REAL ZARAGOZA

Solo el 15% de los acreedores acepta la propuesta de Agapito

Las entidades financieras, cruciales para alcanzar el respaldo del 20% de la masa acreedora, no han rubricado aún su adhesión a la propuesta anticipada de convenio.

Andrés Jiménez, Carlos Terreu y Jorge Aso, los administradores concursales del Real Zaragoza
Solo el 15% de los acreedores acepta la propuesta de Agapito
J. M. MARCO

A escasas horas para que concluya el plazo legal de entrega de la documentación en el juzgado, el Real Zaragoza SAD no ha conseguido alcanzar el apoyo del 20% de la masa acreedora en su concurso voluntario para llevar a cabo la propuesta anticipada de convenio. A última hora de este miércoles, era alrededor del 15% de ese volumen el que, a través de la firma de los acreedores, había dado el visto bueno a la proposición de los administradores concursales, que sugiere el abono del 50% de la deuda (la quita sería pues del otro 50%) en ocho años.


Alfonso Gracia, uno de los abogados del Real Zaragoza y que está viviendo en primera línea el desarrollo de los acontecimientos, dibujó este miércoles para HERALDO las coordenadas con las que terminó el penúltimo día del plazo. «El pulso de las adhesiones de los acreedores ordinarios, aquellos que han provisto de bienes o servicios al Zaragoza en los últimos tiempos, nos dice que se ha generado una fluidez importante en este sector a favor de la propuesta anticipada de convenio. Y, dentro del ámbito de los acreedores subordinados, los que hacen referencia a las empresas participadas por Agapito Iglesias y que suponen por sí solos casi 20 millones de euros, por supuesto que el sí está garantizado a la propuesta», comenzó aseverando el letrado.


Gracia situó numéricamente lo que suponen estos apoyos a la iniciativa. «Entre los ordinarios y los subordinados se aglutina alrededor del 15 por ciento de la deuda. El 5% que nos falta por completar para que pueda salir adelante la propuesta anticipada viene a significar unos siete millones de euros. Y esa cifra no se puede alcanzar con los pequeños acreedores sino que es necesario el respaldo de entidades con un volumen mayor», dijo.


Alfonso Gracia estaba aludiendo directamente a las cajas de ahorros aragonesas (Ibercaja, CAI y Cajalón), piezas clave en estos momentos para que la propuesta anticipada de convenio salga adelante bajo los condicionantes marcados por el Real Zaragoza SAD en su invitación. «Esperamos la firma de las cajas. La verdad es que yo esperaba haber obtenido este miércoles la buena noticia de que las entidades financieras habían acudido a rubricar la propuesta, pero no ha sido así. Realmente nos hace falta ese apoyo para que esto salga adelante. Y no sé qué es lo que van a hacer al final. No ha transcurrido el día según lo previsto. Supongo que lo estarán pensando. El plazo acaba este jueves a las tres de la tarde, pero aún hay tiempo hasta el viernes a la misma hora a través de una prórroga», admitió el abogado del Real Zaragoza. De no darse el apoyo de este importante sector del colectivo de acreedores de la SAD, la iniciativa zaragocista no se hará realidad.

Horas decisivas

Los directivos de Ibercaja, CAI y Cajalón van a protagonizar desde primera hora de la mañana de este jueves momentos decisivos para el devenir del concurso del Real Zaragoza. Las tres cajas afrontan la propuesta zaragocista desde prismas bien distintos a causa, fundamentalmente, de la disparidad del montante económico que la SAD que preside Agapito adeuda a cada una.


Este miércoles tuvo lugar una reunión conjunta de las tres entidades financieras para analizar los pros y los contras de esa quita del 50% que propone el Zaragoza y el abono a ocho años del resto de la deuda. Este jueves, cada una de ellas tomará su decisión particular. Ibercaja, que soporta un importante volumen de deuda, aseguraba este miércoles no haber tomado una postura final, al igual que las otras dos entidades. La realidad de cada una de ellas es bien diferente, aunque todas son conscientes del peso y las consecuencias que puede representar su decisión para el resto de acreedores, en especial para los más pequeños. La aceptación de las condiciones por parte de las tres entidades establecería un complicado escenario para más de un pequeño acreedor al fijarse una renuncia del 50% del montante.

Repercusiones de relevancia

Alfonso Gracia explicaba este miércoles el verdadero alcance de las decisiones que se esperan con tensión. «Si no lográsemos aglutinar el 20% del volumen de la deuda en firmas, la propuesta extraordinaria no saldría y nos iríamos a la propuesta ordinaria. La diferencia es únicamente de tiempo. Nada más. Con la extraordinaria que estamos intentando consumar, ganaríamos más de medio año en iniciar el procedimiento de pagos. Si, por el contrario, hay que acudir a la ordinaria, hará falta al menos un año hasta que todo arranque. Con la extraordinaria, en cinco meses, para finales de diciembre o principios de enero próximos, ya se podría dar curso al convenio y tenerlo aprobado», describió.


La falta de respuesta positiva en las primeras horas del procedimiento por parte de las cajas ha generado un ambiente de nervios en el seno del Real Zaragoza, en las figuras de sus administradores concursales y su presidente y máximo accionista por encima de todos. «Desde luego, la incertidumbre es evidente. A mí nadie me ha dicho que las entidades financieras no vayan a firmar. Pero está claro que, si lo han de hacer, ha de ser ya. Los plazos son muy cortos», admitía este miércoles Alfonso Gracia.


El letrado no considera excesivamente exigentes los parámetros económicos que el Real Zaragoza ha incluido en su propuesta de convenio. «Proponer el 50% de quita no es exagerado en un caso como este. Hay que tener en cuenta la enorme responsabilidad de los administradores concursales, que tienen que cumplir al final del proceso con lo que proponen. Sugerir una quita más baja, del 40%, por ejemplo, puede ser más vendible pero ¿y si luego no puedes cumplir con los pagos? Me dicen los economistas y los asesores que no se puede bajar del 50%. Las consecuencias, de no hacerlo así, podrían ser muy graves. Se pueden llegar a derivar responsabilidades serias en la figura de los administradores en caso de que al final no fuesen capaces de cumplir», detalló Gracia.