Unai Sordo: "España no puede convivir con un 32% de temporalidad. Eso es un desbarajuste laboral y económico"

El líder de Comisiones dice que lo que más le "ocupa y preocupa" es tomar las medidas adecuadas para fortalecer la presencia del sindicato en los centros de trabajo.

El secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, el jueves en Zaragoza.
El secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, el jueves en Zaragoza.
Oliver Duch

¿Qué le quita el sueño a Unai Sordo como secretario general de Comisiones Obreras?

No sé si es quitar el sueño, pero sobre todo lo que más me preocupa y ocupa en este momento es tomar las medidas adecuadas para fortalecer la presencia del sindicato en los centros de trabajo y en las empresas. Es una condición indispensable para recuperar los derechos laborales y sociales que la mayoría social o ha perdido o ha visto deteriorados en la gestión de la crisis que se ha hecho.

Usted habla de un sindicalismo de proximidad.

Sí. Lo que estamos viendo es que la diversidad, que hoy en día se llama diversidad de situaciones y de precariedades múltiples que se dan en las empresas, hace que el sindicato necesite estar pegado y muy próximo a esa realidad variable de los centros de trabajo. Proximidad que queremos organizar a través de esto que llamamos sindicalistas de referencia.

¿El gran reto de España es un cambio del modelo productivo?

Es una de las piezas claves. La correlación de fuerzas es una y el modelo productivo, otra. Un modelo productivo en el que no haya una base industrial potente y en el que no haya empresas capaces de generar valor en general tiene mucha más tendencia a buscar la precarización del empleo y la explotación del trabajador como forma de rentabilizar esas empresas y negocios. Un modelo productivo que se quiera basar en el bajo coste salarial y en la precarización de las condiciones del trabajo –a veces casi en una situación de neofeudalismo laboral como se empieza a dar en algunos sectores– es un modelo condenado al fracaso porque no se va a competir con las economías emergentes y es un modelo destinado a generar una sociedad terriblemente desigual.

Usted asegura que la desigualdad es un disolvente social.

Sí. Gran parte de los problemas sociopolíticos que están concurriendo en Europa tienen que ver con que se han roto pactos generacionales y pactos sociales que hacían que la mayoría de la población sintiera un vínculo colectivo, por ejemplo, con su sistema de pensiones y de salud. Esa especie de solidaridad entre anónimos que conlleva un modelo social es un gran aglutinante.

La UE da por superada la crisis económica 10 años después. ¿Comparte ese diagnóstico?

En los índices macroeconómicos está superada, pero está claro que no ha llegado a la población. Estamos en tasas de crecimiento por encima del 3,2% en una economía que ya produce los bienes y servicios que producía antes de la crisis. Y, sin embargo, hay mucho más paro, los salarios de los empleos que se crean son menores y se vuelven a instalar dinámicas de precarización en el mundo del trabajo. Por tanto, el crecimiento macroeconómico no está provocando una salida por igual de la crisis sino que está provocando más desigualdad.

¿Le parece una buena medida para incentivar el empleo indefinido subir las cotizaciones a aquellas empresas que abusen de la temporalidad tal y como propone la ministra Fátima Báñez?

Me suena bien en el sentido de desincentivar la contratación temporal. Se pueden hacer más cosas incluso. Se puede incentivar la contratación indefinida o la sustitución de trabajadores temporales por indefinidos, por ejemplo, favoreciendo que cuando una empresa tiene problemas en lugar de despedir adopte otra serie de medidas pactadas con los trabajadores y los sindicatos. En su día esto se hizo. Al inicio de la crisis, con la reposición de la prestación de desempleo. La reforma laboral del Gobierno incentivó el despido y la precariedad de la contratación y si somos capaces de pactar medidas que desincentiven la contratación temporal desde luego ahí vamos a estar. Pero ya veremos.

¿También le suena bien reducir a tres los tipos de contratación?

Esto lo tenemos que ver. El gran problema del mercado de trabajo no es si hay 3 o 5 tipos de contratos. ¿Se pueden simplificar? Seguramente sí. Pero tampoco creo que sea una cuestión tan relevante como se quiere hacer ver. Hay que causalizar bien los contratos. O dicho de otra manera, que cuando hay un contrato temporal, de formación o por circunstancia de la producción responda a una causa real. Y sobre todo se trata de buscar fórmulas distintas a lo que en general usan muchas empresas en España que es el contrato precario y el despido prácticamente libre. España no puede convivir, como ha convivido incluso antes de la crisis, con un 32% de temporalidad. Eso es un desbarajuste laboral y económico.

Todo el mundo habla de la necesidad de una subida de los salarios. ¿Es optimista de cara a un acuerdo con la patronal en la negociación colectiva para 2018?

Me gustaría serlo. Lo que pasa es que viendo un poco la actitud de la patronal no va a estar sencilla la negociación. Nosotros vamos a insistir en medidas de carácter salarial con una idea clara: los salarios tienen que ganar protagonismo en la economía española. Los salarios han perdido algo más de dos puntos de peso en la renta nacional y esta situación hay que tratar de revertirla por justicia social, por lógica redistributiva y por eficacia económica.

Comisiones Obreras y UGT acaban de convocar marchas de jubilados por unas pensiones viables. ¿Ve posible mantener el sistema público de pensiones?

Sí. Las pensiones son perfectamente viables, pero hay que responder a una pregunta: ¿qué parte de la riqueza que genera un país se quiere destinar a pagar un sistema público de pensiones? Si España está dispuesta en el momento que más supongan las pensiones a gastar en torno al 15% de PIB, el sistema con el nivel de protección actual es perfectamente viable. Si se gasta menos será viable, pero pagando peores pensiones. El 15% en grandes números es lo que gastan hoy en día Italia o Francia. No estamos pidiendo ninguna locura. Estamos diciendo que esto es perfectamente posible. ¿Cómo? Mejorando la estructura de ingresos del sistema y las tasas de cotización a través de mejores salarios y más empleo, pero también introduciendo nuevos recursos a través por ejemplo de los Presupuestos Generales del Estado y de otras maneras. Y no vale solo con eso, hay que modificar dos aspectos de la reforma laboral del PP: factor de sostenibilidad e índice de revalorización. Son dos medidas que juntas van a provocar que en el próximo medio siglo las pensiones pasen de cubrir de media el 80% del salario que tienen los trabajadores que se jubilan a cubrir el 48% de media.

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