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Míchel, un entrenador con vocación de continuidad en la SD Huesca

En la actual etapa, ningún técnico ha superado las dos temporadas consecutivas en el club azulgrana y solo Calderón ha rebasado los 100 partidos.

Míchel Sánchez, durante el entrenamiento de este jueves en el IES Pirámide.
Míchel Sánchez, durante uno de los últimos entrenamientos en el IES Pirámide.
La Liga

Con la continuidad de Míchel Sánchez en el banquillo de la SD Huesca se quiere preservar la esencia del proyecto que ha devuelto al club a la Primera División. También se abre una ventana a la posibilidad de que se establezca una relación duradera con el entrenador, que afrontará su reválida en la máxima categoría después de su etapa más bien breve, 28 partidos, con el Rayo Vallecano. En el periodo ‘moderno’ del club azulgrana, el que abarca desde la puesta en marcha del proyecto en el verano de 2006, ningún entrenador ha sumado más de dos temporadas consecutivas. Y solo uno, Antonio Calderón, otro exrayista, ha superado la centena de encuentros.

Míchel acumuló en el curso ya finalizado 44 compromisos: los 42 de la fase regular, sin necesidad de acudir después al todavía incierto ‘play off’ de ascenso, y los dos de la Copa del Rey ante Laredo y Cultural Leonesa. Disfrutará de una nueva oportunidad en la Liga, que se le hizo corta en el club donde lo fue todo como futbolista. A los mandos del Rayo sus números fueron discretos: en 30 compromisos, seis victorias, seis empates y 18 derrotas si se incluye la eliminación copera a manos del Leganés. Fue destituido tras la 28ª jornada, con los franjirrojos inmersos en una racha de siete partidos seguidos perdidos y el equipo penúltimo con 23 puntos, a seis de la permanencia.

Con el refrendo futbolístico, técnico y moral que le da el salto a Primera, el madrileño, de 44 años, se volverá a encontrar entre los preparadores más jóvenes de la máxima categoría. Solo le superan en este sentido Diego Martínez (Granada), de 39 años, Jagoba Arrasate (Osasuna) de 42 y Sergio González (Valladolid), de 43 años. Forma parte del relevo generacional en los banquillos españoles después de un periodo ‘olímpico’, de cuatro años, en los que acumulado dos ascensos a Primera División y una permanencia con los rayistas.

Será el primer preparador que se mantenga en el cargo entre un curso y otro desde Anquela en los ejercicios 2015-16 y 16-17. El jienense, que ya firmó una permanencia en la lejana 04-05, regresó una década después al auxilio de un conjunto por entonces recién ascendido a Segunda División y en el que relevó a Luis García Tevenet, obrador del éxito el año anterior y que cesó tras 16 partidos. Con Anquela se alcanzó la salvación y el hasta entonces mayor éxito de la SD Huesca, la disputa de la fase de ascenso a Primera. Preludio de lo que llegaría después con otros protagonistas.

No hubo que esperar mucho. Con Rubi se firmó la primera gran gesta del club azulgrana en 2018. El catalán dirigió a los oscenses durante 43 partidos y el acuerdo que alcanzó con el Espanyol para la campaña siguiente evitó que siguiese en el banquillo de El Alcoraz como sí ha sucedido con Míchel Sánchez. En la máxima categoría tampoco se disfrutó de una estabilidad duradera. La apuesta fallida por el argentino Leo Franco se quebró tras la octava jornada y la llegada de Francisco Rodríguez, quien dejó una honda huella pese al descenso, tampoco se pudo estirar por decisión del almeriense, en la actualidad entrenador del Girona.

Si el madrileño completa la temporada en Primera División, y quién sabe si se va más allá, se acercará a los números de Antonio Calderón (106 partidos). El gaditano se convirtió en la primera referencia técnica de la SD Huesca después de su celebrado aterrizaje en el fútbol profesional en 2008. Completó los dos primeros ejercicios en la categoría de plata: el 2008-09 con una permanencia holgada y el 09-10 más apurada, en la última jornada. Un ciclo que concluyó y un proyecto que se puso de nuevo en las manos del entrenador del ascenso Onésimo Sánchez. El pucelano rubricó unos números sin parangón hasta entonces y dejó paso a un periodo de inestabilidad.

Nueve entrenadores dirigieron al Huesca en las tres temporadas siguientes: Ángel Royo y Quique Hernández en la 11-12; Fabri (que no llegó a debutar en partido oficial, Antonio Calderón, Royo y Jorge D’Alessandro en la 12-13, la del regreso a Segunda B; Pablo Alfaro, David Amaral y David Navarro en la 13-14, donde no se pudieron alcanzar siquiera las plazas de ‘play off’. Un periodo de inestabilidad técnica del que se trató de huir después con el convencimiento de emprender proyectos duraderos en el tiempo. Una aspiración compartida con Míchel en el mejor de los escenarios posibles y mientras el nuevo plantel va cobrando forma.

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