Ignasi Miquel era un objeto de deseo de la SD Huesca que, por fin, se ha alcanzado. El central catalán, de 28 años, llega cedido por el Getafe con una opción de compra que se puede ejercer en caso de ascenso a Primera. Así lo desean todas las partes. El defensa, muy agradecido por el interés que ha mostrado el club azulgrana en las últimas temporadas, quiere devolverlo con su rendimiento. Para el director deportivo, Rubén García, “encaja perfectamente con la filosofía deportiva y personal del Huesca. Posee unas condiciones para la categoría más que contrastadas, buena salida de balón y juego aéreo, la agresividad que necesitamos. Va a poner las cosas fáciles a Nacho Ambriz”.

Miquel era uno de los anhelos de la dirección deportiva desde su aterrizaje al final de la campaña 208-19 (“más vale tarde que nunca”, ha dicho), y Rubén traslada su satisfacción por el fichaje del zaguero al conjunto de las altas para este curso. En su presentación este jueves en la sala de prensa de El Alcoraz, lo primero que ha querido transmitir es su agradecimiento al club: “Ha sido un proceso largo y le dije a Rubén en su momento que si salía de Getafe el lugar elegido era este. Se ha podido hacer y estoy contento de estar aquí”.

El defensa ha explicado con sinceridad que este verano quería luchar por un sitio en el Getafe de Míchel González y que “cuando se vio que no se podía y era un impedimento” se activó la opción azulgrana. “Tuvimos más de una llamada con Rubén y le dije que quería luchar en el Getafe. Después, el sitio era este y ha sucedido en el último momento. Mi felicidad es esta y ojalá ascendamos, quiero una estabilidad y este lugar es perfecto”, ha señalado un Miquel que ha dado “muchas vueltas” en su carrera y está “contento de formar parte de este equipo. Preparado para luchar y aportar al Huesca”.

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El motivo principal para decantarse por la SD Huesca reside en que lleva “años haciendo las cosas muy bien, se asciende y los dos años te quedas a las puertas de la permanencia. No es fácil hacer una buena base para volver a pelear. Este año lo intentaremos con el equipo que se ha hecho, va a ser complicado, la Segunda es larga. Se tiene que pelear para volver a lo más alto con las cosas que se están haciendo”.

Ignasi Miquel ha insistido en que “esto es larguísimo, las buenas vibraciones de fuera se pueden transmitir en el campo. Va a ser muy complicado pero queremos que la afición sienta que se puede hacer un gran año, que la gente vea que se puede pelear para estar arriba”. En sus primeros días como azulgrana ha percibido “mucha experiencia en la plantilla para saber cuándo disfrutar de la victoria y cuándo volver a trabajar. Veo una plantilla muy equilibrada, con cabeza y capacidad de trabajo”. No siente una presión extra, sino “ganas de aportar y dar todo de mí. Buscar la estabilidad futbolística y personal. Es mi vida y quiero ayudar al equipo, lo voy a intentar para adaptarme al fútbol del entrenador”.

Está acostumbrado a jugar desde pequeño en club con buen trato de la pelota, lo que puede ayudarle en la adaptación al libro de estilo de Ambriz, que ya puede contar con él desde el partido de este lunes ante el Real Oviedo en El Alcoraz (21.00, Gol): “El entrenador es abierto, cercano al futbolista, y el primer contacto ha sido espectacular. Vengo físicamente bien y estoy disponible. Soy complementario a mis compañeros y quiero hacerles la vida más fácil, que sea una adaptación mutua”. La SD Huesca sigue preparando la cita con la ausencia de Andrei Ratiu, concentrado con la selección de Rumanía, y la posible baja de Isidro Pitta mientras prosigue con su recuperación.