Economía

La crisis de Abengoa fuerza cambios en su cúpula y la dimisión de su consejero delegado

Santiago Seage es sustituido por José Domínguez Abascal, quien negociará la deuda de la firma. La compañía, que está fuera del Ibex 35, rebota un 16% en el mercado continuo.

Imagen de archivo del hasta ayer consejero delegado de Abengoa, Santiago Seage.
Ballesteros/Efe

Segundo movimiento de calado en la cúpula de Abengoa en apenas dos meses para salvar a la compañía. El equipo que se encargará de negociar con la banca antes de la quiebra definitiva que llegaría en marzo de 2016 no estará liderado por el que hasta ahora era su máximo responsable, el consejero delegado Santiago Seage. La crisis se lo ha llevado por delante en forma de renuncia a su cargo en favor de José Domínguez Abascal, quien asume todas las funciones ejecutivas, aunque no será el CEO de la empresa.


Santiago Seage tenía todo el poder del grupo en sus manos desde el pasado mes de septiembre, cuando, en medio de las negociaciones con las entidades, estas forzaron la dimisión del entonces presidente, Felipe Benjumea, para desencallar la operación. Benjumea suponía un obstáculo, a juicio de la banca, para desarrollar la ampliación de capital, que nunca llegaría a buen puerto tras la renuncia anunciada por el grupo vasco Gestamp el pasado martes. Desde entonces, se mantiene oficialmente al margen de la firma, como presidente de honor. El hasta ayer consejero delegado ha permanecido solo medio año en el cargo. Se va a Estados Unidos, donde se dedicará en exclusiva a las actividades de la filial que la compañía tiene en ese país, Abengoa Yield, como director general.


Por su parte, el nuevo responsable de la corporación es un hombre de la casa, que ya formaba parte del consejo de administración. Ligado al mundo educativo desde el inicio de su carrera, Domínguez Abascal fue un alto cargo de la Junta de Andalucía entre 2004 y 2008, como secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología, en el Gobierno de Manuel Chaves. Además, fue vicerrector de la Universidad de Sevilla entre 1990 y 1992 y director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de esa universidad entre 1993 y 1998. En su anterior puesto de consejero será sustituido por Joaquín Fernández de Piérola Marín. Hasta ahora era el presidente de Abengoa México. Todos estos movimientos en la dirección de la compañía se completan eliminando una de las dos vicepresidencias.Tres opciones

Mientras la empresa se prepara para negociar con la banca una deuda que supera los 20.000 millones entre avales, préstamos y otras figuras financieras, las entidades afectadas comenzarán a perfilar su posición el próximo lunes junto a KPMG, la consultora que actuará como asesor. Los analistas insisten que, entre las tres opciones posibles para que la compañía se salve, la reestructuración de la deuda, a cambio de un programa creíble de inversiones, recortes y eficiencia en gastos, es la que cuenta con más opciones de salir adelante.


Los bancos que han asumido la deuda de la compañía recibieron ayer el apoyo de la agencia de Standard & Poor’s (S&P) al indicar que "es poco probable" que la crisis de Abengoa "tenga repercusiones inmediatas" en la calificación de las entidades acreedoras. La firma no prevé que sea necesario modificar la calificación de la banca implicada, ya que el efecto "negativo" que pueda tener el preconcurso "sería asequible para todos durante 2016". La otra opción de salvamento supondría la llegada de un inversor externo dispuesto a hacerse cargo de la empresa, implicaría asumir un endeudamiento muy abultado, a pesar de que el coste de comprarla se ha situado en niveles muy bajos.


Porque el valor del grupo de ingeniería en bolsa se ha reducido en las tres últimas sesiones hasta poco más de 200 millones, frente a los casi 900 que valía el pasado martes. Ayer, sus títulos comenzaron a cotizar fuera del Ibex-35 y lo hicieron con una subida del 16% frente al desplome del 94% acumulado.


"Los cazagangas se están apoderando de la compañía", explicó Rodrigo García, analista de XTB. "Con las compras que hicieron ayer, se posicionan por si la empresa sube en un futuro y ellos han entrado con un valor muy bajo, generando rendimientos", afirmó.


La desconfianza sobre Abengoa se refleja de forma más clara en el mercado de bonos. La deuda que vence en 2018 está perdiendo un 85% de su valor. "Eso significa que los inversores están dispuestos a recuperar sólo 15 euros de lo que en su momento valía 100", indicó.

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