Sin tiempo para lamentaciones

No hay tiempo para descansar. Ni para reflexionar tampoco. Dos días después de la dolorosa derrota ante el Betis por 4-3, el Málaga se planta en La Romareda para someter al cuadro aragonés a un test más duro si cabe. Con tres victorias consecutivas, el cuadro de la Costa del Sol llega a Zaragoza totalmente lanzado en su carrera por consagrarse entre el pelotón que busca una plaza europea para la próxima campaña.

Con los errores cometidos en el Benito de Villamarín todavía en fase de digestión, el cuadro de Javier Aguirre deberá cambiar de mentalidad para afrontar un nuevo choque desde cero. Diferente rival aunque similar exigencia. De un recién ascendido, que funciona con la autoridad que le otorga ser un bloque hecho y consolidado, al equipo de moda durante el mercado estival, con múltiples incorporaciones de renombre que, gracias a su calidad, solo han necesitado de una rápida cocción para funcionar a la perfección.

Con las bajas de Pinter y Edu Oriol, el técnico mexicano ha convocado a todos aquellos jugadores que tiene disponible. Jorge Ortí incluido, que jugará el rol de delantero reserva del conjunto aragonés. Además, Fernando Meira vuelve a la lista y, con casi toda probabilidad, formará en el once inicial en la posición que Aguirre gusta dibujar por delante de la defensa.

La preparación del choque por parte del técnico mexicano es secreto de estado. Poco se ha podido ver con dos únicos entrenamientos, uno de ellos de recuperación y otro a puerta cerrada, destinados a afrontar el choque. Un secretismo que el propio preparador respetó en sala de prensa al no adelantar si pensaba repetir once inicial o sistema defensivo.

En Sevilla, el Real Zaragoza utilizó a Abraham, lateral izquierdo titular, para intentar frenar la creación bética. Una solución que no salió bien pero que podría haber sido ideada pensando también en los malacitanos. “El Betis juega con un extremo abierto y el otro cerrado. Igual que el Málaga, por cierto”, dejaba caer Aguirre durante su tradicional intervención en el día previo al partido.

Un conjunto enrachado

Tras su tropezó inicial en el Sánchez Pizjuán, asumible para un equipo que presenta nueve caras nuevas con respecto a la última temporada, el Málaga de Manuel Pellegrini se ha mostrado como el conjunto que prometía ser. Engrasado con los millones invertidos por su nuevo propietario, los boquerones son un equipo pensado para luchar con los grandes por un puesto en los lugares de cabeza.

El nuevo conjunto boquerón se articula en torno a Toulalan. El jugador francés, procedente del Olympique de Lyon, es el encargado de otorgar criterio al juego malaguista en una medular que comparte con el habilidoso Duda. Una sala de máquinas que cuenta con ramificaciones de auténtico lujo. Por bandas, Cazorla y Joaquín, o Buenanotte, ponen la verticalidad y peligro necesarias para que Baptista y Van Nistelrooy pongan a temblar al arquero rival.

Sin embargo, es en la faceta defensiva en la que más se está destacando el conjunto andaluz durante este arranque liguero. Sin permitir un gol en los últimos tres partidos, la zaga formada por Demichelis y Mathijsen se ha erigido como un muro muy difícil de salvar. Junto a ellos, dos laterales de marcada vocación ofensiva. Jesús Gámez y, sobre todo, Eliseu. El ex zaraocista ha encontrado su sitio jugando por la banda izquierda, donde aprovecha los huecos que Cazorla le genera cuando cae al centro. Finalmente, en portería, Caballero se ha hecho fijo para el Ingeniero.

Jugando en casa, el Real Zaragoza tiene el deber de plantar batalla. La posesión de balón y la generación de ocasiones parecen la vía para lograrlo. Un partido que Javier Aguirre no ha dudado en calificar “de poder a poder”.

Posibles alineaciones:

Real Zaragoza: Roberto, Juárez, Mateos, Da Silva, Paredes, Meira, Ponzio, Micael, Lafita, Barrera y Luis García o Postiga

Málaga: Caballero, Gámez, Demichelis, Mathijsen, Eliseu, Toulalan, Duda, Cazorla, Joaquín, Baptista y Van Nistelrooy.