"El impuesto de sucesiones no es justo para nadie: ni para la grande ni para la pequeña empresa"

Daniel Rey, presidente de AEFA, cree que no debería subsistir si pone en riesgo la supervivencia de la empresa familiar.

Daniel Rey, de AEFA, a la dcha, junto a Juan Carlos Sánchez, jefe de la Obra Social de Ibercaja.
"El impuesto de sucesiones no es justo para nadie: ni para la grande ni para la pequeña empresa"
Guillermo Mestre

Lo primero que requiere la empresa familiar es "que la Administración no moleste y, en general, vemos esa voluntad de ‘dejar hacer’", señaló ayer Daniel Rey, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar en Aragón (AEFA) tras firmar un acuerdo con Ibercaja para desarrollar un programa de formación de directivos, el Padef, para mejorar su competitividad. "Necesitamos que luchar por la riqueza de Aragón no esté penalizado y que la simple ubicación fiscal de una empresa no suponga su estrangulamiento financiero", advirtió Jorge Esteban, director de AEFA, en relación al impuesto de sucesiones y donaciones. "No es justo para nadie, ni para las grandes empresas ni para las pequeñas", añadió el presidente de esta asociación, que abogó porque dicho impuesto no subsista si amenaza la supervivencia de la empresa familiar.

Y es que "solo el 40% de las empresas familiares tienen un plan de sucesión o relevo generacional". Este es uno de los principales problemas de un tejido empresarial que genera en Aragón el 70% del empleo privado (165.000 puestos de trabajo), el 69% de la producción privada –por lo que cada empresa "aporta un valor añadido bruto de 7 millones"– y que aglutina 28.000 empresas, el 88% del tejido, según Juan Carlos Sánchez, jefe de la Obra Social de Ibercaja.

"Ha pasado y seguirá pasando. Muchas empresas familiares están tan centradas en el negocio y las ventas que tienden a posponer el problema del relevo. El principal error del fundador o fundadora es pensar ‘esto no me va a pasar a mí’. Les animamos a que preparen con tiempo la sucesión", apuntó Rey. Este es uno de los retos, junto con "ganar tamaño para competir mejor y mejorar en eficiencia".

Se trata sobre todo, dijo el presidente de AEFA, de aprender a gestionar mejor la relación familia-empresa. "En la empresa familiar es muy necesaria la transparencia y cohesión entre los miembros. Las familias son unidades básicas de sostenibilidad de un país", remarcó. De esta forma, es básico "racionalizar". "Muchas veces nos dejamos guiar por las emociones cuando lo que hay que hacer es ponerle cabeza y planificar en el largo plazo", reconoció. Y hacerlo también en internacionalización y digitalización, áreas en las que queda mucho por hacer, al igual que a la hora de afrontar procesos de relevo y profesionalización en la empresa familiar.

Entre sus fortalezas, destacó un ratio de endeudamiento mucho menor, que reinvierten en el negocio el 90% de beneficios y que de "2007 a 20013 las empresas familiares a igual facturación ha generado un 70% más de empleo".

Perfeccionar la metodología para ayudarles en la toma de decisiones es lo que ofrece el programa Padef, para un máximo de 25 directivos, que está financiado al 60% por AEFA y que se desarrollará en Ibercide a partir de septiembre. El plazo de inscripción está abierto hasta el 31 de julio.

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