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La SD Huesca, a por el más difícil todavía: el tercer ascenso consecutivo
Los azulgranas en su regreso a Segunda se encomiendan al técnico mexicano Nacho Ambriz y a un bloque competitivo.
Volver a empezar. La Sociedad Deportiva Huesca regresa a Segunda División en busca del más difícil todavía: lograr el tercer ascenso a Primera en otras tantas temporadas. Aun instalado en el momento más rutilante de su historia, quiere desprenderse de la etiqueta de equipo ascensor que no ha sido capaz de mantenerse en la máxima categoría en sus dos intentos. Con nostalgia de élite pero con los pies en la tierra arranca el nuevo proyecto, que conjuga rostros conocidos, nuevos valores y un giro de timón en el banquillo.
El Huesca se ha puesto en las manos del entrenador mexicano Nacho Ambriz. Le ha abierto las puertas del fútbol europeo en la que supondrá su primera experiencia en solitario en el Viejo Continente después de haber acompañado a Javier Aguirre en Osasuna y Atlético de Madrid y de labrarse un prestigio incontestable en su país de origen. Un movimiento quizá arriesgado, que desafía las convenciones. De momento, la pretemporada ha mostrado a un Ambriz dialogante y trabajador que dibuja un Huesca con buen trato del balón, velocidad y una presión asfixiante para el rival.
Ha de partir, de entrada, en el pelotón de favoritos y para cumplir este objetivo se diseña una plantilla ambiciosa y competitiva. Con parte del bloque de los últimos años (Andrés, Pulido, Mikel Rico, Ferreiro, Mosquera o Seoane tendrían cabida en cualquier equipo principal de la categoría) y, de momento, siete incorporaciones, todas ellas en propiedad.
Las previsibles salidas de Javi Galán y Sandro Ramírez, a la espera de que se resuelvan las de Álvaro Fernández o Dimitrios Siovas, equilibran el saldo económico y permitirán rematar un bloque aún con carencias. Sobre todo en la delantera, donde Dani Escriche es el único punta disponible y han de llegar al menos dos refuerzos. Con la humildad del caído, el Huesca no se siente inferior a nadie.
