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Villanova prueba con dos sistemas

REAL ZARAGOZA

Por probar, que no quede. Villanova dio gusto ayer a quienes hacen fuerzas por el regreso del clásico 4-4-2 y, durante un tiempo del partidillo que, a puerta cerrada, llevó a cabo la plantilla con la habitual colaboración del filial, lo probó abiertamente. Pero, lejos de ser un muestreo de lo que va a ocurrir el sábado ante el Recreativo, supuso solo la mitad de las opciones posibles. En el otro tiempo, Manolo insistió en su dibujo favorito, el que viene utilizando desde su llegada hace mes y medio, el que más equilibrio defensivo aporta aunque también dé motivos de duda y crítica por la sequía goleadora que padece últimamente la vanguardia blanquilla: el 4-1-4-1.


Eso sí, en ambos casos, el once base que utilizó Villanova durante toda la mañana fue el mismo. Lo único que modificó fue las posiciones de algunos jugadores para conformar el diseño de su táctica en cada uno de los casos. El repertorio de elegidos lo compusieron César; Zapater, Ayala, Sergio Fernández, Paredes; Celades, Gabi, Sergio García, Aimar; Oliveira y Diego Milito.


Salta a la vista que dos de los titulares fijos en caso de que su condición física lo permitiera -Luccin y Matuzalem- brillaron por su ausencia. El francés no se entrenó por su muy deficiente estado muscular y, el brasileño, pendiente todavía de la decisión de los comités sobre la sanción de un partido que pesa sobre él tras la expulsión del domingo pasado en Getafe, sigue arrastrando problemas de cierta envergadura en su rodilla operada, la izquierda, resentida hace dos días debido a un golpe recibido en el Coliseum Alfonso Pérez.


En primer lugar, resulta relevante observar cómo Manolo Villanova no tiene la intención de modificar la línea defensiva que puso en juego en campo getafense. Con César en la portería, Ayala y Sergio Fernández seguirán siendo los centrales, Paredes el lateral zurdo y, a pesar de la recuperación de Diogo tras cumplir su castigo por tarjetas, Zapater seguirá ocupando el lateral diestro. El hecho de que, en el último partido en Madrid, esta zaga lograse mantener la portería a cero por primera vez en muchos meses fuera de casa y diera las mejores prestaciones de los últimos tiempos, puede favorecer la decisión de que repita como línea.


El 4-1-4-1 y el 4-4-2


El resto del equipo, de defensa hacia delante, es el que soportará las modificaciones que se van a experimentar ante los onubenses dentro de 48 horas. En el 4-1-4-1, quedó claro ayer que Albert Celades tiene muchas papeletas para ser el timón del equipo en lugar de Lu- ccin si al final el galo no está a tono físicamente para ser titular. Ayer no pudo entrenarse y su concurso está en el aire hasta el último instante.


Si ese fuera el dibujo de inicio en la pizarra, Gabi y Aimar estarían en el centro, por delante del "stopper". Así, el argentino ostentaría el papel de sustituto de Matuzalem. En las bandas Sergio García y Óscar González reincidirían en su posicionamiento -igual que en Getafe- y, en punta, entraría Ricardo Oliveira.


La lesión de Diego Milito y su más que probable baja dará la opción a Óscar de no salir del once inicial, que era su destino antes del esguince de tobillo del bonaerense. Y, de paso, pondrá a Oliveira en el puesto de ariete, en lugar de ubicarlo en la banda zurda, tal y como ya ha hecho con anterioridad Villanova en otros duelos.


En la variante del 4-4-2, asimilable por completo al esquema utilizado por Víctor Fernández en su última época, por Garitano en su fugaz paso por el banquillo, y por Irureta en el mes y medio que estuvo al frente de la caseta, Villanova volvía a juntar a Milito y Oliveira en la vanguardia, escoltados en las bandas nada más y nada menos que por Sergio García y Aimar. Todo un arsenal ofensivo lleno, como es sabido y comprobado, de grandes carencias en el repliegue y las marcas en tareas defensivas. Algo contra natura, según el criterio de Villanova, pero quizá un último intento por morir matando en una situación desesperada.


La baja casi segura de Milito devaluará notablemente esta posibilidad táctica. En caso de que el técnico la ordenase durante el partido, tendería a llevar a Sergio García desde la banda hasta el centro del ataque (para ser el segundo delantero con Oliveira) y daría paso a Óscar González en la banda derecha para ser el simétrico de Aimar, que se desenvolvería por la izquierda, aunque tampoco es descartable que García continuase pegado a la raya lateral y Óscar jugase centrado junto al goleador brasileño. La capacidad de maniobra del entrenador, según discurren los acontecimientos, es cada vez más limitada.

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