Amado Franco deja la presidencia de Ibercaja

Se despide después de 47 años en la entidad. José Luis Aguirre, nuevo presidente no ejecutivo.

El hasta ahora presidente de Ibercaja, Amado Franco, en su despacho de la entidad.
El hasta ahora presidente de Ibercaja, Amado Franco, en su despacho de la entidad.
Oliver Duch

"Hay que irse cuando las cosas van bien, cuando nadie te lo pide y cuando sabes que dejas el proyecto en buenas manos". Con estas palabras explicó ayer Amado Franco Lahoz su decisión de dejar la presidencia de Ibercaja Banco y poner fin así a 47 años de vida profesional en la primera institución financiera aragonesa. El Consejo de Administración de Ibercaja había aceptado minutos antes la renuncia de Franco a sus cargos de consejero y presidente de Ibercaja y había agradecido "la magnífica labor desempeñada en su brillante trayectoria", tanto en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja como en Ibercaja Banco.

Amado Franco (Zaragoza, 1945) se despidió tras cerrar Ibercaja Banco un ejercicio 2016 extraordinario en resultados, marcado por un beneficio neto de 143 millones de euros (un 70% más que el año anterior), la formalización de un 26% más de nuevos créditos, el lanzamiento de planes estratégicos en Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña y la firma de importantes acuerdos con Microsoft en el campo de la digitalización y con Aktua en el inmobiliario.

La aprobación de las cuentas de 2016, de hecho, fue el primer punto del día de la reunión del Consejo de Administración de Ibercaja de ayer, si bien la sorpresa informativa fue consecuencia del segundo punto, la aceptación de la renuncia de Amado Franco por motivos personales y su nombramiento como presidente de honor, decisión adoptada tras reconocer que "ha contribuido decisivamente a que Ibercaja se haya consolidado como un proyecto solvente, independiente y de futuro". El Consejo acordó nombrar como nuevo presidente no ejecutivo a José Luis Aguirre, ex consejero delegado del banco y hasta ayer vicepresidente primero, y como nuevo vicepresidente primero a Jesús Bueno. Víctor Iglesias, consejero delegado, se consolida como primer ejecutivo del banco, el encargado de la dirección y gestión del día a día de la entidad.

Concluido el Consejo, Amado Franco, José Luis Aguirre y Víctor Iglesias comparecieron ante los medios de comunicación para dar cuenta de los resultados del ejercicio 2016 e informar de los cambios en la dirección de Ibercaja. El propio Franco explicó las razones de su salida y el momento elegido –aunque reconoció tener una sensación "agridulce" por lo que supone dejar una casa que hizo suya y un equipo al que agradeció todo su apoyo–, y dio paso después a las intervenciones de Aguirre y de Iglesias, que en ambos casos aprovecharon para recalcar la labor de quien ejerció 17 años como director general y 13 como presidente, primero de la caja de ahorros y, desde 2011, de Ibercaja Banco.

Una espina clavada

Hasta el final, en todo caso, Amado Franco defendió que era partidario de mantener el espíritu de caja de ahorros en Ibercaja, más pegado y comprometido con el territorio en el que opera que los bancos, lo que no dejó de hacer incluso después de que la entidad se convirtiera en un banco. Por eso ayer, al ser preguntado sobre si se le había quedado una espina clavada respondió tajantemente: "Sí, el ser hoy banco y no una caja".

Por lo demás, ante la prensa Franco insistió en sentir que se iba con la satisfacción de haber puesto de su parte para mantener la independencia de Ibercaja y que ésta siguiera siendo pilotada desde Aragón por un equipo que, señaló, además de estar bien cohesionado, ha demostrado que mantiene un buen ritmo en resultados (como se constata con los registrados en 2016) con el liderazgo de Víctor Iglesias, consejero delegado desde enero de 2015. En cuanto a la salida a bolsa de la entidad –apuntó al ser preguntados sobre posibles asuntos pendientes–, precisó que la obligación no es cotizar, sino recortar al 40% la participación de la Fundación Ibercaja en el banco, que hoy es del 87,8%. "El camino más lógico es salir a bolsa, pero no el único", dijo tras recordar que el plazo marcado para reducir su peso en el accionariado ha sido retrasado hasta 2020 por los recientes cambios en la normativa del sector.

"Una visión privilegiada"

Desde la entidad se hizo hincapié en que a lo largo de sus 30 años en la alta dirección de Ibercaja, el nuevo presidente de honor "ha acreditado una visión privilegiada sobre el sector financiero, lo que le ha permitido tomar las decisiones adecuadas en todo momento, tanto como director general como desde la presidencia". En las épocas de bonanza, apuntaron, con apuestas diferenciales de largo plazo, y durante la crisis, con decisiones estratégicas que han permitido a Ibercaja "consolidarse como una entidad de referencia en el sistema financiero español". Asimismo, insistieron, "su compromiso, dedicación y esfuerzo han sustentado un reputado liderazgo tanto en su organización como en el mundo económico".

En la misma línea se expresaron ante los medios tanto José Luis Aguirre, que hizo tándem con Amado Franco en los años más complicados de la crisis financiera que revolucionó el mapa bancario español y dio lugar a la desaparición de las cajas de ahorros, como Víctor Iglesias, el actual consejero delegado de Ibercaja Banco.

"No es fácil condensar en dos frases el cariño y agradecimiento por lo que este hombre ha hecho por la entidad", afirmó Aguirre, que recordó cómo vivieron ambos entre 2008 y 2013 o 2014 los momentos "más duros" de una crisis que se llevó por delante a la inmensa mayoría de cajas de ahorros del país. Que Ibercaja lograra ser una de las cuatro que quedaron cuando en su momento había 45 es un logro que –apuntó el ahora presidente no ejecutivo de Ibercaja Banco– tiene un protagonista destacado. "Algunas entidades, muy pocas, conseguimos salir adelante sin ayudas públicas", recordó, y eso fue posible, afirmó, porque Amado Franco "ha sabido trabajar a largo plazo, ha sabido delegar y yo he tenido la suerte de contar en mi trabajo en esta casa con él".

Iglesias, por su parte, dio la enhorabuena al nuevo presidente de honor de la entidad aragonesa porque es de justicia, consideró, "ensalzar de una forma merecida la figura de Amado Franco, que ha engrandecido nuestro común proyecto de Ibercaja". El consejero delegado del banco quiso destacar, asimismo, "la gran honestidad profesional de quien nos ha convertido en un gran banco con ADN de caja de ahorros". Finalmente, se mostró convencido de que "Ibercaja, junto a su mujer, Pilar, y su familia, ha sido su gran pasión".

En lo más personal entró el propio Amado Franco al subrayar las razones que más pesaron en su decisión de dar el paso de retirarse. "Tengo cuatro hijos y cuatro nietos. No he podido disfrutar de mis hijos y ahora quiero disfrutar de mis nietos", afirmó. A continuación, en un tono más jocoso, dijo que le encanta esquiar y que quiere practicar ahora ese deporte entre semana, cuando hay menos gente, y no solo en fin de semana.

Ágil de respuesta y sin perder el sentido crítico, como en otras comparecencias ante la prensa a lo largo de tantos años, se pronunció sobre la decisión aprobada en el Congreso para investigar la crisis de las cajas de ahorro desde el año 2000. "Si arrojan más datos sobre las causas del tsunami financiero y aprendemos para el futuro, la comisión será bienvenida, pero si solo sirve para el ‘y tú más’, será más pérdida de confianza en la clase política y en la banca", aseguró.