La marcha del presidente institucional Manolo Torres fue el primer paso hace tres semanas y desde entonces se ha seguido caminando dentro del proceso de reestructuración que se está llevando a cabo en la SD Huesca para reducir el déficit y cumplir con las indicaciones propuestas en la auditoria a la que se sometió y que le obligan a redimensionarse tras el crecimiento experimentado al albur de los dos ascensos a Primera. Los recortes afectan ya a varios departamentos y estamentos, desde el personal cercano al primer equipo -donde la confección de la plantilla está siendo condicionada por la necesidad de ajustarse al límite salarial- hasta la tienda oficial pasando por la sección femenina.

En el apartado de corte más deportivo, dentro del cuerpo técnico del primer equipo no continúa el readaptador Jorge Carracedo, incorporado de la mano de Míchel Sánchez en 2019 y que se había encargado desde entonces de la puesta a punto de aquellos jugadores que salían de lesión y estaban en proceso de regresar al grupo. Ya en el último curso esa tarea la había compartido con Carlos Calvo, que sí se mantiene.

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Además, en la sección femenina ha habido que tomar una dolorosa decisión, solo habrá un filial y no dos. La última campaña se había cerrado con un histórico triple ascenso que llevó al primer equipo a Segunda RFEF; al Huesca B, a Primera Nacional; y al Huesca C, a Primera Territorial. Se renuncia a la plaza en Primera Nacional, categoría que exige una serie de desplazamientos a Cataluña, la Comunidad Valenciana e incluso Baleares, y se conserva la de Primera Territorial. En otro equipo B, en el masculino, también se va a imponer la austeridad a la hora de confeccionar el bloque después de que en la última temporada se pelease por el regreso a 2ª RFEF.

En el departamento de comunicación se ha prescindido del responsable de fotografía, tarea que se va a externalizar. También se reduce el personal que atiende en la tienda de Coso Bajo y además, no se mantiene el servicio de cocina del que hacía uso el primer equipo y que elaboraba los menús especiales que deben seguir los jugadores. En su lugar, se baraja la posibilidad de hacer uso del ‘catering’ que también atiende a la residencia de la Base Aragonesa de Fútbol. Entre la tienda y los cocineros sumaban siete trabajadores antes de los recortes.

La hoja de ruta marcada en el Huesca hace un año, cuando se aplicaron reducciones salariales en todos los ámbitos, ya preveía el incremento de las pérdidas en el actual ejercicio. Se entendía que iban a ser de 5,6 millones de euros, aunque finalmente estarán por encima de los seis. Con el fin de poner coto, la Fundación Alcoraz, la máxima accionista, solicitó la realización de una auditoria que confirmó la necesidad de realizar ajustes para aligerar el tamaño de la sociedad anónima deportiva y sus obligaciones económicas. La misión es recuperar los beneficios en dos años y para ello se esperan más cambios.

Para el 31 de julio hay convocada una junta extraordinaria de accionistas en la que se expondrá el plan de acción y la renovación del consejo de administración. En estos momentos hay ocho consejeros, pero su número podría reducirse a cinco debido a las incompatibilidades con el cargo detectadas en alguno de ellos.

En su última intervención, el presidente de la Fundación Alcoraz, José Antonio Martín, ‘Petón’, mandó el mensaje de que “el futuro de la SD Huesca está garantizadísimo”. En aquella intervención, en la que con él participaron el presidente del consejo de administración Fernando Callizo y el director general Josete Ortas, también se destacó que había dinero en caja para acometer cualquier circunstancia y se recordó la existencia de un patrimonio donde aparecen, entre otros activos, el estadio y los terrenos próximos incluidos en el proyecto inmobiliario de los Jardines del Alcoraz