MOTORLAND

Los efectos vienen de serie

La celebración de las 'World Series' en Alcañiz ya ha cambiado la historia de la localidad. Hoteles sin plazas, cifras de voluntarios y efectivos de seguridad sin precedentes, y la presencia de miles de aficionados al motor marcan un antes y un después para los alcañizanos

Imagen del 'paddock' del circuito de Alcañiz, en los entrenamientos colectivos celebrados ayer.
Los efectos vienen de serie
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Organizar uno de los mayores acontecimientos mundiales del motor supone, para una localidad como Alcañiz, muchas consecuencias. La mayoría de ellas ya se pueden constatar, al margen de lo que suceda durante este fin de semana sobre el asfalto. Desde luego, ya hay algo que nadie puede quitar a la localidad turolense: haber colocado su sello en el automovilismo acogiendo una prueba de interés internacional, las 'World Series by Renault'. Motorland ya es un hecho. El triunfo de Alcañiz, también.

 

Tiempo atrás, leer el párrafo anterior podía parecer solo un sueño, un simple proyecto. Apenas cinco años después, los vehículos ya ruedan a gran velocidad en un recinto que no se entendería si no llevase el sello de Alcañiz, una localidad cuya relación con este deporte tiene casi medio siglo de antigüedad. Ojalá, pensarán algunos, todos los proyectos tuviesen la misma acogida y esa velocidad de ejecución. Y, puestos a seguir, tanto respaldo popular. Pocos negaron la evidencia. El pueblo alcañizano supo ver, desde el principio, las consecuencias positivas de la creación de la Ciudad del Motor de Aragón. Hoy, su primer evento internacional vuelve a ponerlas de manifiesto. Sobre todo las económicas, aunque también subyace un importante impacto social e, incluso, cultural.

 

De inicio, los hoteles de Alcañiz y, por extensión, de la comarca del Bajo Aragón y de la provincia de Teruel gozan -que no padecen- las iniciales repercusiones. Su ocupación es del 100%. No hay habitaciones libres. Solo el dinero que han traído a la zona los distintos equipos participantes son un bálsamo en plena crisis. También agradecerán el ajetreo las gasolineras de la zona. La Dirección General de Tráfico ha establecido un dispositivo especial previendo la llegada de miles de vehículos particulares al circuito aragonés. En la enumeración de todos los sectores que saldrán favorecidos tras el fin de semana, caben otros muchos servicios.

 

Sin la pasión de los alcañizanos, nada de lo dicho sería comprensible. Un municipio de 16.000 habitantes se transforma durante dos días. Véanse los datos de todo el operativo: 900 trabajadores, pertenecientes a diversos cuerpos de seguridad, departamentos y empresas, velarán por el buen desarrollo del evento; 45 personas estarán dedicadas a la organización de los aparcamientos; 100 periodistas informarán del acontecimiento; 353 horas se extenderá la cobertura televisiva; 17.000 plazas estarán a disposición de los aficionados; dos helicópteros del 112 y uno de la Guardia Civil ayudarán al buen desarrollo de la prueba. Además, el personal propio de Motorland, así como de RPM Racing y Renault, el servicio de 'catering' y restauración, el equipo deportivo, las azafatas, los animadores del 'paddock', los bomberos y el personal de limpieza... y, que nadie se olvide, los pilotos.

 

Sobre los espectadores, cualquier cifra será buena si se tienen en cuenta, en primera instancia, todas las consecuencias inherentes de las 'World Series', un campeonato que en el trazado alemán de Nurburgring reunió a 110.000 personas, que sobre el antiguo aeródromo militar de Silverstone (en el Reino Unido) congregó a 100.000 aficionados o que en la pista de Hungaroring tuvo 90.000 seguidores. Aventurar una cifra para Motorland resulta complicado, teniendo en cuenta un factor básico: que hoy se estrena en una prueba de dimensión internacional. Ya se sabe que, además del español, las gradas hablarán durante el fin de semana inglés y francés, la procedencia más común entre los visitantes foráneos. Aunque el verdadero lenguaje oficial de Alcañiz será, realmente, el del rugido de los motores.