas de hasta el 70% que tienen las mujeres de Europa del norte. “Esta situación tiene mucho que ver con el Estado del bienestar. Si no hay inversión para el cuidado de los pequeños, de las personas dependientes y de las personas mayores, en los países del sur que tenemos una cultura mucho más familiar, estos cuidados siempre terminan recayendo en las mujeres por muchas medidas de conciliación que pongamos en marcha”, ha advertido Rodríguez, que ha abogado por “subir los impuestos para que haya una mayor redistribución del Estado del bienestar y que estos cuidados recaigan en el conjunto de la sociedad”.

1.400 mujeres

La jornada ha sido inagurada por la consejera de la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, que ha respondido a “todos esos estudios como los de la Universidad de Harvard que niega la existencia de la brecha salarial” recordando que en la Comunidad unas 1.400 mujeres han solicitado una excedencia en Aragón durante 2018 para el cuidado de los hijos o de personas mayores, pero solo lo han hecho 110 hombres. Además, un 72% de aquellos trabajadores que solicitan la reducción de jornada para el cuidado de los más pequeños o de los ancianos son mujeres. Y mientras que los hombres cobran una media de 25.000 euros, las mujeres apenas alcanzan los 19.000 euros. “Parecía que habíamos avanzado mucho, pero comenzamos a retroceder en determinados mensajes y aunque se dice mucho que no existe brecha salarial, existe y es una muy profunda", ha advertido.

En este mensaje ha abundado también la directora del Instituto de la Mujer, Silvia Buabent, que ha lamentado que “parece mentira, pero todavía sigue haciendo falta que contemos que las mujeres, solamente por el hecho de ser mujeres, cobramos una media de entre el 22% y el 24% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo”. Un escenario ante el que ha abogado a desterrar la palabra conciliación para comenzar a hablar de corresponsabilidad, pero no solo en el seno de la propia familia sino en las empresas, que “tienen que tener claro que la igualdad siempre suma, la igualdad no resta, y si quieren pensar única y exclusivamente en temas de remuneraciones, las mujeres tienen todo el talento, toda la capacidad y, por justicia, merecen estar en igualdad de posiciones que los hombres”. A la Administración General del Estado, Buabent ha exigido que asuma su parte de responsabilidad “para remover los obstáculos que impiden a hombres y mujeres enfrentarnos al mercado laboral en igualdad de condiciones”.

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