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Trasvases de la SD Huesca al Cartagena
Con Juan Carlos Real, 13 futbolistas han vestido de azulgrana y lo han cambiado por el albinegro en las últimas tres temporadas.
El trasvase de futbolistas de la SD Huesca que toman la autovía A-23 y recorren los cerca de 700 kilómetros hasta llegar y asentarse en Cartagena se ha convertido en una de las situaciones más recurrentes y curiosas de las últimas temporadas. 13 jugadores han cambiado el azulgrana por el albinegro en tres años, algunos de manera directa y otros después de haberse enrolado en otros destinos entre medias. El caso de Juan Carlos Real, anunciado el viernes, confirma la tendencia. Una situación que se agarra a varias claves más allá de la labor de las direcciones deportivas.
El fichaje de Juan Carlos revela en buena medida el patrón de esta colección de movimientos que se inició con el ascenso del Cartagena a Segunda División hace tres temporadas. En aquel conjunto que subió actuaba un defensa con pasado en la capital oscense, el extremeño Carlos David Moreno, que había actuado en El Alcoraz entre 2014 y 2018. Curiosamente, llegó procedente de aquel conjunto y regresó al Cartagena tras poner fin a su etapa en Huesca.
Con el central se inauguró el sinfín de movimientos que llega hasta nuestros días. Carlos David representa por el momento el único ejemplo bidireccional. El resto cambió el norte por el sureste de la península. Con una SD Huesca de Primera y un Cartagena que se abría paso en el fútbol profesional, la dirección deportiva albinegra empezó a poner sus ojos en jugadores que habían destacado en El Alcoraz. Aquella temporada 2020-21 llegaron tres: el zaguero croata Toni Datkovic, Rubén Castro y Álex Gallar.
Tres futbolistas más se añadieron a la nómina del Cartagena para la 21-22, Shinji Okazaki, Julio Buffarini y Gastón Silva. La relación dejaba de ser casual y obedecía a más razones. Entre ellas, las buenas relaciones entre los dos clubes, que facilitó el entendimientos para sacar adelante este tipo de operaciones. Así lo considera Rubén Serrano, periodista de La Verdad: "La relación de la directiva del Cartagena -con el presidente, Paco Belmonte, y el director deportivo, Manolo Sánchez Breis- y el Huesca es excelente desde hace años, algo que el club ha confesado de manera pública". El Cartagena se lanzó sin disimulo hacia un perfil de futbolista veterano, por encima de los 30 años, que estos jugadores sin sitio en El Alcoraz por razones deportivas o económicas podían encarnar.
La complicada situación de las arcas de la SD Huesca también explica lo que ha pasado en los dos últimos verano. En el de 2022 se incorporaron al Cartagena dos piezas clave de la historia reciente, Mikel Rico y David Ferreiro, y la nómina se amplió con tres jugadores más como parte del trasvase: Damián Musto, Darío Poveda y Miguelón Llambrich. El Cartagena se había convertido en un destino apetecible. Un club saneado, con perspectivas claras de crecimiento, una presión soportable alrededor y el anhelo de ascender a Primera en un plazo razonable de tiempo.
Serrano se refiere en este punto al ‘triángulo’ que conforman Mikel Rico, Musto y Datkovic para buscar y convencer a jugadores apetecidos: "Desde que Mikel está aquí es como un gran intermediario en las negociaciones. Convence a mucha gente, ya sean excompañeros o no". En el fichaje de Juan Carlos Real (32 años), con el que se ha alcanzado un acuerdo económico para un contrato de tres cursos de duración, también ha resultado clave el papel del portero Marc Martínez, con el que coincidió en el Deportivo de La Coruña. Otro exdeportivista, Víctor Sánchez del Amo, será su nuevo entrenador.
