Economía

Aragón apuesta por una edificación sostenible

En Zaragoza, un 30% de las viviendas de nueva construcción de 2018 se rigen por estos parámetros.

Residencial Scenia II, segundo edificio 'passivhaus' de España.

La apuesta por una edificación sostenible ya es una realidad en Aragón. Tanto en el sector privado como en el público se buscan el mínimo consumo de energía  posible en los inmuebles y la construcción que más se acerque a los criterios de sostenibilidad. En el caso de Zaragoza y provincia, de las 2.000 viviendas que se van a construir durante este año, un 30% se regirán bajo alguno de los parámetros de sostenibilidad. Unos proyectos que se suman a los ya realizados en la capital aragonesa, entre los que se incluye el segundo edificio de España con certificado Passivhaus, una estricta categoría que otorga un instituto alemán, se trata del Residencial Scenia II de Grupo Lobe, ubicado en Valdespartera - Montecanal.

Junto a estas viviendas, el Gobierno de Aragón está llevando a cabo la rehabilitación de diez inmuebles en Teruel y seis en Alcañiz para destinarlos al alquiler social en 2019 y que se están desarrollando bajo estos estándares. Estos inmuebles, unidos a los que se van a construir, hacen que la Comunidad se haya adelantado a la directiva europea que obligará por ley a partir de 2020 a que todas las viviendas privadas de nueva creación sean de consumo casi nulo, que garantiza un ahorro de la demanda energética de hasta un 90%, y en 2019, en todos los edificios públicos.

Principios del ‘passivhaus’

La edificación pasiva tiene como objetivo clave la máxima reducción de la energía necesaria para la climatización de un hogar, consiguiendo una temperatura constante y confortable, además de un correcto aislamiento que permite las condiciones idóneas de confort acústico y de calidad del aire mediante la optimización de los recursos existentes. Para ello, se utiliza alto espesor de aislamiento térmico, se cuida el diseño y la ejecución, eliminando puentes térmicos, se debe garantizar la hermeticidad al aire exterior y recurrir a una ventilación mecánica con recuperación del calor. Unas características que conllevan un ahorro energético de hasta el 90% con respecto a  otras construcciones existentes y del 75% frente a los edificios de obra nueva.