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La última noche en el paraíso

La SD Huesca cierra el curso este sábado ante el Leganés en El Alcoraz (20.45). Despedida de Camacho antes de colgar las botas y adiós a Francisco y Chimy Ávila.

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Los azulgranas han completado este viernes el último entrenamiento del curso.
Pablo Segura

La Sociedad Deportiva Huesca ha dispuesto de dos semanas para despedirse de la Primera División, y este sábado tendrá lugar el acto final. Un adiós que no se quiere definitivo. Que sea un hasta pronto. El futuro se abrirá paso a partir del lunes y antes toca aplaudir a unos futbolistas y técnicos que se han vaciado para intentar una cima que tal vez se escapaba de sus capacidades. El tránsito por el paraíso ha sido demasiado corto y se baja el telón en El Alcoraz en un partido intrascendente pero repleto de emociones ante el Leganés (20.45). Por los que se van, que darán la vuelta al ruedo, y sobre todo por los últimos minutos como futbolista de Juanjo Camacho, figura gigante y principal de la historia del club.

Desde el 2-6 del Valencia, los días han matizado el duelo por la pérdida de la categoría. El club y la afición han asumido que el curso que viene se regresará a Segunda División, se han tragado las lágrimas y sonríen con la esperanza de un futuro mejor. Por ello, el partido se acoge como una fecha para el aplauso final por un proyecto que ha alcanzado su cúspide y quiere seguir creciendo. La ovación al equipo cuando ya se había consumado el descenso supone la mejor garantía de que el Huesca no se va a despeñar por el abismo del desánimo.

Al menos un curso desafortunado, con muchos más disgustos que alegrías, permite una última licencia. Que varios de los protagonistas de esta campaña y de las pasadas se puedan despedir de la Liga y de El Alcoraz en condiciones. Todos habrían firmado llegar a la jornada 38 con opciones, por ínfimas que resultasen, de salvación. A cambio, el curso ha ofrecido un respiro de dos semanas y la ocasión de disputar un único encuentro plácido en casa. En ese Alcoraz donde se ha ganado a Betis, Valladolid, Sevilla y Eibar y se tuteó a tantos otros pero donde no se ha podido amarrar la permanencia.

Antes, aguarda una fiesta fin de curso con un protagonista claro. Los focos se dirigirán en torno a las 22.30 hacia Juanjo Camacho. Es su noche y ha sido su club. No se entiende sin el ‘10’ el crecimiento de la entidad desde el verano de 2006, cuando antes de la llegada de Lasaosa y Petón el club estuvo cerca de bajar a Tercera División en un ‘play off’, y el presente brillante más allá del último resultado deportivo. 420 partidos y más de 80 goles son solo frías e irrepetibles cifras. El zaragozano ha sido el nexo común de un proyecto tras otro con entrega, calidad, llegada y pegada. Cuando la edad no perdonó fue, como siempre, líder carismático y su importancia se trasladará ahora a los despachos del club.

La noche de Camacho es también la noche de Chimy Ávila, de Juan Aguilera y del resto de futbolistas que no continuarán el próximo curso. El argentino, que aspira a rebasar los diez goles, es el jugador que más se ha revalorizado esta campaña y su destino probable es quedarse en Primera. Favorito absoluto de la grada, el Huesca pierde con él a uno de sus referentes y urgirá encontrar nuevos valores. Aguilera, que recalará en el Alcorcón, y un Gonzalo Melero que apunta al Villarreal son otros de los veteranos que se llevarán la mano al pecho en señal de agradecimiento a un estadio probablemente en pie desde antes del pitido final.

Francisco, querido y respetado

Será, asimismo, la última vez que se atisbe la silueta de Francisco Rodríguez en la zona técnica. El andaluz, que insiste en que no tiene el futuro definido, se marcha loado por los mandatarios del Huesca, querido por los futbolistas y respetado por una afición que entiende los motivos de su salida. Ha sido un año extenuante para el preparador y sus ayudantes, que aterrizó en octubre con un mandato que no ha podido cumplir y que le ha vaciado. Los números no le han alcanzado y contra viento y marea, contra el VAR, las lesiones y el flojo rendimiento de varios futbolistas ha terminado rendido ante el imponente peso de la máxima categoría, que no pasa ni una.

El partido con el Leganés ejercerá de telonero de todas estas sensaciones. El aliciente principal de estos 90 minutos es económico: rebasar en la clasificación al Rayo Vallecano y cederle el farolillo rojo se traduce en unos 300.000 euros más de beneficio que si se es último. Así lo estima el baremo aplicado por la Liga de Fútbol Profesional, que premia a cada uno de los 20 equipos en función de su clasificación. Los oscenses necesitan ganar a los madrileños y que, a su vez, los franjirrojos no se impongan a la misma hora al Celta en Balaídos. Parece una combinación factible.

El equipo de Mauricio Pellegrino tampoco se juega nada más que la honrilla y se encuentra más pendiente del futuro que de este trámite. Para afrontarlo, Francisco ha avisado este viernes de que plantearía el mejor once posible, así que los Camacho, Aguilera y compañía tal vez deban aguardar su oportunidad. Con la baja de Pulido, sancionado con un partido por su expulsión en el Villamarín, y los problemas físicos de Akapo, Miramón y Ferreiro da para diseñar una alineación que ofrezca la última alegría del curso en unos días difíciles. Las despedidas nunca son sencillas.

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