Suman 790.000 euros y beneficiarán a un total de 10.000 agricultores y ganaderos aragoneses. Son las cifras de dos de las líneas de ayudas (cofinanciadas en un 80% por la Unión Europea) que, a través del Programa de Desarrollo Rural, materializan la "prioridad política" de la consejería que lidera Joaquín Olona, esto es, dotar al sector agropecuario de la Comunidad de las herramientas que le permitan aliviar el lastre y la dependencia que supone que el 30% de la renta agraria dependa de las decisiones que se toman en Bruselas.

Lo explicó ayer el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués, que detalló que la primera de estas actuaciones impulsará la formación continua de los profesionales agrarios. Con una dotación de 430.000 euros, "se pondrá en marcha toda una batería de cursos" dirigidos a agricultores y ganaderos, que además "podrán conocer la aplicación de la teoría a la práctica" mediante visitas a las explotaciones más desarrolladas de la Comunidad o a aquellas que han aplicado las más modernas tecnologías. 

Organizaciones agrarias, cooperativas, agrupaciones de defensa sanitaria y otras entidades asociativas del sector son los beneficiarios de estas ayudas, de las que en última instancia se aprovecharán 3.500 agricultores, con especial prioridad si desarrollan su actividad en zonas desfavorecidas, o de la Red Natura o son mujeres. "La discriminación positiva es la única vía para conseguir minimizar el problema de masculinidad del medio rural", destacó Nogués.

El segundo paquete de ayudas –con un presupuesto de 360.000 euros– tiene como objetivo transferir nueva tecnología al sector. Para ello, explicó el director general, se realizarán ensayos de campo sobre "nuevas variedades de cultivo, técnicas innovadoras tanto en producción, como en sanidad o bienestar animal para que el agricultor o ganadero pueda conocer sobre el terreno y elegir aquella técnica que es más compatible con su explotación y con la demanda del mercado". Serán también las organizaciones asociativas del sector las que gestionarán los programas subvencionables, de los que se podrían beneficiar hasta 6.500 agricultores.Concurrencia competitiva

No es la primera vez que se convocan este tipo de ayudas. Ya estaban contempladas en el programa de Desarrollo Rural del periodo anterior. Pero en esta ocasión llegan con una novedad. "No aprobamos todo lo que recibimos, sino aplicando criterios de concurrencia competitiva, tal como establecen el mandato de la Unión Europea", señaló Nogués, que detalló que para la línea de formación se recibieron 34 solicitudes de las que se han aprobado 22 que aglutinan 171 actividades formativas. Para la línea de transferencia han recibido el visto bueno 40 de las 41 solicitudes presentadas, que suman 81 actuaciones.

Quedan por aprobar otras dos líneas de ayudas con las que el Gobierno aragonés quiere priorizar el impulso de la innovación en el sector agrario. Una, destinada a la cooperación, –ligar la productividad con los centros de investigación–, que el departamento tiene previsto resolver en unos días. La segunda se centra en el asesoramiento a las explotaciones agrarias, para cuya puesta en marcha habrá que esperar hasta 2017 "dada su complejidad", insistió el director general.

Nogués explicó además que la resolución definitiva de los expedientes de incorporación de jóvenes al sector no llegará hasta mediados de septiembre. Recordó que de las 701 solicitudes recibidas se hizo una primera selección con 440 proyectos que habían superado el proceso de concurrencia competitiva, pero el departamento ha remitido una carta a lo titulares de los proyectos que han quedado fuera del corte para que puedan alegar si así lo desean, lo que retrasará la aprobación definitiva.