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La SD Huesca se aprieta el cinturón
La salida del hasta ahora presidente supone la primera medida de una serie para aliviar y racionalizar una situación económica en números rojos.
La SD Huesca afronta unas semanas de importancia inaplazable para la supervivencia del proyecto en el fútbol profesional. Un verano marcado por la delicada situación económica y las medidas que se van a aplicar para ponerle coto. La primera de ellas ha sido de choque, con la salida del hasta el martes presidente, Manolo Torres. Pero habrá más. Una batería de recortes y reducción de personal que atañe a la plantilla no deportiva según se refleja en la auditoría externa que dictará en buena medida los pasos a seguir. Y son claros: los sueldos del último ejercicio en esta parcela están valorados en 2.285.000 euros y se han de reducir prácticamente a la mitad, en un millón aproximadamente.
Esta obligatoriedad de recortar gastos en personal no deportivo se refleja en los resultados de una auditoría externa que ya ha sido analizada por el consejo de administración y que repara en el sobrepeso de este apartado. Convivían hasta esta semana un presidente, un presidente del consejo de administración (Fernando Callizo) y otro de la comisión ejecutiva (Alberto Larraz). El de Torres, como presidente, era el salario más elevado en este sentido y se trata de redimensionar las cuentas y adaptarlas a la realidad económica de un club de Segunda División que busca la permanencia. Esto exige una puesta al día con el personal deportivo inscribible en LaLiga. El próximo estará en torno a los cinco millones y la cifra real de esta temporada ha estado próxima a los nueve.
Según reflejó el director general, Josete Ortas, en su encuentro con los medios de comunicación del pasado mes de marzo, la plantilla no deportiva está compuesta por 39 trabajadores: 20 de ellos pertenecen a la oficina y otros departamentos, siete forman parte de la tienda y la cocina y otros doce desempeñan tareas de scouting y mantenimiento de materiales e instalaciones.
El total de trabajadores del club era de 116, la gran mayoría de ellos pertenecientes a la plantilla deportiva (77) y separada esta entre la inscribible con futbolistas del primer equipo (28) y la no inscribible (49): cuerpo técnico del primer equipo, filial, dos equipos juveniles y el femenino.
Se cuenta asimismo con servicios jurídicos, el apartado económico-financiero, de operaciones y servicios, infraestructuras y producción, márketing y comunicación, desarrollo de negocio y estrategia digital. Y están externalizados la seguridad, la limpieza, la asesoría general que lleva a cabo Bahía, la empresa de representación de futbolistas y dueña del 15,24 % de las acciones; el diseño gráfico, el acondicionamiento de los terrenos de juego, la fisioterapia, los viajes y el rendimiento tecnológico.
No se trata de la primera vez en que la SD Huesca se somete a una auditoría externa; la firma Global Audit realizó un estudio de su situación económica a 30 de junio de 2021, tras el descenso de Primera División. Las cuentas reflejaron entonces que los sueldos y salarios del personal no deportivo habían sido de 4.205.799,16 euros. Un año antes, en Segunda, estos habían sido de 1.890.347,52 euros, una cifra menor a la actual, y para la 21-22 de cerca de 2,5 millones cuando se habían presupuestado 1,9. Ello, en un contexto de adaptación a la élite que requiere ahora de otra puesta al día bien diferente.
Con el ascenso a la máxima categoría en 2020, el gasto de personal inscribible en LaLiga -el primer equipo- pasó de 10,1 a 30,7 millones, el triple, y este se había reducido a 30 de junio de 2022 a 11,3 millones. La SD Huesca registró, a nivel general, ganancias al final del curso 19-20, de 3,5 millones; pérdidas de 2,1 millones tras el descenso de 2021 y de 458.000 euros tras el ejercicio 21-22. El presupuesto general del club ha ido menguando en tres años desde los 50 a los 12 millones.
