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Una dieta poco seria

BALONCESTO

La economía de guerra ha llevado al CAI a dar un sobre con 15 euros a cada jugador para que coma en los viajes de regreso de algún partido. Una imagen muy poco profesional, cuando lo normal es comer en grupo, y una cantidad exigua.

Una dieta poco seria
HERALDO

Quién dijo que los deportistas de élite se ponen de comer hasta arriba para reponer fuerzas tras un partido? ¿Y quién dijo que lo hacen en grupo, como un equipo profesional, y que es el club el que paga esa comida? Porque en el caso de todo un equipo de la ACB como es el CAI Zaragoza no ocurre eso. Por extraño que parezca, en los viajes de vuelta de algunos partidos, la plantilla no está convocada en ningún sitio para alimentarse juntos sino que cada uno de los jugadores recibe un sobre con 15 euros para comer lo que quiera (o lo que pueda) por su cuenta. Esa imagen que ya se ha repetido en varias ocasiones en lo que va de temporada demuestra poca profesionalidad en el club, ya que lo habitual y lo normal suele ser que el equipo coma unido en los desplazamientos, y a su vez retrata la economía de guerra de la entidad rojilla dada la exigua cantidad de euros que se entrega a cada jugador. Quejas colectivas no ha habido, pero es un detalle más de lo esperpénticos que resultan muchos de los viajes que organiza el club.

Resulta difícil saber qué es peor, si el hecho de que cada uno de los rojillos vaya a su aire en estaciones y aeropuertos, en lugar de que el grupo coma precisamente en eso, en grupo; o la ridiculez de los 15 euros para unos deportistas cuyos sueldos son bastante más elevados que la media nacional, y las dietas casi de cualquier trabajador son más cuantiosas.

Desde luego, no es lo habitual. Los clubes de la mejor liga de Europa, y los de otras disciplinas deportivas, tienden a mantener la unidad del conjunto durante todo el desplazamiento. Lo más común es que el responsable de los viajes concrete la comida en algún restaurante para toda la expedición y la entidad lo sufrague. Incluso en algunos casos, los equipos suelen regresar al hotel en el que han estado concentrados, almuerzan allí tras el encuentro y posteriormente llevan a cabo el viaje de regreso.

Pero el CAI, en cuanto a los desplazamientos, es diferente. Es un asunto que trae cola desde hace tiempo, ya que los hoteles elegidos tienden a estar bastante alejados de los pabellones, con el consiguiente malestar por parte de jugadores y técnicos con los prolongados movimientos en autobús antes de entrenamientos y encuentros.

La elección en los horarios de los vuelos tampoco ha convencido este año, y prueba de ello es que en la salida a Menorca, varios jugadores decidieron comprarse un billete de vuelta de su bolsillo para regresar varias horas antes que el resto del conjunto rojillo.

Así que lo de la dieta de 15 euros es un capítulo más de los peculiares viajes del CAI y de la economía de guerra que llevan en los últimos tiempos. Sin embargo, esas restricciones disminuyen la imagen profesional que debería tener un club de la talla del CAI Zaragoza. Desde luego, comiendo cada uno por su cuenta con la cantidad que les incluyen en los ya famosos sobres, poca seriedad se detecta.

Es de suponer que, sobre todo, los jugadores más veteranos y que han vivido en la disciplina de otros clubes y hasta de selecciones nacionales se hayan sorprendido con estas 'condiciones laborales' impropias de una entidad de la elite.

Estas situaciones se repiten en los viajes en los que se toma de regreso un tren o un avión, ya que en el caso de regresar en autobús se suelen pedir pizzas para toda la expedición. Así que con 15 euros hay que 'llenar el buche', algo que no siempre es posible, y más en hombres corpulentos y de más de cien kilos de peso. Eso, o rascarse el bolsillo.

Pero ni siquiera en los casos de ir en autocar el club hace frente a todos los gastos del viaje, ya que si el autobús debe detenerse por el número de horas del desplazamiento, los rojillos se pagan las consumiciones que tomen. Ver para creer.

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