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Sandro y Adama Traoré, dos amigos que se quieren reencontrar

El nuevo delantero azulgrana y la sensación de La Roja, canteranos del Barça, marcaron goles a la SD Huesca hace seis años en el 8-1 del Camp Nou.

Sandro Ramírez e Idrissa Doumbia, sobre el césped de El Alcoraz.
Sandro Ramírez e Idrissa Doumbia, sobre el césped de El Alcoraz.
Rafael Gobantes

El deporte presenta a menudo senderos que se bifurcan. Trayectorias que, partiendo del mismo punto, acaban en sitios distintos. Insospechados. El fútbol ofrece también vías para la redención. Para regresar, si no a la casilla de salida, sí al punto en el que tomar impulso hacia adelante. Sandro Ramírez, el nuevo delantero de la SD Huesca, y Adama Traoré, la nueva sensación del fútbol español, compartieron cientos de horas, entrenamientos y partidos en la cantera del FC Barcelona y en las categorías inferiores de la Selección. El actual atacante del Wolverhampton marcó su primer gol de blaugrana a los aragoneses en un partido de Copa en el que también anotó el punta canario.

Aquella noche del 16 de diciembre de 2014, los oscenses acudían al Camp Nou a cumplir un trámite histórico después del 0-4 de la ida. Entonces en Segunda B y entrenados por Luis García Tevenet, afrontaban la primera visita oficial al Camp Nou más pendientes de la liga y del ascenso que se confirmaría meses más tarde. Desde el prisma barcelonista, un peaje hacia el triplete con Luis Enrique en el banquillo. El 8-1 dejó claras las miras de unos y otros; en los locales, solo un dato para las hemerotecas con Adama Traoré, jugador entonces de 18 años que había destacado en la cantera por su velocidad más que por su envergadura.

Hijo de emigrantes de Mali, marcó el séptimo tanto. Sandro Ramírez redondeó la cuenta con el octavo. El actual jugador de la SD Huesca ya sabía lo que era anotar goles para el primer equipo, con el que había debutado aquel curso y marcado goles en la Liga, al Villarreal y al Levante. Contaba 19 años y una competencia inasumible en la primera plantilla. Luis Enrique ya le dio minutos en la ida en El Alcoraz, a donde no viajó Adama.

Ambos le habían dado corazón y alas al juvenil del FC Barcelona, donde coincidieron pese al año de diferencia porque la evolución del menor de los dos no parecía tener límites de edad. Sandro fue incorporado a La Masía en 2009, captado de las categorías inferiores de la UD Las Palmas, y Adama en 2004 desde su Hospitalet de Llobregat natal. También en el Barcelona B sumaron méritos para dar el salto, y en las categorías inferiores de La Roja brillaron sobre todo a escala sub 19, con las semifinales en el Europeo de 2013. Junto a Munir, completaban la tripleta de canteranos que debía abrirse paso entre los Messi, Suárez, Neymar y compañía. Pero…

El verano de 2015 lo cambia todo. El filial blaugrana descendió a Segunda B y las puertas se empequeñecieron. Adama Traoré, codiciado por grandes de Europa como muchos de los futbolistas de su estatus, firmó con el Aston Villa inglés para abrirse paso en la Premier. Sandro, junto a Munir, se hizo con una ficha en la primera plantilla sin la continuidad deseada. Así, al año siguiente firmó con el Málaga para hacer la temporada de su vida: 13 goles que llamaron la atención de clubes como Sevilla, Atlético de Madrid o Everton, que se acabó extendiendo al canario un contrato de cuatro campañas.

Solo sumaría ocho apariciones en la Premier durante el curso 17-18, sin lograr marcar, y seis más en la Europa League con el mismo infortunio. No se mediría a Adama porque este cumplía su segundo ejercicio en el Middlesbrough, entonces en la First Division. El Aston Villa había perdido la categoría un año antes y volvió a descender con el ‘Boro’ al tiempo que empezaba a confirmar unas aptitudes sobresalientes que desembocaron en su llegada al Wolverhampton y en el salto al primer plano con su convocatoria para La Roja y un desarrollo físico que no ha pasado desapercibido.

Sandro, mientras, fue cedido en enero de 2018 al Sevilla y al año siguiente a la Real Sociedad, donde se midió por tercera vez a la SD Huesca en el empate sin goles de Anoeta (0-0). Se marchó de vacío para regresar la pasada campaña enrolado en las filas del Real Valladolid, donde sumó tres dianas. En la SD Huesca, el delantero canario quiere a sus refulgentes 25 años recuperar su mejor versión; también, transitar hacia el futuro a lomos de un contrato de tres temporadas y después de dejar atrás una etapa frustrante en el Everton. Adama Traoré se lleva hoy las mieles del reconocimiento y espera a su amigo en la cresta de la ola.

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