Red Ganadera Caspe, que integra a once empresas, no ha dejado de aumentar su facturación desde que se puso en marcha en 2011 con el objetivo de proporcionar capacidad de gestión profesionalizada y posibilitar acciones conjuntas de inversión sin que ninguna de sus firmas tuvieran que renunciar a la naturaleza de su negocio. También lo hizo en 2015, año en el que el valor de sus ventas sumó los 184 millones de euros, 29 millones más que en el ejercicio anterior y en línea con el crecimiento de dos dígitos registrado en campañas anteriores.

La cifra no ha sido, sin embargo, suficiente para mantener el nivel de beneficios de años anteriores. De hecho, según los datos de este grupo agroalimentario del sector porcino, su Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) se ha reducido a los 3,9 millones de euros, frente a los 5,7 conseguidos en 2014.

El motivo hay que buscarlo en el desplome de los precios de la carne de cerdo –actividad principal del grupo liderado por la Cooperativa Ganadera de Caspe– provocado tanto por el veto ruso como por el incremento de las importaciones chinas, explica el director general de la Red, Tomás Fillola. "Ha sido un año de preparación, antesala de los años duros y difíciles que vienen en el sector del porcino para 2016 y 2017", señala Fillola, que anticipa un descenso de facturación del grupo en este bienio.

Para afrontar el reto, Red Ganadera de Caspe ha realizado inversiones, ha puesto en marcha un departamento de investigación y ha tejido un sistema de financiación con el que sus empresas puedan hacer frente a las posibles pérdidas. Quieren así adaptarse a las exigencias del mercado. "Los mataderos demandan canales de porcino cada vez más magras (con más fibra muscular y menos grasas) y son necesarios avances nutricionales y genéticos para lograr un producto final acorde a la demanda del cliente", explica el director general, que destaca el trabajo realizado con los clientes en la comercialización, adaptando el producto a las necesidades de la exportación.

Por eso, durante 2015 las empresas que forman parte de Red Ganadera Caspe invirtieron 1,5 millones de euros, esencialmente en la fabricación de piensos –en eficiencia y el control energético– y en las explotaciones ganaderas –en acondicionamiento de la producción y activos para su puesta en marcha en los próximos años–.

También se ha puesto en marcha un departamento de I+D cuya labor se centrará en varios campos, entre los que Fillola destaca el aumento del bienestar de las cerdas reproductoras y el aumento de la productividad a través del uso de fibra en la nutrición, el estudio de alternativas en productos para la alimentación porcina, la inversión en tecnología en instalaciones de cerdos de cebo que permitan recoger datos de consumo de pienso y agua en relación a temperaturas y humedad o las mejoras en control de sanidad.

Financiación y empleo

Y para hacer frente a las posibles dificultades económicas que impone un escenario de precios bajos, Red Ganadera Caspe ha diseñado un sistema propio de financiación. "Una de las herramientas es la sección de crédito, con la que gestionamos el movimiento interno de las transacciones financieras de los socios con la cooperativa", explica Fillola. El director general destaca que este sistema garantiza la financiación, ya sea a través de préstamos participativos o a través de un avales con una sociedad de garantías recíprocas.

Con todo ello, el grupo empresarial espera afrontar el futuro con la fortaleza que ha mostrado en estos años de crisis, en los que la plantilla no ha dejado de crecer. Lo hizo también en 2015 con la incorporación de tres nuevos empleados, con los que la plantilla asciende a 74 trabajadores.