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"¡Volveremos a Primera!"

La grada de El Alcoraz, el mejor activo para buscar el regreso a la máxima categoría, ha levantado con sus cánticos el ánimo de unos futbolistas y técnicos rotos por el dolor.

Aficionados de la SD Huesca, durante el partido con el Valencia en El Alcoraz.
Aficionados de la SD Huesca, durante el partido con el Valencia en El Alcoraz.
Verónica Lacasa

Si había algún resquicio para que la sensación de fracaso se colase entre los futbolistas y técnicos de la Sociedad Deportiva Huesca, la afición se ha encargado de cerrarle el paso. En una imagen para el recuerdo, el único momento feliz que dejará por lo demás una noche para olvidar, la gente que ha sostenido al equipo ha mostrado cuál es la ruta de regreso. Estuvieron en campos desconchados de Tercera División, se frotaron los ojos en el salto de Segunda B a la categoría de plata y no se entiende lo vivido esta temporada sin ellos.

Tras una primera parte deshonrosa, sin embargo, pocos se movieron de su localidad. La mayor parte de El Alcoraz, por no decir el estadio entero, ha aguantado un segunda mitad en la que los goles de Melero y Gallar de penalti, dos de los héroes del ascenso, han encontrado el eco de los cánticos en la grada. El "volveremos a Primera", el "vamos Huesca", "Huesca yo te quiero" y el himno del club azulgrana, también las notas de "Francisco, quédate", han reflejado la fotografía de un instante que no se quiere irrepetible. Que tiene vocación de continuidad inmediata.

Las bufandas al viento y los cánticos han hecho el trago menos amargo. Como han reflejado también los rectores al final del 2-6 con el Valencia, el valor de la grada azulgrana es de matrícula de honor. Y pervivirán en la memoria de todos los desplazamientos al Santiago Bernabéu o al Estadio de la Cerámica. Pero, sobre todo, el ambiente de un Alcoraz que cada 15 días ha sido un estadio de la máxima categoría y que lo seguirá siendo el próximo curso. Un pequeño fortín, muy reformado para acoger con los brazos abiertos el fútbol de élite, que seguirá creciendo en los próximos meses y poniéndose más guapo.

Muchos han cumplido el sueño de ver de cerca, de casi poder tocar con la punta de los dedos a las estrellas del Real Madrid y el Barça. Ahora, el reto de la directiva se encuentra en volver a seducir a una provincia que ha caído rendida a los pies del proyecto y que no necesitará mayor estímulo que seguir haciendo las cosas bien. Lo de menos será cambiar a los grandes del fútbol mundial por secundarios que considerarán al Huesca el rival a batir. Un club que sabe caer y levantarse, como ha pronosticado este domingo el presidente, Agustín Lasaosa.

Las lágrimas de Chimy en su despedida, las de Melero o las de un Santamaría derrumbado con el encuentro todavía en juego, el gesto de Francisco pidiendo perdón... Una secuencia imborrable con la mejor banda sonora posible para borrar la tristeza y creer en un futuro mejor que empieza a escribirse desde ya.

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