UGT Aragón adelgazará más su estructura y reducirá a tres sus seis federaciones actuales

El cambio del sindicato, a nivel regional y estatal, acabará en mayo. La renovación nacional afectará a su líder, Cándido Méndez, que dejará de serlo después de 22 años.

Imagen de mayo de 2013 cuando Daniel Alastuey fue elegido secretario general de UGT Aragón.
Imagen de mayo de 2013 cuando Daniel Alastuey fue elegido secretario general de UGT Aragón.
G. Mestre

Acercar el sindicato a los centros de trabajo y reducir su aparato burocrático. Eso es lo que pretende el próximo congreso confederal de UGT que tendrá lugar a principios de marzo y del que tiene que salir un nuevo líder –ya que Cándido Méndez anunció hace meses que no volvería a presentarse después de 22 años en el cargo– y una organización más ágil, con menos estructura y solo tres federaciones: la de industria, la de servicios privados y la de servicios públicos. Daniel Alastuey, secretario general de UGT Aragón, avanza que los nombres que se les dará a estas tres federaciones aún no están decididos y que este adelgazamiento no significa reducir de nuevo las plantilla.


"No quiere decir que lo que vayamos a hacer sea tener menos trabajadores sino que probablemente tendremos menos dedicados a tareas burocráticas y más a los centros de trabajo. Reducir estructura no necesariamente implica restar sino redistribuir mejor", explica. "Es obvio que si una federación en este momento tiene tres administrativos y otra tiene tres más, después, cuando sean una no necesitarán a seis sino que con cuatro les bastará y esos dos trabajadores menos no es que vayan a sobrar sino que se dedicarán a otros fines como la acción sindical en los centros de trabajo".


Después de los dos expedientes de regulación de empleo aplicados en UGT Aragón en 2012 (con salida de 20 personas) y 2013 (con 37 extinciones) y tres despidos más en agosto de 2014, apenas quedan unas 90 personas en plantilla, algo menos de 60 trabajadores que prestan servicios en la Unión regional y apenas 30 en las federaciones, reconoce Alastuey. Por eso, indica, no se requerirán más ajustes en 2016 sino redistribución del personal una vez esté aprobada la nueva estructura. Eso será en el congreso confederal de Madrid, del 9 al 12 de marzo. De ahí saldrá un sindicato más adelgazado y un nuevo líder. "La sociedad española cambia y el sindicato también. Vamos al ritmo de los tiempos. No sé si en marzo habrá ya nuevo Gobierno", ironiza Alastuey, pero sí una UGT renovada, cuya metamorfosis, sumando los congresos regionales en toda España –el de Aragón tendrá lugar el 29 y 30 de abril– culminará el 22 de mayo.


"Esperemos que para sustituir a Cándido haya solo un candidato. Nos conviene una dirección consensuada, pero ya veremos",

anticipa Alastuey. Por ahora hay varios nombres: Miguel Ángel Cilleros, secretario general de la Federación de servicios para la movilidad y el consumo, y Gustavo Santana, líder de UGT en Canarias. También suena Pepe Álvarez, secretario general de UGT de Cataluña, pero habrá que esperar a la fase de recogida de avales para ver si todos llegan al congreso del 9 de marzo.


En cuanto a si en el congreso confederal se aprobarán nuevas formas de financiación para un sindicato que como el resto de organizaciones sindicales y patronales ha tenido que redimensionarse durante la crisis, Alastuey no espera grandes cambios. "Tenemos un reparto de la cuota de los afiliados –una parte va al confederal y otra a las federaciones estatales y las regionales– que en general está bien distribuido", piensa. El 35% de la cuota que pagan los afiliados va a la confederación, y de ese 35% la confederación se queda el 15% y el resto se lo da a las uniones regionales, mientras el 65% va a las federaciones, explica.


En Aragón las federaciones han tenido menos problemas de tesorería que la propia Unión durante los años de la crisis. Los recortes de la Administración en programas de formación también han hecho mella en las cuentas del sindicato que tuvo que pactar con sus trabajadores el retraso en el pago de nóminas, que viene sufriendo desde 2013 y que todavía arrastran. De hecho, el presupuesto de este año será continuista con el del anterior que "sí vamos a cumplir", indica Alastuey, y que ha sido de unos 4,6 millones.


En cuanto al traslado de su sede actual en la calle Joaquín Costa al centro de formación Arsenio Jimeno, en el Actur, Alastuey expresa su deseo de poder hacerlo de una vez en el verano de 2016, aunque anticipa que todo dependerá de la nueva dirección del sindicato en Madrid que es la que tiene que financiar ese proyecto de remodelación de aulas en oficinas.

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