"En una guerra comercial, todo el mundo pierde"

Ruiz-Scholtes dio ayer una charla en Zaragoza en la que repasó la visión de UBS –entidad de banca privada– sobre el panorama político y económico.

Ruiz-Scholtes, ayer en las oficinas de UBS en Zaragoza.
"En una guerra comercial, todo el mundo pierde"
Raquel Labodía

Que el presidente de EE. UU. hunda las acciones de una compañía con un solo tuit, ¿qué le parece?

Es desde luego una causa de incertidumbre. Asimétrica, además: una de las características de la gestión de Trump es que si acaba teniendo consecuencias negativas será peor para el resto del mundo que para EE. UU.

Al mundo financiero no parece en todo caso haberle sentado mal la llegada de Donald Trump: el Dow Jones bate récords.

Trump es como Jekyll y Hyde; tiene una parte que puede llegar a amenazar la continuidad del ciclo, como medidas proteccionistas o una imposición indiscriminada de aranceles, y luego un punto positivo, al que se ha abrazado el mercado, como es una política fiscal expansiva.

En relación con los aranceles, la dinámica mundial parece cambiar del todo. ¿Cómo ve esto?

Es un escenario que vemos como improbable; creemos que al final van a ser medidas dirigidas a proteger sectores muy concretos, o bien medidas ‘antidumping’ o las conocidas como barreras no arancelarias. No creemos que vaya a darse un proteccionismo indiscriminado. Todos los estudios y la experiencia demuestran que en una guerra comercial todo el mundo pierde.

Como inversor, ¿huiría del mercado estadounidense?

En absoluto:sigue siendo nuestro mercado preferido. En EE. UU. hay una serie de líderes irreplicables en sectores como el tecnológico o el farmacéutico.

¿Puede la guerra comercial de la automoción tener efecto en la planta de GM en Zaragoza?

Si acaba siendo un conflicto bilateral con México o con China, no tendría por qué tener consecuencias negativas aquí. Pero desde luego no es bueno para el sector y puede afectar al número de unidades vendidas.

Theresa May plantea ahora un ‘brexit’ duro. ¿Cómo observan este fenómeno?

El Reino Unido renuncia a su pertenencia al mercado único, así que el planteamiento es que acabaremos teniendo una unión aduanera solo para bienes y que perderán el acceso al libre mercado de servicios. Esto es algo que va a ir restando dinamismo a la economía británica, que va a mantener la libra infravalorada y que a España le daña fundamentalmente por la vía del sector turístico: vendrán menos británicos o gastarán menos cuando vengan.

Antes del verano decidirán si UBS traslada sus oficinas de la City londinense a Madrid. Y no es la única compañía.

En UBS hay elaborados planes de contingencia, y Madrid es una de las alternativas. Sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa: la City va a perder cierto músculo en la actividad relacionada con tipos de interés o divisas en euros, pero seguirá siendo el centro mundial de referencia para bonos, divisas, materias primas…. Así que no es algo que vaya a cambiar el mapa financiero europeo.

Y ¿la estrategia que se ha planteado de que May opte por convertir al Reino Unido en una suerte de paraíso fiscal?

Es una amenaza a largo plazo pero poco factible, teniendo en cuenta que la situación fiscal del Reino Unido, su balanza de pagos, dificulta mucho que se convierta en un auténtico paraíso fiscal.

Suiza ha sido sinónimo de evasión fiscal. Pero el país centroeuropeo ha hecho muchos esfuerzos para quitarse esa etiqueta.

Era;sin duda eso ha cambiado. Ya no admitimos ningún cliente que no tenga su dinero regularizado y el país ha firmado los convenios de la OCDE de comunicación de datos fiscales. El negocio en Suiza está cambiando radicalmente.

España crece a un buen ritmo, aunque en gran medida por factores exógenos, como el petróleo o las divisas. ¿Es engañoso el crecimiento español?

Sí, la desaceleración va a ser más evidente según avanza el año, y aquí la vuelta de la inflación va a ser determinante: una inflación del 2%, cuando los salarios crecen por debajo, va a frenar el consumo interno. Pero la vulnerabilidad de España no es a corto plazo; es para cuando llegue la próxima crisis.

Entiendo pues que no hemos hecho lo suficiente para protegernos de la siguiente crisis, ¿no?

España no ha aprovechado una conjunción de factores favorables para hacer una reforma profunda de la estructura económica, y ya nos lamentaremos. Se debía haber avanzado más en la reforma del mercado laboral, para rebajar la dualidad, y sobre todo redimensionar el sector público: hacerlo más eficiente, quitar grasa a la administración.

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