El coche eléctrico en España: pocos y muy caros

Aunque las matriculaciones de estos turismo han experimentado un destacado crecimiento, en número absolutos en lo que va de año apenas se han matriculado unos 7.000 unidades, de ellas unas 90 en Aragón.

Un vehículo eléctrico durante la realización de su carga.
Un vehículo eléctrico durante la realización de su carga.
Pixabay

La apuesta del Gobierno de Sánchez por impulsar la circulación del vehículo eléctrico en España choca con la realidad que se observa en las carreteras y ciudades del país. Son pocos los coches alimentados con electricidad que ocupan las calzadas, quizá porque faltan infraestructuras que impulsen su desarrollo, quizá porque su precio no está al alcance de cualquier bolsillo.

Las estadísticas que publica Anfac, asociación española de fabricantes de automóviles y camiones, hablan de un destacado crecimiento de las matriculaciones de coches eléctricos en España durante los siete primeros meses de 2018. El incremento se cifra en un 90,87% respecto al año anterior, y se disparan hasta el 400% si este volumen se compara con las matriculaciones que se realizaron en 2014.

 

Pero lo cierto es que los números absolutos no son para echar cohetes. Entre enero y julio se han vendido en el país un total de 6.921 vehículos, unas ventas que prácticamente acaparan la Comunidad de Madrid (con 3.687 unidades comercializadas durante este periodo) y, aunque con valores mucho más moderados, Cataluña (con 1.247 matriculaciones).

Aragón no se encuentra precisamente entre los primeros de la lista. Hay que buscarla más bien en la parte baja de la tabla. Según los datos de Anfac, durante el pasado año se matricularon en la Comunidad 93 coches eléctricos, una cifra que la coloca entre las ocho regiones con menos ventas y que la distancia, por mucho, de las comunidades más aventajadas. Eso sí, aunque la cifra no parece a priori muy significativa supone un crecimiento del cercano al 245% si se compara con los resultados del ejercicio de 2014.

El empuje de las empresas privadas

El avance del coche eléctrico en España tiene además nombre y apellidos. Y se llaman Zity, Emov o Car2go, empresas que han puesto en marcha en las ciudades el ‘carsharing’, un novedoso sistema de alquiler de coches sin conductor (en el que se paga por las horas que se utiliza el vehículo, que además puede dejarse aparcado en cualquier lugar). Porque son las empresas privadas, y no los particulares los que están popularizando estos utilitarios, las responsables del crecimiento experimentado por el coche eléctrico, especialmente en Madrid y Cataluña, con pedidos de centenares de vehículos de este tipo en los últimos años. 

Las cifras de Faconauto también lo confirman. La organización que agrupa a las asociaciones de concesionarios de la automoción, reconoce que el impulso del coche eléctrico en España está recayendo, de momento, en las empresas. Y lo dice con cifras, las que destaca el informe encargado por esta patronal a la consultora MSI, según el cual el pasado año el 62% de los vehículos matriculados fueron adquiridos por las empresas privadas.

Y aunque el coche eléctrico comienza a dejarse ver en las calles, su penetración en el mercado continúa siendo prácticamente testimonial. En España, estas matriculaciones apenas representan el 0,5% de las ventas totales de vehículos, lo que sitúa a España a niveles de países como Lituania. Sin embargo, no hay que rasgarse las vestiduras porque salvo honrosas excepciones como la de Noruega, donde el 47,7% de los vehículos matriculados se propulsan con electricidad, en el resto de los países más avanzadas de la Unión Europea los porcentajes apenas tienen un solo dígito (1% en Alemania, poco más de 4% en el Reino Unido).

El precio podría explicar la escasa penetración de esta tecnología. Los utilitarios más baratos superan los 20.000 euros, pero si se quiere estar al volante de un Tesla, un Jaguar o un Audi, hay que desembolsar más de 80.000 euros, por no hablar de los modelos de alta gama de este sector que puede llegar a costar 150.000 euros.

Hay además otro factor que, según los distintos agentes de la automoción, está frenando el despegue del coche eléctrico en España. El país no dispone de las infraestructuras adecuadas, faltan puntos de recarga, un aspecto que el Ejecutivo parece querer solucionar con la ley de Cambio Climático, que incluye multas millonarias a las gasolineras que en el plazo de dos años no ofrezcan ‘enfuches’ para recarga para el vehículo eléctrico. Porque desde los concesionarios admiten que los ciudadanos no están dispuesto a invertir en un coche de estas características si después no tener electrolineras en las que repostar. Pero las gasolineras recuerdan que no pueden realizar inversiones de este calado porque no existe la demanda necesaria para amortizar tan elevados desembolsos. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión