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La SD Huesca, con un pie en el pasado y otro en el futuro

Cuco Ziganda contó para el primer amistoso con 12 jugadores de la pasada temporada, seis canteranos y tres de las caras nuevas del verano.

Empate de la SD Huesca en el primer amistoso del verano (1-1)
Ziganda, durante el amistoso del miércoles entre la SD Huesca y Osasuna Promesas.
Verónica Lacasa

El primer amistoso veraniego de la SD Huesca, que empató con Osasuna Promesas en el IES Pirámide (1-1), dejó pocas conclusiones y varios apuntes. De equipo en construcción, con un pie en el pasado reciente y otro en el futuro que está levantando Cuco Ziganda. El técnico utilizó a 21 futbolistas: doce de ellos ya pertenecían a la disciplina azulgrana la pasada campaña, seis de ellos eran canteranos y tres, caras nuevas. Así, los dos equipos, uno por periodo, presentaron vicios y virtudes de aquella etapa y apuntes de lo que se ha de trabajar para que el libro de estilo del navarro se plasme sobre el césped en las próximas semanas, con cinco partidos no oficiales aún por delante.

Así, la base de la temporada 21-22 se mantiene de una manera evidente. Los jóvenes ayudan en posiciones que todavía se han de completar e Ignasi Vilarrasa, Jérémy Blasco y Patrick Soko tratan de adaptarse a su nuevo destino. Con este panorama, Ziganda planteó dos partes de estilos diferentes. En la primera se buscaron con más insistencia las combinaciones por fuera, con cambios de juego, centros laterales, presión alta tras pérdida y, en suma, transiciones rápidas. Tras el descanso, y con diez nombres nuevos puesto que solo repitió el canterano Hugo Anglada, se profundizó en el juego interior para quebrar las líneas del rival.

La teoría de Cuco Ziganda, cuando han transcurrido 15 días de pretemporada, se ha de sujetar a un equipo incompleto. Faltan dos centrales y, al menos, un centrocampista más. Además, penden sobre el Huesca las situaciones de Sandro Ramírez y de Álvaro Fernández, que no tuvieron minutos. Ante Osasuna Promesas, Cuco Ziganda solo pudo contar con dos delanteros, Dani Escriche y Kevin Carlos, a la espera de que Abou Kanté alcance el estado de forma óptimo, y Sandro no se ha entrenado en lo que va de semana, como tampoco Enzo Lombardo. La que viene se espera al japonés Kento Hashimoto. Es evidente que este Huesca necesita un delantero de referencia, rematador, del que careció la temporada pasada, que garantice una cifra elevada de goles.

Si Sandro termina saliendo de la entidad este verano, la dirección deportiva deberá encontrar un sustituto de garantías, pues sobre los hombros del canario reposan de momento las esperanzas de que este año sí se disponga de un punta diferencial. El director deportivo, Ángel Martín González, ya señaló en la presentación de Kanté que "se tiene que quedar convencido; si no, es malo para todos". Álvaro Fernández fue el portero descartado el miércoles, cuando sí jugaron San Román en la primera parte y Andrés en la segunda. Señal inequívoca de que su marcha en las próximas semanas también es otro de los frentes abiertos en la entidad. Su profesionalidad en el día a día es intachable.

Álvaro y Sandro aparte, la nueva SD Huesca presenta un esquema 4-4-2 que, de momento, se impone a otras variantes. Pulido y Blasco son los únicos centrales natos, a los que el miércoles completaron los jóvenes Anglada y Euse Monzó. Como laterales, Ziganda cuenta con Ratiu, Valentín, Florian y Vilarrasa; en el centro del campo, Timor y un Salvador que ofreció buenas sensaciones después del ostracismo que sufrió en la segunda vuelta del pasado campeonato, esperan a Hashimoto. Juan Carlos Real, que figura en la lista de futbolistas con los que aligerar masa salarial, se reivindicó con unos buenos minutos por detrás del delantero Kevin Carlos.

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